Diez años después del ataque yihadista que devastó su redacción, la revista satírica francesa Charlie Hebdo publicó ayer lunes un número especial con caricaturas sobre Dios, para reafirmar que sus ganas de reír “no desaparecerán jamás”. Cerca de cuarenta viñetas provenientes de 28 países, aparecen en esta revista de 32 páginas, para demostrar que el estado de ánimo de sus creadores es “¡inquebrantable!”.
En la portada aparece un lector sentado sobre un rifle de asalto, sonriendo y leyendo la revista, a la que tuvo acceso la AFP anticipadamente. El autor de la caricatura es Riss, el actual director y uno de los supervivientes de la redacción. “La sátira posee una virtud que nos ha ayudado a atravesar estos años trágicos: el optimismo. Si uno tiene ganas de reír, es porque tiene ganas de vivir. La risa, la ironía y la caricatura son manifestaciones de optimismo. Pase lo que pase, sea dramático o feliz, las ganas de reír no desaparecerán jamás”, subraya Riss en el editorial.
El 7 de enero de 2015, doce personas, entre ellas ocho miembros de la redacción, perdieron la vida en el ataque al semanario perpetrado por los hermanos Kouachi, franceses de origen argelino que habían jurado lealtad a Al Qaeda. Entre las víctimas se encontraban el dibujante Charb, así como dos leyendas de la caricatura en Francia, Cabu y Wolinski. Charlie Hebdo, una revista irreverente y de espíritu ácrata fundada en 1970, con un público fiel pero reducido, pasó tras la tragedia a convertirse en uno de los símbolos mundiales de la libertad de expresión.
Lea más: El papa Francisco a los estudiantes: “Nunca acosen, ¿entendieron?”
“Los valores de Charlie Hebdo”
La revista ha asumido con decisión esa bandera, y se ha vuelto más que nunca un órgano de prensa, con largos artículos que comentan la actualidad. “¿Para qué editar un diario sino es con ese objetivo?” se pregunta Riss en ese editorial. “Hoy en día, los valores de Charlie Hebdo, como el humor, la sátira, la libertad de expresión, la ecología, la laicidad y el feminismo, por mencionar solo algunos, nunca habían sido tan cuestionados”, añade.
“Tal vez porque es la democracia misma la que se encuentra amenazada por fuerzas oscurantistas renovadas”, explica. Charlie Hebdo, cuyos redactores se encuentran ahora bajo medidas extraordinarias de seguridad, ha sido objetivo de amenazas yihadistas desde la publicación de caricaturas del profeta Mahoma en 2006.
Aunque su sede es ahora secreta, la revista sigue publicando decenas de miles de ejemplares cada semana. Este lunes se abrió en París un juicio contra un hombre que en septiembre de 2020 atacó con un machete a dos personas ante la antigua sede de la revista.
El atacante pensó erróneamente que esas personas trabajaban en Charlie Hebdo. En el juicio también están acusadas otras cinco personas, todas ellas proveniente de una misma región rural de Pakistán. El principal acusado pidió “perdón” ayer lunes a las víctimas. “Son incidentes muy graves. Pido perdón a las víctimas, a sus familias y a las personas a las que hice daño”, declaró Zaheer Mahmood.
“El control de todas las religiones”
En noviembre pasado los creadores de la revista anunciaron un concurso internacional con el tema #reirsedeDios, invitando a sus colegas del mundo entero a participar para expresar su “cólera contra el control de todas las religiones sobre sus libertades”. Entre las caricaturas, una de Jesucristo crucificado haciéndose un selfie, otra con hombres barbudos y con turbante con un cartel en el que se puede leer “la teocracia es cool”.
Charlie Hebdo publica igualmente los resultados de una encuesta realizada en junio de 2024 que muestra que el 76 % de los franceses considera que “la libertad de expresión es un derecho fundamental y que la libertad de caricaturizar forma parte de ello”. Además, el 62 % de los encuestados está a favor del “derecho a criticar de manera provocadora una creencia, un símbolo o un dogma religioso”, aunque el mismo porcentaje cree que no “se puede reír de todo”.
Los atentados del 7 de enero de 2015 causaron una conmoción mundial y dieron origen a un eslogan de apoyo que se hizo famoso: “Je suis Charlie”. El 11 de enero, cerca de 4 millones de personas se manifestaron en toda Francia, con la participación de numerosos jefes de Estado y de gobierno en el desfile de París. Diez años después, las conmemoraciones organizadas el martes contarán con la presencia del presidente Emmanuel Macron y varios ministros. La lucha contra el terrorismo debe continuar “sin descanso” pidió este lunes Macron. “El riesgo sigue siendo alto en nuestras sociedades”, añadió.
Lea también: Perú no reconoce la reelección de Maduro
Acto conmemorativo
Las autoridades francesas y la revista Charlie Hebdo recordaron este martes los atentados yihadistas que causaron una docena de muertos hace diez años, con un acto solemne en París y un número especial del semanario satírico con nuevas caricaturas sobre la religión. El presidente francés, Emmanuel Macron, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, depositaron juntos flores ante la antigua sede de la revista, antes de observar un minuto de silencio.
En la ceremonia se leyeron los nombres de las ocho personas de la redacción que murieron asesinadas el 7 de enero de 2015, cuando dos hermanos franceses de origen argelino, Chérif y Said Kouachi, que habían prestado juramento de fidelidad a Al Qaeda, penetraron con rifles de asalto en la sede de Charlie Hebdo.
Otras cuatro personas murieron en ese sangriento periplo de los hermanos Koauchi, hasta que la policía los localizó y abatió en las afueras de París, dos días después. Charlie Hebdo, símbolo desde entonces de la lucha por la libertad de expresión, optó por su parte por utilizar su conocido sentido del humor.
Sus actuales responsables publicaron un número especial de 32 páginas, bajo el lema “¡inquebrantable!”, con el dibujo de un lector alegre sentado sobre un fusil de asalto. Junto a la revista, en los quioscos, varios diarios dedicaron su portada al décimo aniversario del ataque: “¡Libertad, Libertad Charlie!”, tituló Libération, mientras que Le Figaro advertía que Francia sigue “bajo la amenaza islamista” diez años después. “La amenaza terrorista nunca ha sido tan presente”, afirmó el ministro del Interior Bruno Retailleau en la portada de Le Parisien.
Ciclo de violencia yihadista
En el ataque sin precedentes de 2015, que causó consternación mundial, murieron su emblemático director, el dibujante Charb, así como dos leyendas de la caricatura en Francia, Cabu y Wolinski. Durante nueve años, desde que Charlie Hebdo publicó caricaturas del profeta Mahoma en 2006, la revista de tono ácrata había vivido bajo la amenaza islamista.
La violencia iniciada por los hermanos Kouachi provocó otras muertes a lo largo de dos días de terror y persecución policial, entre el 7 y el 9 de enero de 2015. Una policía y cuatro clientes judíos de un supermercado kosher murieron en otro ataque separado, protagonizado por otro yihadista amigo de los hermanos.
Aunque Francia ya había sufrido atentados yihadistas durante décadas, la tragedia de Charlie Hebdo marcó simbólicamente el inicio de un ciclo especialmente mortífero, con los sangrientos ataques de noviembre de 2015 que causaron 130 muertos en París, principalmente en la sala de fiestas Bataclan.
Y desde entonces ha habido otros ataques esporádicos: en octubre de 2020 un profesor de secundaria que mostró la caricatura de Mahoma de Charlie Hebdo en clase, como parte de un ejercicio sobre la libertad de expresión, fue degollado por un checheno.
Un mes antes, en septiembre de 2020, un hombre de origen pakistaní había atacado con un machete a dos personas ante la antigua sede de la revista. El atacante pensó erróneamente que esas personas trabajaban en Charlie Hebdo. El juicio por ese ataque se inició el lunes, y también están acusadas otras cinco personas, todas ellas proveniente de una misma región rural de Pakistán.
Por otra parte, el ex responsable del sitio internet de Charlie Hebdo, Simon Fieschi, gravemente herido en el atentado, murió en octubre pasado, a los 40 años. Charlie Hebdo sigue publicando decenas de miles de ejemplares semanalmente, aunque su sede es secreta, y sus dibujantes y periodistas viven bajo extraordinarias medidas de seguridad.
Fuente: AFP.