Washington, Estados Unidos. AFP.
La controvertida Gina Haspel, de 61 años, se convirtió formalmente este lunes en la primera mujer en dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, donde fue investida por el presidente Donald Trump.
Haspel, quien pasó 30 años en la CIA, ya se desempeñaba como directora interina desde que el responsable anterior, Mike Pompeo, asumió como nuevo secretario de Estado. Sin embargo, el proceso de confirmación de Haspel en el Senado desató una espectacular controversia en el país por la relación de la funcionaria con la aplicación de brutales métodos de tortura por parte de la CIA hace una década.
Según la nueva directora de la CIA, "generaciones" de agentes de esa agencia de inteligencia "desafiaron estereotipos, rompieron y abrieron puertas para el resto de nosotros". Haspel señaló que "sería descuidada si no mencionase ahora el enorme orgullo que siento de ser la primera mujer" a servir como directora de la CIA. En la ceremonia Haspel estaba rodeada por Trump, Pompeo y el vicepresidente Mike Pence, quien le tomó el juramento.
Haspel pasó gran parte de su carrera en la CIA como agente en operaciones encubiertas, de forma que su llegada al tope de la agencia marca una trayectoria poco común.
Trump leyó un breve discurso en que elogió a Haspel, a quien presentó como una persona "dura", pero eludió hacer cualquier referencia al papel que ella desempeño durante la llamada "guerra al terror" en la aplicación de torturas.
Durante la denominada "guerra al terror", Haspel era responsable de un centro clandestino de detención administrado por la CIA y situado en Tailandia. La audiencia pública que prestó ante el Comité de Inteligencia del Senado en marzo como parte de su proceso de confirmación se tornó un verdadero escándalo, ya que en esa oportunidad Haspel se negó a condenar el uso de torturas y siquiera aceptó considerar si la aplicación era inmoral. Haspel apenas se refirió a un "programa de detención e interrogatorios", nombre formal con que la comunidad de inteligencia estadounidense legalizó el uso de tormentos que posteriormente el propio senado consideró como torturas.
SANCIONES MÁS DURAS PARA IRÁN
EEUU aumentará la presión financiera sobre Irán con las "sanciones más fuertes de la historia", después de que Washington se retiró del acuerdo nuclear del 2015 con Teherán, dijo ayer el secretario de Estado Mike Pompeo.
"Aplicaremos una presión financiera sin precedentes sobre el régimen iraní. Los líderes en Teherán no tendrán dudas sobre nuestra seriedad", dijo Pompeo en su primer gran discurso sobre política exterior desde que dejó la dirección de la CIA para encabezar el Departamento de Estado.
"Irán no tendrá nunca más carta blanca para dominar Oriente Medio", dijo al describir la nueva estrategia estadounidense hacia el régimen islámico, que incluye 12 duras condiciones de Washington para cualquier "nuevo acuerdo" nuclear.