Joe Biden se convertirá este domingo en el primer presidente de Estados Unidos en visitar la Amazonía, un territorio que por poco acaba con la vida de uno de sus antecesores, Theodore Roosevelt, cuando ya había dejado el poder. En la recta final de su mandato, el jefe de Estado de 81 años pisará el suelo de Manaos, la mayor ciudad amazónica de Brasil, para hablar del calentamiento global, un tema que será su sucesor y archirrival político, Donald Trump, considera una “farsa”.

Hasta ahora evitada por los mandatarios estadounidenses en sus viajes a Brasil, la mayor selva tropical del mundo fue casi mortal para Roosevelt, presidente entre 1901 y 1909 y conocido por su espíritu aventurero. Cuatro años después de que dejara la Casa Blanca, el 26° presidente de Estados Unidos se embarcó en una expedición de cuatro meses por el territorio amazónico junto al explorador brasileño Candido Rondon. Famoso por ser un agudo conocedor de la selva y defensor de las comunidades indígenas, Rondon propuso que se adentraran en el entonces llamado “Rio da Dúvida” (Río de la Duda).

El afluente de 760 kilómetros nace en el estado de Rondonia, atraviesa parte de Mato Grosso y sigue hasta Amazonas, del que Manaos es capital y donde alimenta el cauce del río Aripuanã. La odisea no salió como lo esperado. Varios miembros de la excursión murieron y “Teddy”, entonces de 55 años, contrajo malaria y una infección en la pierna, lo que lo incapacitó para la recta final del viaje. “T.R. estaba fuera de sí hacia el final; Rondon lo dio por muerto varias veces”, dijo su bisnieto Tweed Roosevelt en declaraciones recogidas por el diario The New York Times en 1992.

La llamada Expedición Roosevelt-Rondon “se salvó del desastre” gracias a un encuentro con recolectores de caucho en la confluencia del “Rio da Dúvida” con el Aripuanã, el 15 de abril de 1914, según la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Pero la salud del antiguo dignatario, quien falleció en 1919, nunca se recuperó por completo tras la excursión por la selva amazónica, clave en la lucha contra el calentamiento global por su capacidad de absorber CO2. En su honor, el río pasó a llamarse Rio Roosevelt.

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Viaje histórico

Biden llegará a Manaos, la mayor ciudad amazónica de Brasil, situada en el corazón de la selva más grande del mundo, en el marco de una gira por Sudamérica que probablemente sea el último gran periplo exterior de su mandato. Tras reunirse el sábado con el presidente chino, Xi Jinping, en Lima, el mandatario de 81 años realizará un recorrido aéreo por el Amazonas y visitará un museo antes de hablar con los medios de comunicación, según informó la Casa Blanca.

El jefe de Estado también se reunirá con líderes indígenas y locales que trabajan para proteger la Amazonía, considerada clave en la lucha contra el calentamiento global por su capacidad de absorber CO2. El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, declaró que Biden hacía esta “parada histórica en la Amazonía para subrayar su compromiso personal y el compromiso continuo de Estados Unidos para combatir el cambio climático en casa y en el extranjero”. “Esta ha sido, obviamente, una de las causas definitorias de la presidencia de Biden”, dijo Sullivan en una sesión informativa el miércoles.

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La selva, en riesgo

Pero su visita se produce mientras el mundo se prepara para el regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, tras su arrolladora victoria electoral sobre la demócrata Kamala Harris. El magnate ha prometido revertir las políticas de Biden y podría retirar a Estados Unidos de los esfuerzos internacionales para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de la época preindustrial. Biden consiguió que el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo volviera al histórico Acuerdo de París después de que Trump lo retirara durante su primer mandato, pero el presidente entrante ha prometido abandonarlo de nuevo.

La Amazonía, que se extiende por nueve países, la mayoría en territorio de Brasil (60 %), es una de las zonas más vulnerables al cambio climático y a la degradación medioambiental. La cuenca del Amazonas, que suele ser uno de los lugares más húmedos del planeta, sufre los peores incendios en casi dos décadas, mientras Latinoamérica padece una grave sequía, según el observatorio Copernicus de la UE. Un estudio reciente de la red de monitoreo RAISG revela que la selva amazónica ha perdido en cuatro décadas una superficie similar a Colombia. Expertos advierten que se acerca a un punto de no retorno hacia la sabanización.

Próxima parada: el G20

Tras esta visita histórica, Biden volará a Rio desde Manaos para asistir a la cumbre del G20 el lunes y el martes, donde el regreso de Trump y la conferencia de la ONU sobre clima que se celebra en Bakú marcarán la agenda. El estadounidense también tiene previsto almorzar con su homólogo brasileño, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que se ha comprometido a poner fin a la deforestación ilegal de la Amazonía para 2030.

En la ‘Cidade maravilhosa’, también se cruzará con uno de los aliados del republicano en la región: el presidente de Argentina, el ultraliberal Javier Milei, escéptico como Trump del cambio climático y del multilateralismo. Expertos han advertido de que una segunda presidencia de Trump frenaría la transición a la energía verde que Biden ha impulsado, aplastando las esperanzas de alcanzar objetivos climáticos cruciales en los próximos años.

Durante su campaña, Trump prometió “perforar, perforar, perforar” y aumentar la extracción de combustibles fósiles. Incluso se burló del cambio climático pocos días antes de la votación. Una retirada de EE. UU. de la diplomacia climática podría socavar gravemente la acción mundial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, lo que podría dar a otros grandes contaminadores como

Fuente: AFP.

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