Paradise, Estados Unidos. AFP.

Los bomberos lucha­ban el domingo con­tra el fuego tanto en el norte como en el sur de Cali­fornia, intentando a duras penas contener las llamas que hasta el momento dejan 25 muertos.

Los mayores incendios se ubi­can en el condado de Butte, en la Sierra Nevada al norte de Sacramento, capital de este estado de la costa oeste de Estados Unidos.

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En el sur, el “Woosley Fire” afecta a los condados de Ven­tura –donde se ubica la ciudad de Malibú, hogar de varias estrellas de Hollywood– y de Los Ángeles.

Las autoridades anuncia­ron el domingo dos muertos hallados en un vehículo en un camino privado, víctimas de “Woolsey Fire”. Los bombe­ros que combaten este incen­dio se están preparando para el regreso de peligrosos vien­tos, que podrían propagar las llamas.

Estos dos muertos elevaron a 25 el balance de muertos. En la noche del sábado, las auto­ridades de Butte, condado donde se encuentra la locali­dad de Paradise, la más afec­tada por las llamas, habían reportado el hallazgo de 14 cuerpos, que se sumaron a un balance previo de nueve. Hasta el momento, 19 de las muertes reportadas se pro­dujeron en Paradise, donde se incendiaron más de 6.700 edificaciones, en su mayoría residencias.

Tras el paso de las llamas, las escenas eran desoladoras. Autos y casas quedaron redu­cidos a carcazas y escombros humeantes. Las calles queda­ron sepultadas en el gris de las cenizas. Gracias a la orden de evacuación de 52.000 perso­nas en el área, la mayoría de los habitantes logró huir del peligro a tiempo.

El gobernador electo Gavin Newson declaró el estado de emergencia para brindar asis­tencia a las zonas más afectadas.

El incendio, bautizado “Camp Fire”, iniciado el jueves y el más destructivo de que se tenga registro en el estado, arrasó 40.500 hectáreas hasta la mañana del sábado, en tanto estaba contenido en apenas un 20%, informó el Departamento de Bombe­ros de California (Cal Fire), que estimó que se necesitarán tres semanas para controlar totalmente el avance de las llamas. Unos 3.200 bomberos trabajan en la contención del fuego, y tres de ellos resulta­ron heridos.

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