Río de Janeiro, Brasil AFP
Río de Janeiro amaneció de luto el viernes, después que diez personas murieran en un incendio en un centro de entrenamiento de jóvenes futbolistas del tradicional club Flamengo, cuyas causas se investigan.
“Las informaciones preliminares indican que (entre las víctimas) hay chicos y trabajadores” del centro, declaró Claudio Castro, vicegobernador del Estado, afuera del complejo de entrenamiento. La identificación de los cuerpos, que ya fueron trasladados a un instituto forense, “va a depender de pruebas de ADN u otras formas de reconocimiento”, explicó Castro a periodistas. Los motivos del incendio también están siendo investigados.
En las instalaciones, que de acuerdo con los bomberos fueron “totalmente tomadas por las llamas”, se alojaban adolescentes de entre 14 y 17 años de las categorías de base, según varios medios locales. Las llamas comenzaron alrededor de las 05H00 locales (07H00 GMT) y fueron contenidas una hora y media después.
Tres adolescentes resultaron heridos, uno de ellos de forma grave, con quemaduras en más del 30% del cuerpo, según declaró la secretaria de Salud del municipio de Rio de Janeiro, Beatriz Busch.
En las modernas instalaciones del llamado “Ninho do Urubu” (Nido del Buitre) entrenan tanto el equipo profesional como las categorías de base del popular club carioca, que reúne adolescentes de todas las regiones del país.
Dirigentes del club, del gobierno local y familiares se reunían a puertas cerradas en lugar de entrenamiento, ubicado a 50 km del centro de la ciudad.
Fuera de la sede, la bandera del Flamengo fue izada a media asta en señal de luto.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se solidarizó con las víctimas, “jóvenes vidas que iniciaban su camino rumbo a la realización de sus sueños profesionales”, según un comunicado del Palacio de Planalto.
El primer equipo del Flamengo tenía previsto entrenar en ese centro por la mañana, última práctica antes del clásico contra el Fluminense de este sábado.
En una reunión entre dirigentes del Flamengo y del Fluminense decidieron suspender ese partido, por la semifinal de la Copa Guanabara.