Los restos del papa Francisco llegaron a la basílica de San Pedro, donde permanecerán durante tres días en capilla ardiente desde este miércoles para que miles de fieles puedan darle un último adiós. El féretro de madera abierto fue llevado en procesión desde la capilla de Santa Marta, donde falleció el lunes a los 88 años, acompañado de cardenales y guardias suizos.
Fue acompañado por cardenales y guardias suizos, al ritmo de las plegarias y el repique de campanas. Centenares de fieles esperaban desde primera hora de la mañana en la plaza homónima para presentarle sus respetos y rompieron en aplausos.
A partir de las 11:00 (09:00 GMT) ya podrán acceder a la capilla ardiente, hasta el próximo viernes. A diferencia de sus predecesores, su cuerpo ataviado con una casulla roja y una mitra blanca, y con un rosario entre las manos, se depositó en un ataúd ante el imponente baldaquino barroco de Bernini y no en un catafalco.
Fue una petición expresa del primer del líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo, que aspiraba a una mayor sencillez y sobriedad en los ritos. El primer pontífice latinoamericano inicia así su último viaje que concluirá el sábado con su entierro en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, el primero de un papa fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
“Tenía que venir”
Días después de su deceso por un ictus a primera hora del lunes, la tristeza sigue viva entre los creyentes católicos, máxime cuando la víspera se había dado un baño de multitudes con motivo del Domingo de Resurrección. “Tenía que venir”, aseguró a AFP Ana Montoya, una mexicana de 33 años que esperaba su turno con una cruz dorada y un rosario colgando del cuello, para poder despedirse en persona de Francisco, “un miembro de la familia”.
“Representaba lo que la Iglesia debe ser”, agregó. Al sacerdote brasileño Bruno Átila, de 38 años, le pilló el anuncio de la muerte cuando se disponía a viajar a Italia para la canonización de Carlo Acutis, el primer santo milenial, ahora suspendida.
“Esperábamos verlo y reunirnos con él en algún momento”, explicó Átila, para quien Francisco llevó a Roma “esta forma de ser Iglesia en Latinoamérica” y abrió una “nueva ventana” al insistir en temas como la acogida o la compasión.
Ante la marea humana prevista, las autoridades desplegaron este miércoles varias medidas: barreras metálicas para canalizar la llegada de visitantes, distribución de botellas de agua y un refuerzo de los controles de seguridad, entre otras.
Roma se prepara para acoger a decenas de miles de católicos en los próximos días. Cuando su predecesor Benedicto XVI falleció el 31 de diciembre de 2022, 200.000 personas se recogieron ante su ataúd.
Pero con su estilo austero y cordial, el papa venido “del fin del mundo” despertó un mayor fervor popular durante sus 12 años de pontificado, que le valió también críticas del sector más conservador de la Iglesia católica.
Los partidos de las fases de grupo de las Copas Libertadores y Sudamericana observarán esta semana un minuto de silencio, en nuevos homenajes del mundo del fútbol al “último capitán de la Iglesia” como el de su amado club San Lorenzo de Almagro.
Reunión de cardenales
Desde su fallecimiento, los homenajes a su figura y su legado se suceden por el mundo, y muchos dirigentes ya anunciaron que viajarán al Vaticano para la misa funeral prevista el sábado en la mañana en la plaza de San Pedro.
Uno de los primeros fue el estadounidense Donald Trump, a quien Francisco criticó por su política antiinmigrantes. El argentino Javier Milei, que insultó incluso en el pasado a su compatriota, también asistirá a las exequias.
Otros de los dirigentes previstos son el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Daniel Noboa y el francés Emmanuel Macron, así como el rey Felipe VI de España y el secretario general de la ONU, António Guterres, entre otros.
El ministro italiano del Interior, Matteo Piantedosi, aseguró que las autoridades esperan la llegada a Roma de entre 150 y 170 delegaciones extranjeras, así como de decenas de miles de personas más.
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El deceso del nativo del barrio porteño de Flores, que nunca pudo regresar a su país natal como pontífice, también activó la cuenta atrás para escoger a su sucesor en la sede de San Pedro.
El cónclave, todavía sin fecha, para elegir al nuevo sumo pontífice debe celebrarse en un plazo de entre 15 y 20 días desde su muerte. Más de dos tercios de los 135 cardenales electores fueron nombrados por el difunto papa.
Unos 60 purpurados presentes ya en Roma participaron el martes en una primera “congregación general” para elegir la fecha del funeral y otra nueva reunión, con el camarlengo Kevin Farrell al frente, está prevista este miércoles por la tarde.
Fuente: AFP