- Fuente: AFP
El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró el jueves que su país está “a favor” de la tregua con Ucrania que propone Estados Unidos pero que hay “matices” y “asuntos importantes” por solucionar.
“Estamos a favor, pero hay matices”, subrayó en una conferencia de prensa en el Kremlin. “¿Como garantizar que esa situación no se reproduzca? ¿Cómo se organizará el control? (...) Son asuntos importantes”, afirmó. “Debemos hablar con nuestros socios estadounidenses, tal vez con el presidente [Donald] Trump”, agregó el mandatario ruso.
Negociadores estadounidenses viajaron el jueves a Rusia para presentar la propuesta del presidente estadounidense Donald Trump de un alto el fuego en Ucrania de 30 días. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aceptó la iniciativa, presionado por Estados Unidos desde que Trump lo abroncó públicamente en febrero en el Despacho Oval.
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El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, presionó el miércoles a Moscú para que acepte la tregua “sin condiciones” previas, para poner fin al conflicto iniciado por la ofensiva rusa de febrero de 2022.
En la rueda de prensa, Putin preguntó cómo serían usados esos 30 días. “¿Para que continúe la movilización forzosa en Ucrania, para que se manden armas allí?”, cuestionó. “Estamos de acuerdo con las propuestas para poner fin a las hostilidades, pero partimos de la base de que esta tregua debe conducir a una paz duradera y abordar las causas profundas de esta crisis”, manifestó.
Unas horas antes, su asesor diplomático, Yuri Ushakov, criticó la propuesta de tregua que, según él, sólo ofrecería “un respiro temporal para los militares ucranianos”.
Putin consideró que los “próximos pasos” hacia una tregua dependerán de si su ejército logra expulsar por completo a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk.
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Tregua en puertas: Ucrania y Rusia evitarán ataques en el Mar Negro
- Washington, Estados Unidos. AFP.
Rusia y Ucrania acordaron por separado evitar ataques militares contra buques en el Mar Negro, durante las negociaciones que concluyeron este martes en Arabia Saudita, informó la Casa Blanca. Según el gobierno estadounidense, ambos países acordaron garantizar la seguridad de la navegación, eliminar el uso de la fuerza y prevenir la utilización de buques comerciales con fines militares en el Mar Negro.
Estados Unidos, que ejerció de intermediario en las negociaciones, se comprometió, con respecto a Ucrania, a “apoyar los esfuerzos para el canje de prisioneros, la liberación de civiles y el regreso de los niños ucranianos desplazados por la fuerza”.
Rusia, objeto de numerosas sanciones, puede contar con el apoyo de la Casa Blanca para “restaurar el acceso” al mercado “mundial de exportaciones de productos agrícolas y fertilizantes, reducir los costes de los seguros marítimos y mejorar el acceso a los puertos y los sistemas de pago para estas transacciones”.
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Durante las negociaciones, Estados Unidos reiteró que el presidente Donald Trump quiere imperativamente “poner fin a las matanzas en ambos bandos del conflicto” como un “paso necesario para lograr una paz duradera”.
Con este objetivo se propone seguir “facilitando las negociaciones entre ambas partes para lograr una solución pacífica”, se lee en un párrafo idéntico de los dos comunicados transmitidos por la Casa Blanca, uno para Rusia y otro para Ucrania. La administración estadounidense también expresó su “gratitud” al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán.
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Dialogan en Riad planes para una tregua entre Rusia y Ucrania
- Riad, Arabia Saudita. AFP.
Representantes de Estados Unidos y Rusia abrieron este lunes una nueva ronda de negociaciones para un alto el fuego parcial en la guerra en Ucrania, un día después de las conversaciones entre Washington y Kiev. El presidente estadounidense, Donald Trump, presiona para obtener un rápido fin a la guerra iniciada hace tres años y espera que las deliberaciones en Riad abran el camino a un entendimiento.
Cada parte ha presentado planes diferentes para una tregua temporal, mientras continúan los ataques transfronterizos. En un principio, las conversaciones iban a celebrarse simultáneamente, pero tienen lugar ahora una tras otra. La agencia rusa de noticias TASS anunció hacia las 7:30 GMT el inicio de las conversaciones ruso-estadounidenses.
La cita del equipo ucraniano, encabezado por el ministro de Defensa, Rustem Umerov, con el estadounidense concluyó en la noche del domingo. “La discusión fue productiva y específica. Abordamos puntos claves, especialmente la energía”, describió Umerov, quien agregó que Ucrania hace esfuerzos para concretar su objetivo de una “paz justa y duradera”.
El enviado estadounidense, Steve Witkoff, se mostró optimista y dijo esperar un “progreso real en Arabia Saudita el lunes” con los rusos, “especialmente en lo que respecta al mar Negro”. Witkoff aludió, en la cadena Fox News, a un “alto el fuego para los barcos entre ambos países, y a partir de ahí, se tenderá naturalmente hacia un alto el fuego total”.
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Puntos pendientes
Pero el Kremlin bajó el domingo las expectativas de una solución rápida. “Es un tema muy complejo y hay mucho trabajo por hacer. Estamos solo al comienzo del camino”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a la televisión rusa. Aseguró que hay muchos puntos pendientes para alcanzar un alto el fuego.
El presidente ruso, Vladimir Putin, rechazó un llamado conjunto estadounidense-ucraniano para una pausa total e inmediata de 30 días, y más bien planteó detener los ataques únicamente contra las instalaciones energéticas. Según Peskov, “el principal tema de discusión” con Estados Unidos sería la posible reanudación del acuerdo de 2022 para la exportación de granos por el mar Negro, no el fin de las hostilidades.
“Nuestros negociadores estarán dispuestos a discutir los matices de esta cuestión”, indicó Peskov sobre el acuerdo que permitió a Ucrania exportar sus granos, claves para la alimentación mundial, pese a la presencia de la flota rusa en la zona.
Rusia se retiró del acuerdo en 2023 después de acusar a las potencias occidentales de no cumplir sus compromisos de suavizar las sanciones a las exportaciones rusas de productos agrícolas y fertilizantes. Un alto cargo ucraniano dijo previamente a AFP que Kiev propondría un alto el fuego más amplio, incluyendo los ataques a instalaciones energéticas, infraestructuras y ataques navales. Ambas partes lanzaron ataques con drones en vísperas de las negociaciones.
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Más presión
Autoridades ucranianas indicaron que un ataque ruso con drones, la noche del sábado, mató a tres civiles en Kiev, incluido una niña de cinco años y su padre. Periodistas de AFP en la ciudad observaron trabajadores de emergencia cuando atendían la mañana del domingo a personas heridas frente a edificios residenciales dañados en el ataque.
Los ataques mortales en la capital son menos frecuentes que en otras partes de Ucrania. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski urgió a los aliados de su país presionar más a Rusia. “Se necesitan nuevas decisiones y nueva presión contra Moscú para poner fin a estos ataques y esta guerra”, publicó Zelenski el domingo en redes sociales.
Moscú llega al diálogo en Riad tras un acercamiento con Estados Unidos bajo Trump, el cual ha fortalecido la confianza del Kremlin. Peskov aseguró que “no se puede exagerar el potencial de una cooperación mutuamente beneficiosa en varias esferas entre nuestros países”. “Podemos discrepar en algunas cosas, pero eso no significa que tengamos que privarnos del beneficio mutuo”, agregó.
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La política del espectáculo se trasladó al periodismo
El reconocido periodista y escritor español Juan Luis Cebrián (fundador y primer director de El País) suele remarcar el conflicto entre el hombre de prensa que redacta recetas mágicas para los gobiernos y los políticos que ambicionan determinar qué es noticia y qué no. El primero abandona la fundamentación analítica para incursionar abiertamente en la propaganda militante y los segundos se convierten directamente en contralores de lo que debería publicarse y de aquello que no merece siquiera mención alguna.
Hubo casos en que ambos traspusieron las fronteras para asumir la profesión de enfrente. De periodistas que decidieron dedicarse a la política y de políticos que incursionaron en el campo de la comunicación, llevando la impronta de su personalidad en esos espacios de comunicación y liderazgos.
El que buscaba o hablaba con sinceridad, en el marco de una ética que reverencia la verdad, lo seguirá haciendo sin importar dónde tenga asentada su vivencia cotidiana. De igual modo, quienes se acostumbraron a distorsionar los hechos pretenderán transfigurar el paisaje para dibujarlo conforme con sus pretensiones y conveniencias. En términos sencillos: solamente se preocupan por utilidades particulares como la fama y/o la fortuna, casi siempre asociadas, y no por el bienestar de la sociedad, ya sea por la vía de las observaciones y cuestionamientos serios y honestos o la elaboración de propuestas que despejan el camino de la consolidación democrática, combatiendo a sus más poderosos enemigos: la pobreza, la desocupación y el analfabetismo (absoluto o funcional).
Sin embargo, pocas veces ocurren estas buenas prácticas profesionales, idealizadas desde la retórica, sino todo lo contrario, abundan las mentiras, la doblez, el embuste, la mala fe y una rampante mediocridad, alimentados constantemente por una ambición sin escrúpulos. Y aquí debemos añadir una nueva clasificación a las características descritas en las primeras líneas en ese cruce entre periodismo y política: la de los políticos activos que bastardean el periodismo para imponer sus criterios ideológicos o simplemente sus sectarios intereses. Por tanto, no hay razón que valga para sus empequeñecidas miradas y sus sesgadas mentes. Los más sólidos argumentos rebotan en sus histéricos griteríos o sus ínfulas de pretendida intelectualidad.
Las entrevistas, desde el micrófono, el teléfono inteligente o la pantalla se reducen al monólogo donde la verdad es irrelevante ante el aluvión de proclamas partidistas. Asumiendo un rol travestido, acometen con audacia y cinismo en contra de la reflexión más elemental, de las pruebas más contundentes, y hasta del buen juicio. Así se pervierte y retuerce el cuello de una profesión que nació noble, pero que lentamente va sucumbiendo en su prestigio y credibilidad ante el frívolo espectáculo que privilegia el rating por encima de su real papel en la sociedad, su misión ética y su vocación de lealtad a la ciudadanía.
Recientemente, una exparlamentaria –que confundió el recinto del Congreso de la Nación con un desfile sobre alfombra roja– trasladó sus atuendos al área de prensa. En una entrevista con un dirigente campesino, quien resaltó el trabajo que está realizando este gobierno para la titulación de tierras (hasta le relató el caso de un señor que tuvo que esperar décadas para acceder a su acreditación de propiedad), recibió como respuesta unas desaforadas imprecaciones: “traidor a la causa”, “vendido al narcotráfico”, “no tenés vergüenza”. La respuesta del “entrevistado” –porque casi no le dejó hablar– tuvo la serenidad de quien debate con datos y estadísticas, generando arrebatos coléricos y panfletarios en la “periodista”.
En el otro extremo están los denominados comunicadores que hacen política, sin tapujos, borrando todos los límites y sin aclaración alguna, pues intentan infestar la conciencia ciudadana con sus prédicas de pasquín desde una posición de supuesta objetividad. Así, obnubilada la capacidad de razonar, escribió uno de ellos: “El gobierno (de Santiago Peña) puede dar miles de becas, pero, si estudiar no sirve para acceder a los mejores empleos y solo hay trabajo para hurreros y mediocres, de nada servirán.
Hay que promover un sentido meritocrático para hacer que la educación sea un dinamizador social. Guapitos, abstenerse”. Los comentarios de los usuarios de las redes no podían ser más precisos: Había sido hay que estudiar con el exclusivo propósito de ser funcionario público. La razón nuevamente fue sometida por el fanatismo. Un ejemplo más de lo que esta perniciosa práctica puede hacer. No se trabaja por construir una cultura democrática, sino para imponer la mendacidad a toda costa. Pero los agoreros del pesimismo volverán a fracasar estrepitosamente, como ya lo hicieron a lo largo de las últimas décadas. El país necesita de gente seria y capaz, que piense, edifique y aporte con la crítica sana y positiva, y no del petardismo intranscendente e improductivo. Por eso siguen empantanados en la decadencia, el descrédito y la impopularidad. Irónicamente, en todos los defectos que ven en los demás.
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Israel ataca Líbano tras disparos de cohetes contra su territorio
El ejército israelí bombardeó Líbano el sábado, tras interceptar cohetes disparados desde el país vecino y pese a la tregua que rige con el movimiento libanés Hezbolá, que negó estar implicado en el ataque. Los bombardeos mataron a una mujer y a una niña en la localidad meridional de Tulin, informó la agencia de noticias libanesa NNA, y se producen después de que el ejército israelí interceptara tres proyectiles lanzados desde el país vecino.
Un responsable del ejército del aire israelí informó que se dispararon seis cohetes en total. El cuerpo armado informó que bombardeó “decenas de lanzacohetes y un centro de mando desde donde operaban terroristas de Hezbolá” en el sur de Líbano.
Pero el ataque contra el norte de Israel, de momento, no fue reivindicado y el grupo chiita negó “cualquier implicación” en los disparos. “Las alegaciones del enemigo israelí forman parte de los pretextos para continuar sus ataques contra Líbano, que no han cesado desde que se anunció el alto el fuego”, denunció Hezbolá en un comunicado.
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Un acuerdo de tregua puso fin el 27 de noviembre a dos meses de guerra abierta entre Israel y el pro-iraní Hezbolá. El conflicto estalló tras meses de cruces de disparos en la zona fronteriza, donde el poderoso grupo libanés abrió un frente en solidaridad con el movimiento islamista palestino Hamás al inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023.
La tregua logró mantenerse en líneas generales, a pesar de las acusaciones mutuas de repetidas violaciones. El jefe del Estado Mayor israelí, el general Eyal Zamir, había advertido que el ejército respondería “severamente a los ataques de esta mañana”.
“No podemos permitir que se disparen cohetes desde Líbano hacia las comunidades de Galilea”, dijo el ministro de Defensa israelí, Israel Katz. Las sirenas antiaéreas sonaron en la mañana en Metula, una localidad del norte de Israel, en la frontera con Líbano. Su alcalde, David Azoulay, informó que algunos habitantes decidieron dejar el pueblo tras los disparos de cohetes. Y detalló que solo un 8% de la población regresó al lugar desde el inicio de la tregua.
Lanzadores de cohetes desmantelados
El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, advirtió del “riesgo de que las operaciones militares se reanuden en la frontera sur”. “Esto podría arrastrar al Líbano a una nueva guerra, con consecuencias desastrosas”, indicó, según su oficina de prensa. La agencia de noticias libanesa NNA señaló en la mañana que aviones israelíes sobrevolaron el sur de Líbano y que misiles interceptores estallaron en la zona.
Las tropas israelíes también realizan operaciones de barrido con armas automáticas en las colinas de Hamames, añadió la agencia. El ejército libanés anunció que encontró “tres lanzadores de cohetes artesanales en una zona situada al norte del río Litani”, a unos 30 km de la frontera israelí, y “procedió a su desmantelamiento”.
La Fuerza de la ONU en Líbano (Finul), desplegada en el sur del país, expresó en un comunicado su preocupación por una “posible escalada” de la violencia. Y el presidente libanés, Joseph Aoun, denunció que “la agresión [israelí] continúa contra Líbano”.
Cuando empezó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, Hezbolá era un actor clave de la vida política en Líbano y el movimiento más poderoso del país. Pero en septiembre de 2024, el cruce de disparos entre Hezbolá e Israel se transformó en una guerra abierta con bombardeos masivos en Líbano.
El movimiento chiita, la única facción en Líbano que conservó las armas tras la guerra civil (1975-1990), salió muy debilitado del conflicto y su liderazgo quedó ampliamente diezmado. Cuando empezaron los disparos transfronterizos en 2023, los habitantes de la zona recibieron órdenes de evacuación. Cerca de 60.000 personas se vieron desplazadas del norte de Israel.
En el lado libanés, más de un millón de personas huyeron del sur del país, de las cuales unas 100.000 siguen desplazadas, según la ONU. Según los términos del acuerdo de tregua, Israel debía retirarse del sur de Líbano, donde sólo se desplegarían el ejército libanés y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
Pero el ejército israelí conservó cinco posiciones estratégicas a lo largo de la frontera sur de Líbano alegando motivos de seguridad. Hezbolá, a su vez, debía desmantelar su infraestructura y retirarse al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera israelí.
Fuente: AFP