La gira por Asia, el Sínodo de la Sinodalidad en el que por primera vez votaron mujeres, la encíclica ‘Nos amó’, el clamor contra las guerras o las aclaraciones sobre la bendición de parejas del mismo sexo por parte de la Iglesia han sido algunos de los hechos destacados del año 2024 en el Vaticano. El próximo 13 de marzo de 2025, Francisco cumplirá doce años de pontificado tras la histórica renuncia de Benedicto XVI en 2013.
Los problemas de movilidad del sacerdote argentino Jorge Bergoglio, que se ve obligado a usar una silla de ruedas para desplazarse y le impide celebrar de pie la mayoría de las celebraciones litúrgicas, no han impedido que este año cumpliera con una apretada agenda internacional. En el último año, el Papa ha mantenido un ritmo constante de compromisos oficiales, con días que incluyeron hasta nueve encuentros públicos y privados.
A principios de septiembre visitó Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur, en el que fue el viaje más largo del pontificado, tanto en términos de distancia como en tiempo que pasó fuera de Roma. A su regreso, durante la primera audiencia general pública, agradeció a Dios que le hubiera permitido “hacer como Papa anciano” lo que le “hubiera gustado hacer como joven jesuita”, es decir, su sueño de ser misionero en Asia para predicar el Evangelio.
Lea más: Brasil presenta vacuna contra el dengue de dosis única
Dos semanas más tarde, el Pontífice volvió a subirse a un avión para viajar a Luxemburgo y a Bélgica. Además, ha cerrado 2024 con una visita relámpago a la isla francesa de Córcega el pasado domingo 15 de diciembre para participar en un importante encuentro de religiosidad popular. El pasado 17 de diciembre, Francisco cumplió 88 años y se convirtió en el tercer Pontífice más longevo de la Historia de la Iglesia católica. Solo lo han superado en edad, León XIII, quien vivió hasta los 93 años, y Agatón, un Papa del siglo VII que alcanzó los 102 años.
En todo caso, sus problemas de salud también han aparecido este año. En febrero, sufrió graves problemas respiratorios que le obligaron a delegar algunas de sus tareas, como la lectura de las catequesis de los miércoles o las homilías de las citas litúrgicas de Semana Santa. En concreto, no pudo pronunciar la homilía del Domingo de Ramos y, por primera vez, no estuvo presente en el Coliseo de Roma para presidir el Vía Crucis.
Además, a principios de diciembre se cayó, golpeándose la barbilla con la mesilla de noche, lo que le provocó un hematoma en el lado derecho del rostro que fue visible en el consistorio del 7 de diciembre cuando creó 21 nuevos cardenales. Si bien, comparado con el año 2023, cuando tuvo que ser ingresado en el hospital dos veces --una por una operación de hernia y otra por una infección respiratoria--, 2024 ha sido un año menos complicado para Bergoglio desde el punto de vista de los problemas de salud.
Aclaración sobre las bendiciones
También se ha cumplido un año de la aprobación el pasado 18 de diciembre de la bendición de parejas homosexuales, divorciados que se han vuelto a casar o parejas que conviven sin haber pasado por el altar, con la condición de que se realice fuera de los ritos litúrgicos, un gesto inédito en la Iglesia católica. Unas semanas más tarde, a comienzos de enero de 2024, el Vaticano aclaró que estas bendiciones no suponían un “visto bueno” a estas formas de vida.
Este año, además tuvo lugar la asamblea final del Sínodo de la Sinodalidad, que se extendió durante cuatro semanas y fue la culminación de un proceso de escucha y oración que lanzó en otoño de 2021. En su homilía en la misa de apertura del Sínodo, en el que previamente había hecho miembros con derecho a voto a decenas de laicos, hombres y mujeres, sacerdotes y religiosas, Francisco dejó claro que el Sínodo no era una “asamblea parlamentaria”, con distintas facciones, sino un esfuerzo por comprender la historia, los sueños y las esperanzas de los “hermanos y hermanas dispersos por todo el mundo inspirados por la misma fe, movidos por el mismo deseo de santidad”.
La asamblea terminó con la aprobación de un documento final que pedía una mayor participación de los laicos a través de nuevos ministerios y estructuras de gobierno ajustadas como los consejos pastorales, así como una mayor transparencia y responsabilidad entre los líderes de la Iglesia. El Papa ordenó su publicación como si fuese un documento del propio magisterio y pidió a la Iglesia universal su puesta en práctica.
Lea también: Trump, guerras, alianzas inéditas: el 2025 será un año caótico
Sin embargo, el Pontífice retiró algunos de los temas más complejos y delicados de las discusiones. En su lugar, creó en marzo 10 grupos de estudio que a día de hoy siguen examinando temas como la posibilidad de crear ministerios ordenados para las mujeres, la educación en los seminarios, las relaciones entre los obispos y las comunidades religiosas y el papel de los nuncios.
En 2024, también publicó su cuarta encíclica ‘Dilexit nos’ (Él nos amó), un documento impulsado en parte por las celebraciones del 350 aniversario de las apariciones del Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque en Paray-le-Monial, en el que Francisco analiza cómo la devoción tradicional al Sagrado Corazón debería ayudar a las personas a reconocerse amadas por Dios y llamadas a amar a los demás.
Además, a lo largo del año, Francisco ha aprovechado la mayor parte de sus citas públicas, como el ángelus o la audiencia general de los miércoles, para denunciar el horror de la guerra, en concreto en Ucrania y Oriente Medio. Si bien, sus palabras han suscitado polémica en alguna ocasión.
En una entrevista televisada en marzo, Francisco pidió a Rusia y Ucrania que tuvieran el “coraje de la bandera blanca”, un término que suele asociarse con la rendición y que, por tanto, causó cierta perplejidad entre las personas que creen que Ucrania tiene el derecho y el deber de defenderse de la agresión rusa. El director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, aclaró que el Papa quería indicar “el cese de las hostilidades, una tregua alcanzada con el valor de la negociación”, no un llamamiento a la rendición.
Francisco también ha pedido a lo largo de este 2024 la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás en octubre de 2023 y la entrada de ayuda humanitaria para la población de Gaza. Sus consideraciones al pedir que se investigase si lo que está sucediendo en Gaza es un genocidio, provocó una oleada de críticas por parte de Israel.
Fuente: Europa Press.