BAIC, JMC, Changan, BYD: el auge de los autos chinos en México ha alcanzado el segmento de lujo, cuyas tradicionales marcas europeas acumulan importantes caídas de ventas frente a los competidores asiáticos, cada vez más atractivos. Detrás de esta tendencia hay un cambio en las preferencias de los consumidores, seducidos más por la mezcla de confort, tecnología y precio de las camionetas chinas, que por los modelos sedán que han dominado el mercado, explican fuentes de la industria.
No es poca cosa en un país en el que marcas como Audi o BMW cuentan con plantas de ensamblaje y donde hasta poco los carros chinos tenían mala reputación. Según la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), el segmento de gama alta registra una caída de 8,1 % de enero a noviembre de este año.
Audi tuvo un descenso de ventas de 21,9 %, mientras Mercedes Benz sufrió una disminución de 9,8 %, de acuerdo con el instituto de estadísticas INEGI (estatal). En contraste, en los primeros 11 meses de este año, Motornation, que comercializa las marcas BAIC, JMC y Changan, acumula un aumento de 8,8 % en ventas y las de Jetour subieron 131 %, según el INEGI.
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Las marcas chinas casi han cuadriplicado su cuota de mercado en el país en tres años. Pasaron de 2,6 % en el 2021 a 9,3 % en lo que va de año, subraya la AMDA. Las “marcas de reciente incursión de origen chino están llegando para competir en el segmento de camionetas” y ofrecen muchos componentes de las versiones de “alta gama ofertadas por las marcas premium”, dice a la AFP Guillermo Rosales, presidente de la AMDA.
“Arrastran la preferencia de una parte del mercado”, además, “con un precio inferior”, añade. Rosales explicó que tradicionalmente el segmento premium contemplaba vehículos tipo sedán con motor y equipamiento de lujo. Sin embargo, desde hace unos 10 años los consumidores comenzaron a preferir otro tipo de vehículos, como las camionetas, minivans y SUVs, ahora con fuerte presencia china.
“Aritmética simple”
Para Miguel Reyes, jubilado de 71 años, elegir un automóvil chino sobre otras marcas fue “aritmética simple”. “Necesitaba un auto que tuviera la tecnología necesaria como las asistencias al volante para hacer más seguro el manejo”, dice Reyes frente a una camioneta que recién adquirió en Ciudad de México. Además de sentirse a gusto con el diseño y la comodidad del vehículo, resalta su precio “competitivo”.
Reyes pagó unos 550.000 pesos (unos 27.320 dólares) por la versión más equipada de una SUV. Asegura que un modelo similar de las marcas tradicionales le hubiera costado entre 40.000 y 50.000 dólares. Una treintena de marcas chinas comercializan sus autos en México, según Gerardo Gómez, de la consultora de mercado J.D. Power.
“Tienen vehículos de segmentos compactos, a vehículos de superlujo y deportivos”, explica. “Te pueden ofrecer lo que sea en cualquier punto de la gama”. La china BYD, por ejemplo, ofrece una camioneta eléctrica en más de un millón de pesos (50.000 dólares) pero también un compacto de 17.000 dólares, mientras la asiática Zeekr vende modelos de lujo en unos 40.000 dólares.
Tensiones por Trump
La presencia creciente de autos chinos en México, un fuerte productor y exportador de vehículos, ocurre en momentos en que China es motivo de discordia entre Estados Unidos, México y Canadá, socios en el acuerdo de libre comercio T-MEC. En campaña, el mandatario electo estadounidense, Donald Trump, aseguró que China construía fábricas de automóviles en México para venderlos en Estados Unidos, mientras funcionarios canadienses afirmaron que el país era un trampolín para la entrada de productos asiáticos en la región, acusaciones desmentidas por las autoridades mexicanas.
Las marcas chinas carecen de plantas de montaje en suelo mexicano y los autos que llegan desde China difícilmente entran al mercado estadounidense y canadiense debido a los altos aranceles impuestos por estos países a los vehículos de fabricación asiática. De hecho, el aumento de ventas de vehículos chinos en el mercado mexicano coincide con una exención de aranceles a la importación de autos eléctricos, que estuvo vigente en México de 2020 hasta el pasado 1 de octubre.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, recordó a sus socios del T-MEC que los vehículos fabricados en el país solo tienen 7 % de componentes chinos. Y las compañías que los usan son europeas, japonesas y estadounidenses. Los productos chinos son, según Sheinbaum, un problema para el país.
La mandataria anunció a fines de noviembre que propondrá a Estados Unidos y Canadá un plan para sustituir importaciones chinas en el marco del T-MEC, al señalar que tan solo en el caso de México, el déficit comercial con el gigante asiático fue de 80.000 millones de dólares de enero a noviembre de este año. “No hay evidencia de ningún lado que pruebe que México esté siendo este trampolín” de productos chinos, sostiene Diego Marroquín, especialista en política comercial del Wilson Center en Estados Unidos. “Es una narrativa política que viene de Estados Unidos y ahora de Canadá”.
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Plan para sustituir importaciones chinas
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó el 13 de enero un plan para sustituir importaciones chinas y aumentar la producción nacional, en momentos de incertidumbre por las las anunciadas políticas proteccionistas de Donald Trump en Estados Unidos. “Nuestro objetivo con el Plan México (...) es reducir esas importaciones, que se produzca más en México, no solamente para nuestro mercado sino también para el mercado regional”, afirmó Sheinbaum durante el lanzamiento del programa.
Según el gobierno mexicano, el déficit comercial de México con China asciende a 80.000 millones de dólares. De acuerdo con Sheinbaum, el plan para reemplazar importaciones desde Asia prevé un aumento de la inversión pública y privada del actual 25% del PIB a 28% en el año 2030, y lograr que México se convierta en la décima economía mundial, subiendo del lugar 12 que ocupa actualmente.
El portafolio de proyectos de inversión potenciales en el país, desde energía y petroquímica hasta electromovilidad o semiconductores, podría representar una suma mayúscula: “Hemos llegado al nivel de tener contabilizados 277.000 millones de dólares de inversiones que quieren llegar a México”, aseguró la presidenta izquierdista.
Sheinbaum había anunciado en noviembre pasado que plantearía el programa de sustitución de importaciones chinas a Estados Unidos y Canadá, sus socios en el tratado de libre comercio T-MEC. Durante la presentación del Plan México, la mandataria reivindicó el T-MEC como uno de los mejores acuerdos comerciales en la historia. “Es la única manera en que podemos competir con los países asiáticos, en particular con China”, sostuvo.
El tratado, sin embargo, enfrenta grandes desafíos por el anuncio de Trump de que implantará un arancel del 25% a las importaciones que llegan de México y Canadá hasta que estos dos países tomen más medidas para frenar la migración irregular y el tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense. La amenaza también incluye un incremento de los aranceles que Washington ya mantiene sobre las importaciones chinas.
Sheinbaum destacó que, gracias a la integración, México ha rebasado “por mucho” a China como el principal socio comercial de Washington, al tiempo que se mostró confiada en que el T-MEC, que tiene origen en el TLCAN de 1994 y está vigente desde 2020, “se va a mantener”. Sheinbaum detalló que la misión de largo plazo del plan es promover la transferencia de empresas de Asia a México y elevar el contenido nacional y regional de insumos para la industria.
Fuente: AFP.