Un total de 265 personas fueron deportadas ayer viernes desde Estados Unidos a Guatemala en tres vuelos -dos operados en aviones militares y uno chárter- tras el anuncio del gobierno de Donald Trump del comienzo de una operación de expulsión de migrantes, informaron autoridades locales.

Un total de 80 guatemaltecos (31 mujeres, 48 hombres y un adolescente) llegaron al país centroamericano en un primer vuelo, señaló en un balance actualizado el Instituto Guatemalteco de Migración. En una segunda aeronave, fueron embarcados igual número de personas (63 mujeres y 17 hombres).

En un informe anterior, Migración no había informado la deportación del adolescente, quien fue remitido a la Procuraduría General de la Nación (abogado del Estado) para su resguardo. Adicionalmente, llegó un tercer vuelo de tipo privado con 105 personas a bordo (11 mujeres, 89 hombres y cinco menores de edad).

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En total, fueron deportados 265 guatemaltecos, según las autoridades. “Podemos confirmar que durante la noche, dos aviones del Departamento de Defensa realizaron vuelos de repatriación desde Estados Unidos a Guatemala”, confirmó, por su parte, el Pentágono. Ni el gobierno de Estados Unidos ni el de Guatemala han precisado si en el grupo hay algunos de los 538 “inmigrantes ilegales” cuyo arresto fue anunciado el jueves por la noche por la Casa Blanca.

Los deportados fueron llevados al Centro de Recepción de Retornados, ubicado en la fuerza aérea, junto al aeropuerto internacional de Ciudad de Guatemala, donde los visitó la vicepresidenta Karin Herrera, sin acceso a la prensa.

Trump declaró estado de emergencia

Trump prometió actuar contra la inmigración irregular durante su campaña y, tras asumir la presidencia a inicios de semana, declaró el estado de emergencia nacional en la frontera con México y firmó una salva de decretos migratorios.

El mandatario republicano demonizó durante su campaña a los migrantes, describiéndolos como “salvajes”, “animales” o “criminales”, y prometió la mayor campaña de deportación de la historia de Estados Unidos, un país donde se estima que viven cerca de 11 millones de personas en situación irregular. Cada año, decenas de miles de centroamericanos, sobre todo guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, abandonan su país rumbo a Estados Unidos huyendo de la pobreza y la violencia.

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Una deportación masiva preocupa a los gobiernos de Centroamérica. Las remesas que envían los migrantes representan alrededor de un 25% del Producto Interno Bruto (PIB) en Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, según los bancos centrales. El gobierno de Guatemala anunció que preparó un plan para recibir a los deportados, con la habilitación de albergues y programas de reinserción laboral, entre otras acciones.

Fuente: AFP

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