El papa Francisco aceptó las renuncias de 3 obispos chilenos, entre ellas la de monseñor Juan Barros, en relación al escándalo de pedofilia que sacudió al clero chileno. El conjunto del episcopado chileno había presentado su dimisión conjunta el 18 de mayo tras una serie de encuentros con el papa Francisco en el Vaticano, un paso inédito en la historia reciente de la Iglesia Católica, según informó la agencia AFP.
El anuncio de expulsión de Juan Barros constituye una marcha atrás radical por parte del papa Francisco, quien nombró a este obispo en la diócesis de Osorno (sur de Chile) en enero del 2015. Barros está acusado de encubrir los abusos sexuales reiterados del influyente sacerdote Fernando Karadima, condenado en el 2011 por el Vaticano a una “vida de oración y penitencia” luego de que la justicia local declarara prescritos los cargos por abuso sexual. Varios miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica chilena están acusados de haber ignorado o encubierto los abusos de Karadima en las décadas de 1980 y 1990.