Los combatientes de un poderoso grupo de rebeldes del sur de Siria, que ayudaron a derrocar al presidente Bashar al Asad, no están convencidos de entregar sus armas y disolverse, afirmó su portavoz a AFP. La ofensiva relámpago lanzada desde el norte de Siria por una coalición de insurgentes liderados por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS) tomó el poder el 8 de diciembre, derrocando a Al Asad.

Las nuevas autoridades anunciaron el 25 de diciembre que alcanzaron un acuerdo con grupos armados para su disolución y aseguraron que serían integrados al Ministerio de Defensa. “No estamos convencidos de la idea de la disolución de los grupos armados”, declaró a AFP el coronel Nasim Abu Orra, portavoz de la Sala de Operaciones del Sur, que agrupa a las fuerzas que controlan la región de Daraa.

Abu Orra desertó del ejército de Al Asad en 2012, después del inicio de la guerra civil. Este conflicto, que empezó en 2011 tras la represión de manifestaciones prodemocráticas, provocó más de medio millón de muertos y dividió al país en zonas de influencia.

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“Somos una fuerza organizada (...) dirigida por oficiales que desertaron” del ejército, explicó durante la entrevista en Bosra, en el sur de Siria. “Tenemos armas y armamento pesado. Podemos ser integrados al Ministerio de Defensa (pero) como una entidad”, añadió.

Según él, el grupo Sala de Operaciones del Sur reúne a las fuerzas dirigidas por un líder local, Ahmad al Audeh, que cuentan con “miles de hombres” sin afiliación islamista.

Audeh es conocido por sus buenas relaciones con Rusia, pero también mantiene vínculos con Jordania y Emiratos Árabes Unidos, según fuentes cercanas a su formación. Rusia supervisó en 2018 un acuerdo que permitió a las fuerzas del régimen recuperar teóricamente el control de la provincia de Daraa, cuna del levantamiento en 2011, pero que autorizó a los rebeldes a conservar sus armas.

Contacto con países extranjeros

Los combatientes de la Sala de Operaciones del Sur fueron “los primeros en entrar en Damasco en la madrugada” del 8 de diciembre, relató el portavoz.

La coalición liderada por HTS lanzó una ofensiva relámpago a finales de noviembre desde el norte de Siria, lo que le permitió tomar la ciudad de Alepo (norte) y luego avanzar hacia Hama y Homs, en el centro.

“Cuando comenzaron las operaciones militares en el norte con la liberación de Alepo, decidimos comenzar a liberar el sur de Siria para llegar a Damasco”, detalló Abu Orra.

El oficial precisó que estas fuerzas elaboraron sus propios planes militares mientras mantenían “cierta coordinación” con los combatientes del norte.

Testigos afirmaron a AFP haber visto, temprano el 8 de diciembre, a los hombres de Ahmad al Audeh, reconocibles por el turbante típico de su región, desplegados alrededor del banco central y en varios barrios de la capital siria.

“Era un caos, pero logramos tomar brevemente el control de instituciones vitales para garantizar su protección”, subrayó el jefe militar, conocido como Abu Hosam.

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El portavoz agregó que sus hombres se ocuparon durante un tiempo de la seguridad de varias embajadas, incluidas las de Egipto y Jordania, y escoltaron a diplomáticos hasta un gran hotel de la capital para ponerlos a salvo.

También facilitaron el paso seguro de diplomáticos jordanos hacia la frontera de su país.

Esta iniciativa se llevó a cabo a pedido de “varios países extranjeros” que se pusieron en contacto con su líder, afirmó sin dar más detalles.

Cuando las fuerzas lideradas por HTS llegaron a Damasco en la tarde del 8 de diciembre, los combatientes del sur temieron “el caos o enfrentamientos armados” con ellos y regresaron a Daraa, afirmó el oficial.

Dos días después, Audeh se reunió con el nuevo líder del país, Ahmed al Sharaa. Sin embargo, no participó en la reunión que este último presidió el 25 de diciembre con líderes de varias formaciones armadas que declararon aceptar su disolución.

Fuente: AFP.

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