La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, pidió este jueves sellar el demorado acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, a pocas horas de una cumbre que podría servir de escenario al esperado anuncio. Los presidentes del Mercosur se reúnen este jueves y viernes en una cumbre en Montevideo, considerada el escenario ideal para que se anuncie el acuerdo con la UE.

“Aterrizamos en América Latina. La meta del acuerdo UE-Mercosur ya está a la vista. Trabajemos, crucemos la meta. Tenemos la oportunidad de crear un mercado de 700 millones de personas”, anunció Von der Leyen en la red X. En principio, el acuerdo beneficia a los cuatro países fundadores del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay). Bolivia es parte del bloque sudamericano, pero no es parte de este acuerdo.

El sitio web oficial de la presidencia de Uruguay había incluido en la agenda del presidente Luis Lacalle una reunión con Von der Leyen este jueves. La Comisión Europea, al poder ejecutivo de la UE, se encuentra desde hace semanas bajo una enorme presión para que decida si sella o no un acuerdo penosamente negociado desde hace 25 años.

En Bruselas, el sentimiento generalizado es que la UE ya ha negociado el acuerdo durante años y que llegó el momento de cerrarlo. El martes, la directora general de Comercio de la Comisión Europea, Sabine Weyand, dijo ante los eurodiputados que la discusión se encontraba “a nivel político”, sugiriendo que la fase técnica de las conversaciones habría llegado a su fin.

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Divisiones en la UE

Sin embargo, la UE no tiene una postura unificada. De un lado, países como España, Portugal y Alemania presionan para finalizar el acuerdo lo antes posible. Por el otro Francia y Polonia no esconden su insatisfacción con la iniciativa. El proyecto de tratado se propone, en su capítulo comercial, eliminar la mayoría de los derechos de aduana entre la UE y el Mercosur para crear un vasto mercado de más de 700 millones de consumidores.

Además, el proyecto de acuerdo tiene un capítulo político y otro sobre cooperación e inversiones. En junio de 2019 los dos bloques anunciaron haber alcanzado un acuerdo político, pero nunca se ratificó del lado europeo. El acuerdo permitiría a la UE exportar más fácilmente sus automóviles, máquinas y productos farmacéuticos. En contrapartida, el bloque sudamericano podría vender carne, azúcar, arroz, miel y soja.

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En la UE, partidarios del acuerdo apuntan que el bloque europeo debe sellar el entendimiento. En particular, el agravamiento de las tensiones comerciales con China y el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos hace que la UE se rodee del mayor número posible de aliados. Francia logró obtener el apoyo de Polonia en su oposición al acuerdo y podría contar con el soporte de Italia, pero aún no resulta claro si ese frente podrá impedir que la Comisión Europea decida finalizar las negociaciones.

El miércoles, el portavoz de la Comisión para asuntos de Comercio, Olof Gill, admitió que el proceso de ratificación de todo el acuerdo del lado europeo aún no había sido definido. “Por supuesto, cualquier acuerdo comercial debe ser ratificado, pero existen diferentes opciones en cuanto al tipo de proceso de ratificación. Existen precedentes de diferentes tipos de acuerdos”, dijo.

Fuente: AFP.

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