- Washington, Estados Unidos. AFP.
El parlamento de Colorado retiró de la galería de presidentes de Estados Unidos expuesta en su Capitolio un retrato de Donald Trump, que disgustó al mandatario republicano por considerar que fue “deformado deliberadamente” y que lo muestra menos guapo que el hecho a Barack Obama. Entre una publicación sobre aranceles y otra sobre migración, Trump se tomó el tiempo el domingo para quejarse del retrato que considera poco favorecedor.
“A nadie le gusta una mala foto o una mala pintura de sí mismo, pero el retrato de Colorado, instalado por el gobernador junto a los de los demás presidentes, fue deformado deliberadamente a un punto que ni yo, quizás, había visto anteriormente”, escribió. Además, Trump se mostró molesto por el hecho de que el retrato del expresidente demócrata Barack Obama, realizado al igual que el suyo por la artista Sarah Boardman, quedó mucho mejor, en su opinión.
“La artista también pintó al presidente Obama, y él luce maravilloso, pero el mío es realmente el peor. Debe haber perdido su talento al envejecer. En todo caso, habría preferido mil veces no tener ningún retrato antes que tener éste”, indicó en su red Truth Social. El republicano de 78 años pidió al gobernador demócrata de Colorado, Jared Polis, que se retire el cuadro que había sido colgado en 2019.
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Y en seguida la directiva del parlamento, de mayoría demócrata en ambas cámaras, accedió a la solicitud y emitió el lunes una orden para que “sea retirado de inmediato el retrato de Donald Trump de su actual emplazamiento en el tercer piso del Capitolio”.
“Si el partido republicano quiere perder su tiempo y su dinero en decidir qué retrato de Trump colocar en el Capitolio es asunto suyo”, comentó el portavoz de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, Jarrett Freedman. A Donald Trump parece gustarle más un retrato que le regaló recientemente el presidente ruso Vladimir Putin. El emisario especial de Estados Unidos Steve Witkoff declaró que Trump “claramente se sintió emocionado” por esa pintura, que describió como “hermosa”.
“Ciudades santuario”
El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió este martes que “muy pronto” podría tomar medidas para acabar por decreto con las “ciudades santuario”, como se llama a los estados y localidades que limitan la cooperación con los agentes federales de inmigración. “Vamos a eliminar las ciudades santuario en algunas de estas jurisdicciones que no cooperan con las fuerzas del orden” porque “están protegiendo a los delincuentes”, afirmó Trump a periodistas en la Casa Blanca.
“Es posible que muy pronto les presentemos una orden ejecutiva que ponga fin a las ciudades santuario”, añadió el magnate republicano, que gobierna prácticamente por decreto desde que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero. Los estados, ciudades o condados santuario permiten que la policía se niegue a cooperar con agentes migratorios si carecen de una orden judicial o de arresto.
Entre las ciudades destacan Chicago, Nueva York, San Francisco o Los Ángeles y entre los estados figuran, entre otros, California, Colorado, Connecticut, Illinois, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva York y Oregón. En su mayoría están gobernados por demócratas.
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Sus gobernantes alegan que la mano dura migratoria tiene repercusiones negativas debido a que mina la confianza en las autoridades y hace que los migrantes en situación irregular sean reticentes a denunciar delitos. Aducen además motivos de salud pública, porque si tienen miedo los migrantes acuden menos al médico.
Unos 14 millones de migrantes viven de forma irregular en Estados Unidos. Trump, que ha convertido la lucha contra la migración ilegal en una de las medidas estrella de su mandato, los suele llamar delincuentes por haber entrado en el país sin visa o autorización.
“Por alguna razón, los demócratas quieren mantener y proteger a los delincuentes de ser devueltos a sus países o de ser enviados a prisión”, afirmó Trump. Durante una sesión en el Congreso a principios de marzo, los republicanos reprendieron a alcaldes demócratas estadounidenses de cuatro ciudades “santuario” por sus políticas migratorias que calificaron de “procriminales”.