Tras el juramento del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el Departamento de Estado de dicho país prohibió a las misiones diplomáticas en el extranjero mostrar cualquier bandera que no sea la estadounidense. Esta orden pone fin a una práctica permitida bajo la administración del expresidente Joe Biden de exhibir banderas LGBT y Black Lives Matter (BLM) en edificios gubernamentales, informó el Washington Free Beacon.
Según el medio, la orden fue emitida por el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, y forma parte de la política de Trump de eliminar los programas de diversidad, equidad e inclusión, promovidos por Biden.
Solo bandera estadounidense
Las nuevas autoridades argumentaron la decisión en el documento, señalando que “la bandera de EE.UU. une a todos los estadounidenses bajo los principios universales de justicia, libertad y democracia”, las valores que representan “cimientos” del país norteamericano, revela el medio RT en su edición digital.
“A partir de ahora, solo se autoriza izar o exhibir la bandera de EE. UU. en las instalaciones estadounidenses, tanto nacionales como en el extranjero, y en los contenidos del Gobierno de los EE. UU.”, expresa el documento, emitido por el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio.
A continuación aclara que “la bandera de EE. UU. es un poderoso símbolo de orgullo y es apropiado y respetuoso que solo la bandera de EE. UU. sea izada o exhibida en las instalaciones de EE. UU., tanto dentro como fuera del país”, indica el documento.
Excepciones
Tras la orden emitida, el Departamento de Estado hizo una excepción y añadió dos banderas más que pueden exhibirse, que son el emblema de Prisionero de Guerra/Desaparecido en Acción y la Bandera de los Detenidos Injustamente.
La prohibición del departamento forma parte de la política del mandatario republicano de eliminar los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), promovidos por la Administración de Biden.
Obispa “desagradable”
Otro claro ejemplo de que el nuevo mandatario no comulga con este tipo de visión fue la calificación dada por Trump , quien definió como “desagradable” a la obispa de Washington que le reclamó “piedad” para la comunidad LGBT.
Según el medio Infobae, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó este miércoles como “desagradable” a la obispa Mariann Edgar Budde, de la Diócesis Episcopal de Washington, luego de que esta lo criticara desde el púlpito durante un servicio en la Catedral Nacional de Washington. Tras esto, el republicano pidió una disculpa pública a la líder religiosa, a quien acusó de politizar el evento.
“La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana es una izquierdista radical y una odiadora de Trump”, escribió el presidente en su plataforma Truth Social.
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“Llevó su iglesia al mundo de la política de una manera muy poco amable. Fue desagradable en su tono, y no fue convincente ni inteligente”, añadió.