La justicia de Brasil condenó el sábado a penas de 23 y 28 años de cárcel a tres expolicías por matar en 2022 a un hombre al encerrarlo en el maletero de un patrullero con una bomba de gas lacrimógeno, un hecho que estremeció al país. Tras un juicio de 12 días con jurado popular en el Tribunal Federal del estado de Sergipe (noreste), los expolicías federales de carreteras Paulo Rodolpho Nascimento, William Noia y Kleber Freitas fueron condenados por la muerte de Genivaldo Santos el 25 de mayo de 2022.

Nascimento fue el único condenado por el jurado popular, que lo halló culpable de homicidio triplemente calificado (por asfixia, motivo fútil e imposibilidad de defensa para la víctima) y lo sentenció a 28 años de prisión, señaló el Ministerio Público brasileño en un comunicado. En relación con Noia y Freitas, “los jurados entendieron que no actuaron intencionalmente, pasando el análisis de los hechos a la competencia del propio juez”, que impuso un castigo de 23 años para cada uno por el delito de “tortura con resultado de muerte”.

Santos, de 38 años y con esquizofrenia, murió asfixiado durante un abordaje policial por conducir una moto sin casco en una carretera cercana a Umbaúba, una pequeña localidad de 25.000 habitantes en Sergipe. “Sin oponer resistencia, (Santos) fue derribado, esposado, atacado con gas pimienta en el rostro por Kleber Freitas y colocado en la parte trasera de la patrulla de la Policía Federal de Carreteras”, según el Ministerio Público.

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“Con la víctima rendida, Paulo Nascimento lanzó una granada de gas lacrimógeno y forzó la puerta, con la ayuda de William Noia”, agregó. Fue considerado un agravante que la actuación fuera “contra una persona con deficiencia”, señaló el tribunal en un comunicado. El incidente causó conmoción en Brasil, un país habituado a los episodios de abusos policiales, después de que un video de un testigo se viralizó.

En las imágenes, se veía una espesa humareda y los pies del hombre sacudiéndose por debajo de la puerta del maletero, mientras uno de los policías presionaba la puerta. También se podían oír los gritos de dolor del hombre y los comentarios de un testigo exclamando: “¡Lo van a matar!”. La hermana de la víctima, Laura Santos, dijo estar conforme con la sentencia. “Fue un resultado satisfactorio, aunque no estamos contentos con la desgracia de nadie. Calma, pero no trae felicidad”, declaró al portal de noticias G1.

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Fuente: AFP.

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