El ejército colombiano anunció el inicio de “operaciones ofensivas” en una región fronteriza con Venezuela tras una arremetida de la guerrilla del ELN en la zona que desde la semana pasada deja unos 80 muertos y más de 36.000 desplazados. “Hemos utilizado la artillería. Estamos adelantando operaciones ofensivas, pero también operaciones para controlar los corredores de movilidad y llevarle seguridad a las personas que están en los centros urbanos” cercanos al municipio de Tibú, declaró la noche del miércoles el general general Eric Rodríguez, jefe de operaciones del Ejército.
El ELN emprendió el 16 de enero en la región limítrofe del Catatumbo una operación contra la población civil y disidentes de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016, en el más grave estallido de violencia en el país durante la última década. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aseguró desde la ciudad de Cúcuta, donde se concentran la mayoría de desplazados, que el gobierno del mandatario izquierdista Gustavo Petro “ha tomado la decisión de pasar a la ofensiva no solamente en el tema militar, de seguridad, sino también en (...) la transformación del territorio”.
Petro anunció el lunes que decretaría un “estado de conmoción interior” para afrontar la crisis. Desde este miércoles, más de 30 cabecillas del ELN, entre ellos los máximos jefes “Pablo Beltrán”, “Antonio García” y “Gabino”, vuelven a ser prófugos de la justicia luego de que la fiscalía reactivara las órdenes de captura en su contra, que el ente persecutor había levantado entre 2022 y 2023 como parte de las negociaciones de paz, ahora suspendidas por decisión del mandatario.
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Niños desplazados
La cantidad de desplazados en los últimos seis días es inédita desde que las FARC dejaron las armas. La mayor parte de ellos se concentran en estadios y otros escenarios deportivos en Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander, y Ocaña. Hasta esta población llegó la indígena wayúu Zilenia Pana, de 48 años, huyendo junto con sus pequeños hijos de 8 y 13.
Cuando los enfrentamientos se intensificaron en una zona rural de El Tarra, apenas pudo empacar un poco de ropa en una bolsa y escapó. “Rezamos para que todo se calme, para volver a nuestros ranchos (casas) con nuestros hijos, con la familia. Eso es lo que queremos y lo que le pedimos a esa gente (los guerrilleros) de corazón”, dijo a la AFP en un albergue.
Astrid Cáceres, directora de la entidad estatal que protege los derechos de los menores (ICBF), aseguró a la AFP que entre el 35 % y el 40 % de los desplazados son niños y adolescentes. Además, “pueden existir” menores de edad entre los fallecidos, aseguró. El Ministerio de Defensa dio parte de más de 5.500 personas confinadas en sus hogares. Autoridades del Catatumbo no han podido hacer recorridos ante la presencia de combatientes de la organización de extrema izquierda en carreteras.
“Incumplimiento”
La fiscalía considera que la arremetida de los rebeldes de inspiración guevarista supone un “incumplimiento de las condiciones para la suspensión” de las órdenes judiciales en su contra. En agosto de 2022, pocos días después de asumir el poder, el presidente Petro pidió al ente acusador suspender las órdenes de captura contra 18 líderes del ELN, entre ellos el principal negociador de paz Pablo Beltrán.
Un segundo grupo de cabecillas, incluido el comandante militar Antonio García, se benefició de la misma medida en 2023. La reanudación de las negociaciones es una incógnita. Tampoco es clara la ubicación de los jefes del ELN, que asistieron a algunos de los ciclos de negociaciones celebrados en La Habana y Caracas.
“Control brutal”
El enviado especial de la ONU para Colombia, Carlos Ruiz Massieu, declaró el miércoles ante el Consejo de Seguridad en Nueva York que “el vacío de la presencia estatal” en zonas remotas facilita el “control territorial y social”. “No debemos desfallecer, no debemos renunciar a la paz”, expresó a la prensa el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo en la sede de Naciones Unidas tras la reunión del Consejo. La violencia tiene en jaque la apuesta del gobierno de lograr el desarme de todos los grupos armados de Colombia, bautizada como la “paz total”.
La directora para las Américas de Human Rights Watch (HRW), Juanita Goebertus, aseguró en una declaración enviada a medios el miércoles que “la crisis del Catatumbo debería ser un llamado de atención para la administración de Petro”, cuya propuesta aunada a la “falta de políticas eficaces de seguridad y justicia, han permitido a los grupos armados expandir su presencia y su control brutal” en comunidades rurales del país.
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Narcos, guerrillas y paramilitares
Colombia atraviesa su más grave estallido de violencia en la última década, tras una serie de arremetidas de grupos armados ilegales que desde la semana pasada dejan un centenar de muertos y 36.000 desplazados. El peor foco del conflicto se concentra en el Catatumbo, una región fronteriza con Venezuela, plagada de cultivos de coca y donde guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se enfrentan a disidentes de la extinta guerrilla FARC y atacan a la población civil.
Esos ataques, que el presidente izquierdista Gustavo Petro calificó como “crímenes de guerra”, llevaron a la suspensión de los diálogos de paz del gobierno con el ELN. “Desde la desmovilización de las FARC en 2016, el ELN no ha dejado de ampliar y consolidar su poder en Venezuela y en los departamentos fronterizos colombianos (...) el único obstáculo que le queda al ELN es el Frente 33 (de las disidencias FARC), que mantiene una fuerte presencia” en la región, explica la ONG estadounidense Insight Crime.
Además de esas guerrillas, un puñado de organizaciones criminales controlan las rutas de narcotráfico de este país, el mayor productor de cocaína del mundo. Algunas regiones apartadas están vedadas para la fuerza pública, pues allí rebeldes y narcos fungen como Estado de facto. Estos son los principales grupos armados de Colombia:
ELN
De origen guevarista y fundada en 1964, esta guerrilla de izquierda opera principalmente en el límite entre Colombia y Venezuela. Según expertos, están en ambos lados de la frontera y usan a su Venezuela como retaguardia. Tiene también una fuerte presencia en los departamentos de Bolívar (norte), Antioquia, Chocó (noroeste), Valle del Cauca, Cauca y Nariño (suroeste).
El miércoles, la fiscalía reactivó las órdenes de captura contra más de 30 rebeldes del ELN que entre 2022 y 2023 habían sido levantadas a pedido de Petro, como parte de las negociaciones ahora suspendidas. Entre ellos se encuentran los máximos jefes de la guerrilla ‘Pablo Beltrán’, ‘Antonio García’ y ‘Gabino’.
Clan del Golfo
Es el principal cártel narcotraficante de Colombia. De origen paramilitar de extrema derecha, el grupo se hace llamar Ejército Gaitanista de Colombia e insiste en ser tratado como organización política. También adelanta acercamientos con el gobierno de Petro. Pero en diciembre, el mandatario excluyó de la mesa de negociaciones a tres de sus principales líderes, entre ellos alias ‘Chiquito Malo’, cabecilla de la organización tras la captura y posterior extradición a Estados Unidos en 2022 de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’.
El Clan tiene presencia especialmente en departamentos del noroeste de Colombia, aunque también mantiene enclaves en Meta, Vichada (este), Casanare (noreste), Valle del Cauca y Nariño (suroeste). Se lo vincula además con el tráfico de migrantes por la selva del Darién, en la frontera con Panamá, aunque sus líderes lo niegan.
Disidencias de FARC
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un histórico acuerdo de paz con el gobierno de Colombia en 2016, al cabo de más de 50 años de lucha armada. Pero algunos de sus frentes se apartaron del proceso de desmovilización. Tras su fragmentación se reorganizaron con nuevos reclutas en grupos hoy enfrentados entre sí: La Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central (EMC).
El EMC es la más grande agrupación de estructuras disidentes de las FARC, aunque está dividida. La escisión al mando de ‘Iván Mordisco’ se apartó de los diálogos con el gobierno en abril y aumentó su presión contra el Estado con una ola de violencia que ha afectado sobre todo a los departamentos de Valle del Cauca y Cauca (suroeste). Otra facción al mando de alias ‘Calarcá’ creó un grupo independiente que hoy sigue en conversaciones con el gobierno de Petro.
La Segunda Marquetalia es una agrupación fundada por ex-FARC desmovilizados en 2016 que retomaron las armas. Ejerce influencia principalmente en la frontera con Venezuela, pero también en varios departamentos de la Amazonía (sur) y en Nariño (suroeste). El ex número dos de las FARC, Iván Márquez, quien fue jefe negociador de la paz, es reconocido como su líder. La Segunda Marquetalia también está dividida luego de una ruptura de dos facciones que en noviembre criticaron la falta de voluntad de Márquez para seguir con una mesa de diálogo con el gobierno de Petro instalada en junio en Caracas.
Fuente: AFP.