El gobierno de Brasil aseguró este martes que no entrará en “ninguna guerra comercial” en represalia a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las importaciones de acero. “Brasil no estimula ni entrará en ninguna guerra comercial”, dijo a periodistas el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, luego de un evento en compañía del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

“El presidente Lula ha dicho siempre con mucha claridad: las guerras comerciales no le hacen bien a nadie”, enfatizó Padilha. El gigante latinoamericano es el segundo abastecedor de acero a Estados Unidos. El lunes Trump adoptó aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, que entrarán en vigor el 12 de marzo, “sin excepciones ni exenciones”.

Esos gravámenes afectarán con fuerza a Brasil, solo superado por Canadá como proveedor de acero para la mayor potencia económica del mundo. Las declaraciones de Padilha contrastan con las del propio Lula a finales de enero, cuando prometió “reciprocidad” ante eventuales aranceles de Trump a productos brasileños.

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“Si grava los productos brasileños, habrá reciprocidad de Brasil gravando los productos exportados desde Estados Unidos. Así de sencillo”, afirmó entonces el mandatario izquierdista. Canadá anticipó más temprano una respuesta “firme y clara” a los gravámenes.

Mientras que México, tercer proveedor de acero para Estados Unidos, pidió a Trump no “destruir” la integración comercial de Norteamérica. De su lado, la Unión Europea anunció medidas “firmes y proporcionales”.

Estados Unidos recibió el 62% de las exportaciones brasileñas de acero entre enero y septiembre de 2024, según datos del Instituto Acero Brasil, que agrupa a los productores. El gremio recibió “con sorpresa” la modificación de un acuerdo del primer mandato de Trump (2017-2021) que permitía exportar 4,1 millones de toneladas sin aranceles.

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La Cámara de Comercio de Estados Unidos para Brasil (AMCHAM) pidió “una solución negociada para preservar el comercio bilateral, que ha registrado récords en los últimos años”. Según la entidad, en 2024 la balanza comercial registró un superávit de 7.300 millones de dólares a favor de Estados Unidos, segundo mayor destino de las exportaciones brasileñas.

Durante su primer mandato, Trump ya impuso aranceles del 25% sobre el acero, que luego desmontó parcialmente. Su gobierno “creó un programa de cuotas para permitir la importación de acero y aluminio” sin aranceles, “justamente por la falta de poder de la industria americana para atender la demanda”, explicó a la AFP Jackson Campos, de la empresa exportadora brasileña AGL Cargo. Campos anticipó una “negociación diplomática” por parte de Brasil para tratar de flexibilizar los aranceles.

Fuente: AFP.

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