- París, Francia. AFP.
Los mercados bursátiles se desplomaron el lunes pasado por el impacto de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, al resto del mundo y la anunciada respuesta de China. Los economistas todavía no hablan de “crac”, una palabra que designa una caída brusca y generalizada de los precios con importantes consecuencias sobre la economía real.
Pero los analistas ya hablan de una caída “histórica” e incluso de un “baño de sangre” en los mercados asiáticos y europeos. Estas son las principales caídas bursátiles que sacudieron la economía mundial desde el inicio del siglo XX.
- 2020: crac por la pandemia
Las bolsas vivieron un jueves negro el 12 de marzo de 2020, al día siguiente de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia de covid-19. Ese día, París perdió un 12 %, Madrid un 14 % y Milán un 17 %. Londres y Nueva York pierden respectivamente un 11 % y un 10 %, algo inédito desde el crac de octubre de 1987. Los mercados siguen sufriendo en los días siguientes. El 16 de marzo, los índices estadounidenses caen más del 12 %.
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- 2008: crisis de los “subprime”
Las consecuencias de la crisis de las “subprime” (créditos hipotecarios de alto riesgo) en Estados Unidos se extienden a los mercados financieros mundiales. Desde enero hasta octubre, los principales índices bursátiles caen entre un 30 % y un 50 %, con pérdidas acentuadas en varias sesiones en octubre. La crisis financiera, que culmina con la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers en septiembre, hunde a Estados Unidos en la recesión. Millones de estadounidenses pierden su vivienda.
- 2000: Fin de la burbuja de Internet
La burbuja especulativa sobre los valores bursátiles relacionados con internet y las nuevas tecnologías se desinfla. Tras un récord de 5.048,62 puntos el 10 de marzo, el índice Nasdaq, que concentra los valores de internet y tecnológicos, retrocede un 27 % durante las dos primeras semanas de abril y un 39,3 % en un año. La caída afecta a todos los mercados vinculados a la “nueva economía”.
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- 1987: primera caída de la era informática
El lunes 19 de octubre, tras un importante déficit comercial y una subida de los tipos de interés por parte del Bundesbank, el Dow Jones perdió un 22,6 % en una sola jornada en Wall Street. Las demás bolsas también se desplomaron. Se trata del primer crac de la era informática, apodado “lunes negro”.
- 1929: Crac en Wall Street
El jueves 24 de octubre, apodado “jueves negro”, el índice Dow Jones pierde más del 22 % al inicio de la sesión, pero limita su caída al 2,1 % al cierre. El índice cae nuevamente un 13 % el 28 de octubre y un 12 % el día 29. Esta crisis marca el inicio de la Gran Depresión en Estados Unidos y de una crisis económica mundial.
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Estabilidad económica paraguaya, ventaja frente a la incertidumbre mundial
La economía mundial está atravesando por una inestabilidad y una de sus principales razones es la guerra comercial que se desató entre potencias como Estados Unidos y China, por el aumento de aranceles del país norteamericano a este y otros países del mundo.
Si bien en América Latina el aumento del arancel es del 10 %, mucho menos que lo impuesto en otros continentes, el impacto de esta política no llega con fuerza a Paraguay, y en comparación a países vecinos que sí serán más afectados, el nuestro podrá aprovechar esa oportunidad y tener un crecimiento más estable, indicó a La Nación/Nación Media, el economista Wildo González.
“Nuestros vecinos exportan casi lo mismo que nosotros exportamos. Entonces, no veo que en ese punto haya una oportunidad para nosotros; lo que creo que sí podemos aprovechar es que vamos a tener una economía con un crecimiento más estable que ellos”, explicó González a LN.
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Con respecto a los cambios principales en general que se pueden notar hoy en comparación a meses atrás, es el fuerte ajuste en los mercados financieros. Existe una depreciación de las monedas y movimiento en las tasas internacionales. Esto sí tiene una injerencia en el tipo de cambio local.
“Además, se observan menores precios de commodities, lo cual es negativo porque implica peores términos de intercambio y también genera presión al dólar”, precisó, y mencionó que esta tendencia sería causada principalmente por la menor producción de soja, que es el sector que más mueve la economía y genera ingreso de divisas.
El economista expuso que no es descartable que la divisa incluso llegue a los G. 8.100 hacia fin de año, impulsada por el comportamiento de la soja. También hizo énfasis en que hoy nuestra economía está funcionando a dos velocidades, es decir que, mientras los sectores relacionados con los recursos naturales se verían afectados, aquellos no transables son los que mantienen una estabilidad.
“Es altamente probable que ese escenario se materialice este año, ya que los sectores como comercio, construcción y servicios pueden dar un buen sustento a la actividad económica. Entonces, puede cumplirse la proyección de crecimiento”, sostuvo. El rango de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año es de 3,5 % y 4 %, teniendo en cuenta la incertidumbre actual.
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Mercosur flexibiliza aranceles ante actual escenario internacional
Los cancilleres de los países miembros del Mercosur anunciaron que se ampliará temporalmente la lista de productos con excepciones al Arancel Externo Común del bloque. Se incluirán hasta 50 códigos arancelarios en las excepciones, de tal modo que se pueda “hacer frente a los desafíos del actual contexto internacional”.
De acuerdo con el comunicado conjunto de los cancilleres, se dieron instrucciones a los respectivos coordinadores nacionales para implementar esta medida. Igualmente, se tratarán otras medidas durante la reunión del Grupo Mercado Común (GMC), prevista para el 23 y 24 de abril, y en una próxima reunión de cancilleres el 2 de mayo.
Los cancilleres se reunieron en Argentina, país que ostenta la presidencia pro tempore hasta julio. Participaron los ministros del país anfitrión, Gerardo Werthein; de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano; de Brasil, Mauro Vieira; de Uruguay, Mario Lubetkin; y de Bolivia, Celinda Sosa, país recientemente incorporado como socio pleno.
Cabe recordar que días atrás el Gobierno de los Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, anunció el aumento de aranceles comerciales para todos los países del mundo, con tasas que van del 10 % al 49 % en algunos casos, lo que ha creado una fuerte reacción en el mercado internacional. No obstante, el presidente Trump dio un golpe de timón el pasado miércoles en su guerra comercial con una “pausa” de 90 días en los aranceles aplicados a decenas de países, excepto a China, a la que se los sube al 25 %.
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Guerra comercial, guerra en Gaza, guerra en Ucrania: “Give peace a chance”
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
Suenan las alarmas. El miedo crece. Encontrar respuestas es complejo. Tal vez sea el momento de dar más espacio a la voz a las víctimas que a la de los victimarios.
Es el fin de un día agitado en Buenos Aires, unos 1.300 kilómetros al sur de mi querida Asunción. Los pubs cercanos al downtown estallan. Por unas tres horas, es el tiempo del after office. Las y los trabajadores remotos se lo pierden. O, tal vez, aplican para los happy hours barriales.
Las familias en situación de calle hurgan en las bolsas con residuos. Mantas raídas, colchones y colchonetas gastadas emergen desde curiosos escondites citadinos. Con ellas, hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas comienzan el dramático ritual cotidiano para improvisar sus callejeras alcobas y descansar unas cuatro horas.
Luego, vendrá otro grupo para ocupar las mismas posiciones en los acotados espacios donde los bancos extienden sus redes de ATM (cajeros automáticos); o en las entradas de los edificios con oficinas a las que nadie llegará hasta la mañana siguiente; o en los accesos residenciales donde cerrarán sus ojos para –tal vez– transitoriamente olvidar la pesadilla mendicante de sus vidas para comer algo.
AVENIDA DEL DESAHUCIO
Quizás, en esa tregua inevitable consigan soñar lo que sueñen y, por un rato, olvidar que mañana será también un amanecer que marcará el inicio de otro día para trajinar la cada día más congestionada Avenida del Desahucio.
“¡¿Tené (sic) una moneda, loco?!”, me dicen un par de pibes que juntan el índice y el pulgar en un circulito casi perfecto. Siguen su marcha. Hablan, pero no entre ellos ni con nadie en particular. Las y los recicladores urbanos transitan incansables en procura de residuos que, “si Dios quiere”, podrán vender después a alguien que les pagará casi nada. Estrategias de supervivencia urbanas.
Cruzándose con ellas y ellos, trashuman otros y otras que –sin verlos ni sentir cercanía– se vinculan con esa projimidad remota que facilitan los teléfonos inteligentes. Media docena de personas orientales dialogan en voz alta mientras caminan, sonríen, sacan fotos y beben lo que tienen en sus termos. Ríen. Hacen más fotos con los celus. Una veintena de lusoparlantes compulsivamente compran, hacen cuentas y vuelven a comprar. Una casa de alta moda asegura que lo que en esa vidriera se ofrece se puede encontrar ahora mismo en Londres, París, Roma, Madrid y NYC.
POBREZA MULTIDIMENSIONAL
Coincidencias. Como esas prendas, pobrezas e indigencias similares a las nuestras también son posibles de encontrar en esas megalópolis. Miro el Obelisco. Entrecierro los ojos. Escucho la ciudad. Aturden quienes venden baratijas para comer. Siento que todo lo que interesa y me interesa está allí. En ese ecosistema de pertenencia que me explica de qué se trata la “pobreza multidimensional” sin necesidad de interrogar a la teoría.
Enormes pensadores de la economía como Stiglitz, Sen, Yunus o Fitoussi, por solo mencionar algunos académicos relevantes, trabajan con ese concepto desde algunas décadas. “El estornudo, el amor y la pobreza son tan evidentes que nunca se pueden ocultar”, escuché decir alguna vez a un diplomático coreano que vivió varios años en la Argentina. Lo que veo y percibo van en sentido opuesto al discurso del poder que cree construir una realidad inobservable.
“Pobreza multidimensional”. Con esa conceptualización es posible verificar que nadie es esencialmente pobre ni, mucho menos, esencialmente rico porque todos y todas tenemos algunas riquezas y algunas pobrezas. Es imprescindible entenderlo. Incomprender o, más grave, ignorar las pobrezas son actos concretos de las violencias que nos afectan y alejan de la paz aquí, allá y acullá.
“La paz no supone solo la ausencia de la guerra”, sostiene el Premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel. “La paz es mucho más que la ausencia de guerra o el desarme. Se construye y consigue con agendas amplias, multidimensionales, que demandan esfuerzos no solo a favor del desarme, sino también en pro del desarrollo social”, dice María Cristina Rosas, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien además enfatiza para explicar que el concepto paz, desde una perspectiva positiva, “es mitigar o lidiar con diversas causas que subyacen o pueden dar pie a la violencia, como los problemas del desarrollo: acceso a la educación, a la salud, al empleo, a un medio ambiente digno...”.
EQUIDAD E IGUALDAD
El profesor de economía de la Universidad de Georgetown Marcelo Giugale –exfuncionario del más alto nivel en el Banco Mundial– destaca por su parte que “el hecho de que te haya ido mejor que a otros no significa que te haya ido bien”. ¡Valiosa reflexión! Paz también es promover la equidad y la igualdad.
Tengo la convicción profunda de que todos y todas tenemos derecho al bienestar y al progreso social que van de la mano si deseamos construir sociedades pacíficas y pacifistas. A las casi 60 guerras activas en la tan maltratada aldea global que habitamos, en los últimos tiempos se le añaden nuevas tensiones.
“Guerra comercial”, es el título al que más recurren los medios tradicionales que siguen también las consecuencias del nuevo conflicto y comunican incansables cómo se esfuman miles de millones; cómo se derrumban los mercados bursátiles y hasta cómo pierden fortunas los afortunados; cómo se destruyen puestos de trabajo; cómo se expanden las miserias y los miserables.
ESPECTACULARIZACIÓN
¡Espectacularización de la noticia! Todo puede ser un arma. Las políticas arancelarias, también. Más tensiones. Algunas de ellas siento que emergen de esa especie de inframundo en el que sospecho se cuece la crueldad, la insensatez, el mal común y habitan las y los peores.
¡Lastimoso! No están lejanos los tiempos en los que pienso que, cuando los historiadores aborden el primer cuarto del siglo XXI y, en especial, la segunda década de este período que transitamos, es muy probable que encuentren en sus fuentes la palabra guerra con más frecuencia de la que sus colegas en las últimas tres décadas de la centuria pasada hayan imaginado. No debiera sorprender que así fuera.
Los líderes de entonces crearon organizaciones mundiales multilaterales en Bretton Woods de tanta eficiencia que hicieron posible algún grado aceptable de equilibrio, desarrollo y crecimiento. Aunque también –aunque se nieguen a reconocerlo– colmó de posibilidades a los megarricos de hoy para que construyeran sus fortunas.
Tengo claro que las y los historiadores, donde se encuentren, en sus trabajos “tratan siempre del presente o de las formas en que la historia ha marcado el presente”, como tantas veces me advirtió con docente paciencia la querida profe Beatriz Sarlo con magistral certeza. Siempre es así y los hombres y mujeres del poder lo saben.
De hecho, hacia ayer y hacia mañana, las y los observadores miraron, miran y habrán de mirar siempre desde el hoy y, desde ese punto, construirán los relatos con los que política y socialmente se enculturiza o aculturiza. Inevitable.
ESTÁNDARES
Los medios tradicionales y, en particular los diarios, desde largo tiempo son categorizados como “la primera versión de la historia”. Quizás sea así, aunque suene presuntuoso. Las redes y sus contenidos reticulares todavía no alcanzan ese rango. Carecen de la seriedad, de las normas de moderación y de estándares adecuados para la verificación de los hechos que, como soportes, vehiculizan y distribuyen. Las redes no son medios de comunicación. Son medios con fines de comunicación.
“Encontramos que la falsedad se difunde significativamente más lejos, más rápido, más profundamente y más ampliamente que la verdad, en todas las categorías de información, y en muchos casos en un orden de magnitud”, dice el 8 de marzo de 2018 Sinan Aral, profesor de la Escuela de Administración Sloan del MIT y coautor –junto con Soroush Vosoughi, investigador posdoctoral en el Laboratorio de Máquinas Sociales del Media Lab y Deb Roy, profesora asociada de artes y ciencias de los medios en el MIT Media Lab, del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT)– de una investigación sobre la circulación de noticias falsas en Twitter, hoy X, entre los años 2013 y 2017.
El campo que constituyeron al igual que el diseño muestral fueron amplios. Pesquisaron alrededor de 126.000 cascadas de noticias que circularon por aquella red porque unos 3 millones de personas las tuitearon poco más de 4,5 millones de veces entre los años 2006 y 2017.
Mentir, especialmente en asuntos públicos, es un acto de violencia que afecta a millones. Grave. La idea –y la práctica– de amenazar y luego emprender cualquier tipo de “guerra comercial” suma violencia en la tiroteada aldea global. Agrega víctimas. Añade desempleo, angustia, desesperación e incertidumbre. Pulveriza infraestructuras. Aplicar al comercio categorías bélicas no es una buena práctica. Hay quienes sostienen que es una forma de naturalización de la violencia a través del lenguaje específico que utilizan empresarios e inversores.
TENSIONES
Desde varias décadas, “El arte de la guerra”, la máxima obra del estratega chino Zun Tsu, suele ser bibliografía de referencia en los cursos de capacitación para quienes quieren especializarse en comercialización o en liderazgo. En las periferias se conocen a fondo las tensiones que devienen de las violencias económicas de todo tipo.
La llamada guerra del Guano y el Salitre o guerra del Pacífico, que enfrentó a Chile contra Bolivia y Perú entre el 14 de febrero de 1879 y el 20 de octubre de 1883, en la que ingresaron luego Francia y Gran Bretaña, es un recomendable ejercicio de memoria regional para saber de qué se trata un conflicto bélico con raíces comerciales que se ocultan detrás del biombo de la seguridad nacional o la necesidad del espacio vital.
El guano y el salitre –dos materiales estratégicos en los inicios de la llamada Revolución Industrial–, imprescindibles por entonces para producir fertilizantes y pólvora, estragaron a esos tres Estados andinos y a sus pueblos.
Hoy, en Ucrania, se habla de “tierras raras” –minerales escasos– que Rusia, China, Europa y los Estados Unidos se disputan. El sector energético –la industria hidrocarburífera– disputa poder en Oriente Medio. Tensiones a las que es necesario añadir el terrorismo, las organizaciones delictivas complejas transnacionales y la corrupción estructural como parte del problema.
Europa se rearma. Suenan las alarmas. El miedo crece. Mark Rutte, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reflexionó públicamente que, como resultado de la más reciente tecnología misilística de la que dispone Rusia, “la diferencia entre un ataque a Varsovia (Polonia) o un ataque a Madrid (España) son 10 minutos” hasta el momento en que el proyectil autopropulsado llegue a esos eventuales objetivos, maten y destruyan.
Ante esas palabras, la Unión Europea (UE) anunció que habrá de movilizar 800.000 millones de euros para el rearme y recomendó a la población “comenzar a prepararse” para soportar guerras, ataques cibernéticos y otras catástrofes. Más tensiones. Más angustias. ¿Quién exhorta a vivir la paz?
“TODOS PIERDEN”
“Hay que liberar a los 59 secuestrados y terminar la guerra. Nada bueno sale con guerras. En las guerras nadie gana, todos pierden, así que lo único que es importante para mí y para todos es que los 59 rehenes sean liberados y que esta guerra se acabe”, dice Karina Engelbert (53), argentina nacida en la provincia de Córdoba, residente en Israel desde 1989, cuando su familia migró. Tenía 17 años.
Desde el 7 de octubre de 2023, junto con sus hijas Mika y Yuval fue secuestrada por la organización terrorista Hamás de su casa en el kibutz Nir Oz. Desde las ventanas de su casa veía una buena parte de la zona sur de la franja de Gaza, a 17 cuadras. Tenía unos 400 vecinos.
Su marido, Ronen Engel, fue asesinado. Intentó desesperadamente proteger a su familia. Un cuarto de esa población también fue afectado. La sangre de muchos de sus habitantes se derramó en esa tierra donde hasta las mascotas fueron blanco del odio. Catorce de las y los integrantes de esa comunidad aún son rehenes de los terroristas de Hamás. El cadáver de Ronen sigue en poder de quienes lo asesinaron. Karina, Mika (11) y Yuval (19) fueron liberadas por sus captores el 26 de noviembre del mismo año después de 52 días cautivas.
“Hay que liberar a los 59 secuestrados y terminar la guerra”, le dice reiteradamente al periodista Alejandro Alfie, del diario Clarín de Buenos Aires. “Nada bueno sale con guerras (porque) en las guerras nadie gana, todos pierden”, reflexiona. Sabe de qué habla, sufre, pide por los rehenes y pide una y otra vez “que esta guerra se acabe”. Testimonio lacerante de una familia victimizada por la guerra terrorista y que es conciente de que Gaza y su población también son víctimas.
UN ABSURDO
El papa Francisco, pocos días antes de su internación, sostuvo que “la guerra es siempre un absurdo, un horror, un desperdicio y una derrota” para la humanidad. Desde esa convicción exhorta a que “no permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes”.
El líder del catolicismo universal y jefe del Estado Vaticano se preocupa por Europa, pero también por la situación en el Mediterráneo, en África, en Asia, en el Oriente Medio y ruega a líderes y lideresas “que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”.
Declarado pacifista desde muchas décadas –cuando aún no era pontífice–, predica que “la guerra es innoble (porque) es el triunfo de la mentira y del propio interés”. No ahorra palabras. “Las armas no construyen el futuro, sino que lo destruyen”, dice con precisión. “¡Basta, por favor!”, implora y enfatiza que “la violencia nunca trae la paz”.
DESARMAR LAS PALABRAS
A través de una carta, Francisco propuso al director del diario italiano Corriere della Sera, Luciano Fontana, a periodistas y comunicadores que “sientan la importancia de las palabras” para trabajar por la paz.
Con simpleza exhortó “a todos aquellos que dedican su trabajo e inteligencia a informar a través de las herramientas de comunicación que ahora unen nuestro mundo en tiempo real (para que) sientan la importancia de las palabras. (Que) Nunca son solo palabras (porque) son hechos que construyen entornos humanos”.
De hecho, toda operación comunicacional produce sentido y, justamente por ello, los vocablos “pueden conectar o dividir, servir a la verdad o servirse de ella”, advierte y va más allá: “Debemos desarmar las palabras, para desarmar las mentes y desarmar la Tierra” porque en estos tiempos que corren “hay una gran necesidad de reflexión, de calma, de sentido de la complejidad”.
¿Qué es lo que no se entiende? ¿Quiénes son los que no entienden o no quieren entender? Encontrar respuestas es complejo. Tal vez sea el momento de dar más espacio a la voz a las víctimas que a la de los victimarios. “Give peace a chance” (dale una oportunidad a la paz), como nos propuso John Lennon.
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Carne paraguaya puede mantenerse competitiva pese a aranceles de EE. UU., afirma ganadero
Los aranceles de Estados Unidos para Paraguay no representan un problema muy grande para el sector ganadero porque se aplicó a todos los países, razón por la que Paraguay puede mantenerse competitivo, según el productor ganadero Silfrido Baumgarten. “Somos eficientes y vamos a pelear”, aseguró.
Baumgarten explicó a Unicanal que los aranceles extra del 10 % que el gobierno del presidente Donald Trump estableció para las exportaciones paraguayas solo hubiesen representado un problema si se limitaban solo al país, sin embargo, se aplicaron a todos los países, incluso con mayores porcentajes.
“Si los aranceles hubiesen sido solo para Paraguay iba a ser un problema, pero son para todos los países, entonces depende de la eficiencia de cada país. En ese sentido, somos eficientes y vamos a pelear”, afirmó Baumgarten.
Sobre los precios internacionales, el ganadero mencionó que después de mucho tiempo existen precios motivadores para el sector. Recordó que en años anteriores los bajos precios además de los embates climáticos como la sequía redujeron el hato ganadero y las condiciones actuales pueden hacer que la situación ganadera repunte.
Aumentar el hato
“Esperemos que este momento que estamos pasando dure un tiempo para que el ganadero se vuelva a motivar, para aumentar nuestro hato, que fácilmente podemos llegar a 20 millones de cabeza, actualmente estamos en alrededor de 13 millones”, señaló.
En otro momento, Baumgarten señaló que actualmente existen tecnologías que permiten evaluar la calidad de la carne sin la necesidad de faenar al animal, lo que facilitaría precios objetivos en los animales en pie y un beneficio en la genética, entendiendo que la calidad es heredable. Además, hizo un llamado al sector ganadero en invertir en tecnología para mantener el estatus del ganado paraguayo.
“Hoy en calidad de carne, hablando del Mercosur, están Uruguay y Argentina, por el hecho de que prácticamente todo su ganado es europeo. En tercer lugar está Paraguay porque tenemos un 40 % ganado cruza de europeo y último está Brasil, pero en 10 a 15 años podemos perder este tercer puesto con Brasil porque están trabajando y si nosotros no empezamos podemos perder ese puesto”, advirtió.