Londres, Reino Unido. AFP

La decisión del primer ministro Boris John­son de suspender el Parlamento británico hasta dos semanas antes del Bre­xit fue denunciada como un “ultraje constitucional”, pero ¿cuáles son sus bases legales y qué papel juega la reina? En el Reino Unido, las legislaturas parlamentarias suelen divi­dirse en sesiones de un año, con un breve período de sus­pensión entre ellas, durante el cual se presentan los pro­yectos de ley que expondrá la reina en su discurso de inau­guración. De forma inusual, la actual sesión parlamentaria ha durado más de dos años por el deseo de la anterior primera ministra, Theresa May, de dis­poner de un largo período para llevar a cabo el Brexit.

En circunstancias norma­les, un nuevo primer ministro suele poner fin a la sesión con una suspensión de unos diez días para presentar su pro­grama legislativo. Además, las cámaras suelen hacer un receso de tres semanas en setiembre coincidiendo con las conferen­cias anuales de los partidos. Lo que hizo Johnson fue agregar la suspensión de diez días a esa pausa, cerrando el Parla­mento del 10 o 12 de setiembre hasta el 14 de octubre.

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Se pre­veía que los diputados votasen contra el receso este año, así que el primer ministro usó sus poderes ejecutivos para impe­dirlo, lo que llevó al presidente de la Cámara de los Comunes a denunciar un “ultraje constitu­cional”. “La decisión de poner fin a la actual sesión parlamen­taria –la más larga en casi 400 años y una de las menos activas en los últimos meses– permi­tirá al primer ministro poner un nuevo programa nacio­nal ante los diputados para su debate y escrutinio”, justificó el gobierno.

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