Washington, Estados Unidos. AFP
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ente autónomo de la OEA, denunció el lunes un "alarmante" deterioro de la institucionalidad democrática y la situación de los derechos humanos en Venezuela.
El "debilitamiento de la institucionalidad democrática en Venezuela" se observa desde el 2002, pero en los últimos dos años, y especialmente en el 2017, "ha tenido una profundización e intensificación alarmantes", afirma la CIDH en un informe que documenta abusos y desviación de poder por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
El reporte de la CIDH es el tercero en 15 años en señalar un agravamiento de la crisis institucional y de derechos humanos que atraviesa Venezuela, después de los informes del 2003 y del 2009, elaborados bajo el mandato del entonces presidente Hugo Chávez.
En este nuevo informe de 165 páginas, la CIDH se centra en las cuatro "preocupaciones centrales" con relación a Venezuela: un resquebrajamiento de la institucionalidad democrática y "serios obstáculos" para la participación política; un incremento de la represión y la censura; un aumento de la violencia y la inseguridad ciudadana; y una intensificación de la pobreza y la pobreza extrema.
En Venezuela hay un "desprecio por el Estado democrático de derecho", asegura el reporte, demostrado por una "inobservancia del principio de separación de poderes" y una "usurpación de funciones del Poder Legislativo" por parte del Ejecutivo y el Judicial. "La Asamblea Nacional (Congreso), democráticamente elegida, fue seriamente impedida de ejercer sus funciones constitucionales por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)", subrayó.
RECHAZO A LA REPRESIÓN ESTATAL
La CIDH expresó su "más enérgico rechazo" a la represión estatal al referirse a las protestas de la oposición contra el gobierno de Maduro. Entre abril y julio pasados las movilizaciones antigubernamentales dejaron como saldo más de un centenar de muertos y miles de detenciones arbitrarias.
El reporte de la CIDH, además, da cuenta de casos de violencia sexual, censura, inseguridad ciudadana, limitaciones a los derechos políticos, desabastecimiento, desnutrición y carencias sanitarias, en medio de una hiperinflación y altos niveles de corrupción e impunidad. "La crisis existente ha generado que quienes viven en Venezuela enfrenten dificultades inaceptables para satisfacer sus necesidades más básicas de alimentación, vivienda, salud y educación", apunta el informe.