El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, advirtió este miércoles sobre el resurgimiento en Siria del grupo radical Estado Islámico, y pidió una desescalada de tensiones en un país destrozado por la violencia.
“En este momento, creo que lo más importante es que veamos una desescalada de las tensiones, que garanticemos que los civiles estén protegidos en toda Siria y, quizás lo más importante, que realmente haya un proceso político que avance”, dijo Blinken luego de una reunión de la OTAN en Bruselas.
Siria es escenario del peor estallido de violencia de los últimos años después que rebeldes lanzaron una ofensiva en una tentativa de controlar áreas del territorio sirio bajo control del gobierno del presidente Bashar al Asad.
“Tenemos todavía intereses de seguridad en Siria, particularmente el interés en asegurarnos de que ISIS no resucite y no regrese”, apuntó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Fuerzas aliadas derrotaron al grupo Estado Islámico en Irak en 2017 y en Siria en 2019, pero los combatientes yihadistas todavía operan en áreas remotas desérticas sirias, aunque ya no controlan territorio.
El ejército estadounidense tiene alrededor de 900 soldados en Siria y 2.500 en Irak como parte de la coalición internacional que se estableció en 2014 para ayudar a combatir a los yihadistas.
Organización terrorista
El Estado Islámico o también conocido como ISIS por las siglas en ingles (the Islamic State of Irak and Syria) fue designado como una organización terrorista por parte de la ONU y otros países
ISIS nació en Irak mediante una alianza con Al Qaeda y apoyando la insurgencia iraquí luego de la invasión que sufriera el país en 2003. Más tarde se proclamó como un califato y en 2014 se autoproclamó “Estado Islámico de Irak y el Levante”.
Esta organización terroristas es recordada en todo el mundo por sus videos de decapitaciones y ejecuciones de soldados y civiles, incluyendo a periodistas y miembros de ayuda humanitaria.
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Otro ícono que distingue al salvajismo de estos yihadistas es la destrucción de lugares históricos de herencia cultural.
Fuente: AFP & Google
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Declaran persona non grata a Asma al Asad en Reino Unido
Asma al Asad, que fue la imagen glamurosa y moderna de Siria, para luego ser asociada a la dictadura de su esposo Bashar, pasó la mitad de su vida en Reino Unido, donde ya no es bienvenida pese a su pasaporte británico. Según las agencias de noticias estatales rusas, Asma al Asad, de 49 años, huyó de Siria con su marido para buscar refugio en Moscú, aunque el Kremlin se negó a confirmar la presencia de la pareja y sus tres hijos.
Esta mujer nacida en Londres se casó en 2000 con Bashar al Asad, que acababa de suceder a su padre, Hafez, al frente del país. Desde marzo de 2012, Asma al Asad está sujeta a una congelación de sus activos como parte de las sanciones europeas, mantenidas por Londres tras el Brexit. Una medida motivada por el hecho de que “se aprovecha del régimen sirio, al que está asociada”. Pero posee pasaporte británico y no tiene prohibida su entrada.
Interrogado el lunes en la Cámara de los Comunes, el jefe de la diplomacia británica, David Lammy, se mostró categórico. “He visto en los últimos días hablar de la posibilidad de que Asma al Asad, con nacionalidad británica, podría intentar venir a nuestro país. Quiero confirmar que está sujeta a sanciones y que no es bienvenida”, dijo. “Haré todo lo que esté en mi mano para garantizar que ningún miembro de esta familia pueda establecerse en Reino Unido”, insistió.
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De la City londinense a Damasco
Anteriormente, un alto funcionario del gobierno laborista, Pat McFadden, aclaró que las autoridades “no habían tenido ningún contacto ni ninguna solicitud por parte de la esposa del señor Asad para venir a Reino Unido”. Algunos británicos han sido despojados de su nacionalidad por unirse al grupo Estado Islámico, recuerda Bader Mousa Al Saif, investigador del grupo de expertos Chatham House, también conocido como Instituto Real de Asuntos Internacionales, una organización no gubernamental, con sede en Londres, fundada en 1920.
“Si esto ha pasado con desconocidos, lo mismo, o más, podría aplicarse al caso de Asma al Asad”, añade. Nacida en 1975 en Londres, hija de un cardiólogo, Fawaz al-Akhras, y de una diplomática retirada, Sahar Otri, ambos sirios, Asma al Asad vivió durante mucho tiempo en el barrio residencial de Acton, al oeste de la capital. Su familia todavía posee una casa allí, según los medios británicos. Asma asistió a una escuela primaria local, donde se hacía llamar Emma, antes de ser educada en el prestigioso centro privado Queen’s College.
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Graduada en el King’s College
Graduada en informática y literatura francesa en el King’s College, se dedicó a las finanzas, trabajando en Deutsche Bank y JP Morgan. Conoció a Bashar al Asad a finales de los años 1990 y se casaron unos meses después de que éste asumiera la jefatura del país en julio de 2000. En Damasco, Asma al Asad, de familia sunita, mientras su marido pertenece al movimiento chiita alauita, encarnaba para muchos una promesa de modernidad, lejos de la discreción de Anissa, su suegra.
La pareja tiene tres hijos, dos chicos y una chica. El mayor se graduó recientemente en matemáticas en la Universidad de Moscú. El pasado mayo, la presidencia siria anunció que Asma al Asad padecía leucemia, después de haber sido tratada entre 2018 y 2019 de un cáncer de mama. La revista estadounidense Vogue la llamó “La rosa del desierto” antes de retirar el artículo de su sitio web tras el inicio de la revuelta, criticada por su silencio ante la represión.
Sus detractores la acusan de haberse enriquecido gracias al Syria Trust for Development, una organización benéfica que ella fundó. En 2020, fue objeto de sanciones estadounidenses (igual que sus padres y sus dos hermanos) y el entonces secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, la presentó como “una de las personas que más se beneficiaron de la guerra en Siria”.
Fuente: AFP.
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ONU ve “señales positivas” del grupo islamista HTS al pueblo sirio
El grupo islamista radical sirio Hayat Tahrir al Sham (HTS), que lideró la ofensiva que derrocó a Bashar al Asad, ha enviado hasta ahora “señales positivas” al pueblo sirio, estimó el martes el enviado de la ONU para Siria. “La realidad hasta ahora es que HTS y los otros grupos armados han enviado señales positivas al pueblo sirio”, afirmó Geir Pedersen ante la prensa en Ginebra.
“Han estado enviando mensajes de unidad, de inclusión”, dijo, añadiendo que también se han visto en Alepo y Hama “cosas tranquilizadoras en el terreno”. Pedersen insistió, no obstante, en que “tenemos que ver que lo que dicen sea puesto en marcha en el terreno”. “La prueba más importante será la forma en qué se organizan los acuerdos de transición en Damasco y cómo se aplican”.
HTS, antigua rama de Al Qaida en Siria (Al Nusra) con la que rompió en 2016, sigue estando en la lista de grupos “terroristas” en varios países occidentales. Hace nueve meses, una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU añadió a Al Nusra en la lista de organizaciones terroristas, recordó Pedersen este martes, señalando que esto era una “factor que complicaba” la situación.
Estados Unidos y otros países europeos aseguraron que juzgarán a HTS por sus actos, e hicieron un llamado a formar un gobierno “inclusivo”. Bashar al Asad, en el poder desde 2000, fue derrocado el domingo en una ofensiva relámpago de los rebeldes islamistas, tras más de 13 años de guerra civil sangrienta, desencadenada tras la represión de manifestaciones prodemocracia. El conflicto ha dejado más de medio millón de muertos.
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Divulgarán lista de torturadores
Los rebeldes que tomaron el control del gobierno de Siria publicarán una lista de las autoridades “implicadas en torturas contra el pueblo”, anunció el martes su líder, Ahmad al Shareh. “Vamos a anunciar una lista que incluirá los nombres de los más altos cargos implicados en torturas contra el pueblo sirio”, escribió en Telegram el líder rebelde Abu Mohamed al Jolani, quien ahora utiliza su nombre real, Al Shareh.
“Vamos a ofrecer recompensas a cualquiera que suministre información sobre altos oficiales militares y de seguridad involucrados en crímenes de guerra”, sostuvo. Agregó que “perseguiremos a los criminales de guerra y pediremos que nos los entreguen de los países a los que huyeron”. Al Shareh inició el lunes conversaciones con el gobierno depuesto sobre la transferencia de mando, un día después de que su alianza opositora derrocó al presidente Bashar al Asad.
El movimiento islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), de Al Shareh, controlaba porciones del territorio sirio cuando lanzó el 27 de noviembre una ofensiva relámpago que culminó el domingo con su ingreso a Damasco. Asad huyó de Siria cuando los rebeldes tomaron el poder y pusieron fin a su dinastía iniciada hace cinco décadas.
Fuente: AFP.
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Caída de Asad revela limitaciones militares de Rusia
El colapso del gobierno sirio de Bashar al Asad, un aliado de Moscú, asestó un golpe a la imagen global de fortaleza rusa y expuso los límites de su capacidad militar en medio de su ofensiva en Ucrania. Rusia ayudó a mantener a Al Asad en el poder al intervenir en la guerra civil siria en 2015, pero con sus fuerzas concentradas en Ucrania, su capacidad de resguardar a su aliado se vio disminuida.
Los rebeldes irrumpieron el domingo en Damasco tras una ofensiva relámpago de menos de dos semanas que depuso al régimen y obligó a Al Asad a huir. Las agencias noticiosas rusas informaron que recibió asilo en Moscú. Ahora no está claro si Rusia podrá mantener el control de su base naval del Mediterráneo en el puerto sirio de Tartus, o su base aérea en Hmeimim, con lo cual perdería su presencia estratégica en la región.
“Moscú no tiene suficientes fuerzas militares, recursos, influencia y autoridad para intervenir efectivamente fuera de la antigua Unión Soviética”, indicó el analista Ruslan Pujov en un artículo para el diario ruso Kommersant. Esto se hizo más evidente después de 2022, con la “prolongada” ofensiva de Moscú en Ucrania, que agotó las capacidades militares rusas, dijo.
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Tras el inicio de la ofensiva rebelde contra Asad el 27 de noviembre, Rusia anunció que respondería con ataques aéreos, ayudando al ejército sirio en tres provincias norteñas. Pero quedó claro que era una intervención limitada. “Intentar mantener (a Al Asad) habría fracasado de cualquier manera. Rusia tiene otras prioridades ahora y los recursos no son infinitos”, señaló a la AFP el analista político Fiodor Lukianov.
El Kremlin dijo que estaba “sorprendido” con la velocidad del ataque rebelde. Rusia ha invertido cuantiosos recursos financieros en el país tras ayudar a Al Asad a enfrentar a las fuerzas rebeldes con ataques aéreos y devastadoras campañas de bombardeos. Ahora deberá “negociar” con el mismo grupo rebelde al que atacó para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y personal diplomático, según el jefe de la inteligencia rusa, Serguéi Narishkin. “Este es ahora nuestro objetivo principal, garantizar la seguridad de nuestro pueblo”, dijo el lunes a periodistas.
“No lloraré por Siria”
Para empeorar las cosas, Rusia enfrenta la probable perspectiva de retirar sus bases militares de Siria, según Lukianov. La base naval rusa de Tartus le permite enviar buques de guerra directamente al Mediterráneo, mientras que su base aérea en Hmeimim le da acceso rápido al espacio aéreo en grandes extensiones de Oriente Medio.
Estas bases sirias “desempeñan un papel en los esfuerzos rusos por proyectar poder no solo en Siria, sino en la región, incluyendo a Libia, Sudán y otras partes de África”, indicó en una nota el Soufan Center sobre seguridad mundial. “El daño a la capacidad de Moscú por maniobrar en África y el Mediterráneo podría tener un impacto estratégico sobre la influencia rusa en el mundo”, anticipó R. Clarke Cooper, investigador del centro de estudios Atlantic Council.
Tras la caída de Al Asad, blogueros militares rusos reaccionaron con sorpresa y consternación. “No lloraré por Siria más de lo que habría llorado por Izium, Jersón o Kiev”, escribió en Telegram el corresponsal de guerra ruso Alexander Kots, en referencia a ciudades ucranianas de las que Moscú se replegó durante su ofensiva.
“La imagen de nuestro país dependerá enteramente de los resultados de la Operación Militar Especial, (que es) más importante que cualquier otra cosa en este momento”, expresó Kots utilizando el término del Kremlin para la ofensiva.
Pero antes de la caída de Al Asad, uno de los aliados más estrechos del presidente ruso Vladimir Putin, podría debilitar la mano de Moscú en cualquier negociación futura en el conflicto ucraniano, según el Soufan Center. La incapacidad de Moscú de mantener a Al Asad en el poder sugiere que está totalmente consumido por el conflicto ucraniano, indicó el centro, “poniendo a prueba los recursos y capacidades de Rusia, planteando dudas sobre la sostenibilidad de su ofensiva en Ucrania”.
Fuente: AFP.
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Sorprende a presos su liberación de Saydnaya, el “matadero” de Siria
Temerosos y atónitos ante los hombres que vinieron a romper los cerrojos de sus celdas, decenas de presos salieron de la prisión siria de Saydnaya después de años de infierno. “¿Qué pasó?”, preguntaban asombrados los presos. “Eres libre, ¡sal! ¡Se acabó!”, gritaba un hombre que los filmaba con su teléfono móvil. “Bashar se acabó. Lo hemos aplastado”, decía.
La dramática liberación de la prisión de Saydnaya se dio horas después de que los rebeldes tomaron la capital Damasco y obligaron al presidente Bashar al Asad a huir del país tras más de 13 años de guerra civil. En el video se ve a decenas de hombres demacrados, algunos de los cuales están demasiado débiles para caminar y son cargados por sus compañeros. No se observan muebles en la celda salvo algunas mantas finas en el suelo. Las puertas están oxidadas y las paredes manchadas de humedad y suciedad.
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Búsqueda de celdas subterráneas
En otra ala del complejo, se abrieron las celdas femeninas. Frente a una de las puertas hay un niño extraviado que espera. Varias mujeres gritaban “tengo miedo”, visiblemente aterrorizadas por lo vivido. “Ha caído” Al Asad, les decían los hombres. “Ya pueden salir”.
Durante horas se dijo que la prisión contaba con varios niveles bajo tierra, y que un número desconocido de presos podría estar encerrado ahí, detrás de puertas selladas. Pero los Cascos Blancos, un grupo sirio de rescate, afirmaron no haber encontrado tales celdas ocultas. Desde el domingo, sus miembros estuvieron atareados derribando muros con mazos y barras de hierro, y utilizando sensores de audio y perros rastreadores.
“Los Cascos Blancos anuncian la conclusión de las operaciones de búsqueda de posibles prisioneros restantes en presuntas células y sótanos secretos”, indicó la organización en un comunicado. “La búsqueda no dio lugar al hallazgo de ningún área que estuviera oculta o sellada dentro de la instalación”, añadieron los Cascos Blancos.
“Matadero humano”
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una oenegé que recopila información sobre la guerra, calculó en 2022 que más de 100.000 personas han muerto, muchas de ellas bajo tortura, en las cárceles de Al Asad desde el inicio de la guerra civil en 2011. Según la entidad, 30.000 estuvieron detenidas en Saydnaya, de las cuales solo 6.000 fueron liberadas.
Amnistía Internacional calificó la prisión como un “matadero humano”, citando las miles de ejecuciones ocurridas en el sitio. Los presos liberados deambulan por las calles de Damasco, a unos 30 kilómetros de distancia. Desde lejos se los reconoce por las huellas del sufrimiento en su cuerpo: tullidos por las torturas, debilitados por la enfermedad y macilentos por el hambre.
Algunos no pueden hablar, ni siquiera para decir su nombre o de dónde son oriundos. Muchos han estado en Saydnaya desde el gobierno de Hafez al Asad, padre de Bashar, fallecido hace más de 20 años. Pocos de ellos saben a dónde ir.
La búsqueda familiar
Tras la huida de Al Asad, centenas de sirios acudieron a la prisión en busca de sus seres queridos. Aida Taher, de 65 años, dijo que buscaba a su hermano, detenido en 2012. “Corrí como loca” por llegar a la prisión, relató. En las afueras de la cárcel, las familias muestran fotografías en blanco y negro de hombres jóvenes.
Algunos llevan fotos de manifestantes ondeando banderas de la “revolución” de 2011 en las provincias rebeldes. Preguntan si alguien los ha visto, si estaban en Saydnaya o si los años de caos desde aquel alzamiento los dejaron sin vida. “Hemos estado oprimidos por demasiado tiempo”, declaró Aida Taher. “Queremos que nuestros hijos vuelvan a casa”, agregó.
Fuente: AFP.