Diputados opositores de Francia abogaron ayer viernes por un impuesto para las importaciones de carne bovina desde el Mercosur, durante el examen del proyecto de presupuestos del país europeo para 2025. La medida, aprobada por los legisladores de izquierda y de extrema derecha contra la opinión del gobierno, se plasmó en una enmienda a estos presupuestos, que tiene pocos visos de mantenerse en el texto final.
Para el grupo de La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), que presentó la enmienda, el impuesto busca “proteger a los agricultores” europeos frente a una “competencia desleal” desde los países del bloque sudamericano. La adopción de la enmienda reviste sobre todo de un carácter simbólico, máxime cuando la Unión Europea busca finalizar un acuerdo comercial con el Mercosur, al que Francia se opone “en su forma actual”.
Los agricultores franceses temen sobre todo la llegada a la UE de 99.000 toneladas de carne bovina procedente de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay si se firma el acuerdo, que no se aplicaría inicialmente a Bolivia, miembro del Mercosur desde 2023.
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El lunes, más de 200 parlamentarios, desde los ecologistas hasta el partido de derecha Los Republicanos (LR), urgieron en una tribuna al presidente Emmanuel Macron a hacer todo lo posible para “bloquear” el acuerdo en la UE. En los últimos meses, las negociaciones iniciadas hace 25 años se aceleraron bajo el impulso de países como España y Alemania, interesados en el acuerdo, lo cual causó enojo entre los sindicatos agrícolas franceses.
Estos últimos prevén una serie de movilizaciones a mediados de noviembre, coincidiendo con la cumbre del G20 en Brasil el 18 y 19 de noviembre, a la que asistirán los principales mandatarios del bloque europeo y del sudamericano.
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Fuente: AFP.
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Repudian decisión de una multinacional de suspender la compra de carne del Mercosur
La Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), integrada por entidades de productores de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Paraguay, expresa su total desacuerdo y repudio a la decisión anunciada por el director general de la cadena multinacional de distribución de origen francés, Carrefour, Alexandre Bompard, de suspender la compra de carne del Mercosur.
“Esta actitud arbitraria, proteccionista y equivocada perjudica al bloque e ignora los estándares de sostenibilidad, calidad y cumplimiento que caracterizan la producción agrícola en sus países miembros”, expresa el documento. El gremio remarca que la carne en la región se produce bajo estrictos estándares socioambientales y sanitarios, en línea con los más exigentes estándares internacionales, demostrando ser líder mundial en prácticas de sostenibilidad en el sector agrícola.
Señalan que la decisión de Carrefour ataca injustamente la reputación de miles de productores rurales comprometidos con la seguridad alimentaria y la preservación del medioambiente, y, si bien las decisiones comerciales son competencia interna de las empresas, la postura pública del director general de Carrefour, va más allá de los límites aceptables.
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Ataque a la credibilidad
“Esta no es una decisión aislada, sino un ataque directo a la credibilidad y la contribución del sector agrícola del Mercosur a la seguridad alimentaria mundial”, sostiene la FARM de forma tajante. Solo en 2023, los países del Mercosur produjeron 38 millones de toneladas de carne vacuno, porcino y aves, de las cuales exportaron 11 millones.
Lo dicho evidencia que la región es el principal proveedor de proteína animal del mundo, y que la producción de alta calidad llega a más de 160 países, por lo que los productores rurales de la FARM y sus entidades representadas no aceptarán ataques injustificados. Se reservan el derecho de reaccionar con firmeza, ya sea por medios económicos o institucionales, para proteger la imagen y los intereses del sector agrícola en sus países.
Reafirman de esta manera el compromiso con la sostenibilidad y la producción responsable, pilares del agronegocio en la región, y esperan que la citada cadena mundial de supermercados revise su anuncio y adopte una postura coherente con los principios de diálogo y respeto, que deben guiar las relaciones comerciales globales.
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Paraguay no tiene capacidad para negociar aranceles que impondrá Trump, explican
Una de las medidas económicas que implementará el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, es aumentar los aranceles a los productos importados. Paraguay, como socio comercial del país norteamericano, se verá afectado con esto, ya que como economía emergente y país pequeño, no está a la altura de sentarse a negociar.
Así lo explicó Rodolfo Gauto, referente del sector financiero en el país, quien acotó que tampoco el Mercosur puede intervenir por no contar con un tratado o acuerdo en Norteamérica, por lo tanto, el comercio paraguayo se vería comprometido.
“Nosotros como economía pequeña seremos lastimados, porque no tenemos poder para sentarnos a negociar directamente los aranceles diferenciados con Donald Trump. Entonces, eso nos va a volcar bastante”, precisó Rodolfo Gauto a la 1000 AM.
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Ante la pregunta de, qué impide a Paraguay buscar otros mercados, puso como ejemplo al mercado europeo que, caso contrario a Estados Unidos, sigue regulado en su camino a la transición energética, lo que tampoco nos conviene por los costos que eso conlleva.
“Si el mercado europeo sigue igual de regulado, en su camino a la transición energética y con los costos que eso conlleva y, por el contrario, tenemos al mercado americano que se empieza a desregular, entonces ahí hay una clara diferencia. Entonces eso tampoco nos conviene a nosotros. Es una situación complicada. Todas estas medidas que estamos nombrando pueden ser buenas para la economía americana, que va a seguir desarrollándose”, precisó.
Uno de los rubros que se verá afectado ante este escenario es el de la carne, que volvió a exportar sus productos desde diciembre de 2023 a Estados Unidos, luego de 25 años. Este mercado es de gran relevancia para el sector cárnico por ser una vidriera para otros, así también, porque da prestigio a los productos y da pie a mejorar los precios.
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Gobierno prepara agenda para próxima cumbre del Mercosur en Uruguay
El presidente de la República, Santiago Peña, mantuvo una reunión con la sección nacional del Consejo Mercado Común, como parte de los preparativos para abordar los temas relativos a la organización y celebración de la próxima Cumbre de jefes de Estados que integran el Mercado Común del Sur (Mercosur) y del Consejo de Ministros que se desarrollará en Uruguay los próximos 4, 5 y 6 de diciembre.
Al término de la reunión, el canciller nacional Rubén Ramírez informó que en esta cumbre que se dará en las próximas semanas, los Estados miembros analizarán aspectos relacionados con la construcción comunitaria del Mercosur, en lo que hace a las relaciones externas sobre negociaciones, como por ejemplo Mercosur y la Unión Europea; Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA); Mercosur y los Emiratos Árabes Unidos; entre otras propuestas que se tiene sobre la mesa en estudio.
“Al mismo tiempo, estaremos tratando aspectos vinculados con la integración física, en la que estaremos abordando los mecanismos de integración fronteriza de control integrado de manera a fortalecer los mecanismos de conectividad e integración entre nuestros países”, acotó.
El encuentro tuvo lugar este miércoles en Mburuvicha Róga, donde el mandatario reanudó sus actividades oficiales tras su viaje a Río de Janeiro, para participar de la Cumbre de Líderes del G20 en representación de Paraguay, en su calidad de país invitado.
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Las discrepancias sobre el acuerdo UE-Mercosur que preocupan a la agricultura europea
El proyecto de acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur preocupa al sector agrícola europeo, especialmente en Francia, que teme que los productos latinoamericanos inunden su mercado. Pero ¿cuáles son las cifras? Bruselas asegura que solo serán “pequeños volúmenes”, pero esto ya eleva el riesgo de desestabilización en algunos sectores.
En la mesa de negociaciones
Hay todavía tres cuestiones sobre la mesa: la UE pide compromisos a los países del Mercosur --bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, aunque esta última no participa en el acuerdo-- sobre la deforestación y el clima, a la vez que Brasil reclama poder proteger sus industrias estratégicas, como el automóvil. La discrepancias sobre el sector agrícola siguen abiertas desde 2019.
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Volúmenes agrícolas
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, habla de “pequeños volúmenes” comparando las cuotas de importaciones previstas a las producidas anualmente por el bloque. El tratado reducirá o eximirá de tasas aduaneras a un máximo de 99.000 toneladas de carne bovina, lo que representa un 1,6 % de la producción de la UE. El límite será de 25.000 toneladas en la carne porcina (0,1 % de la producción comunitaria), de 180.000 toneladas para las aves de corral (1,4 %) y de 190.000 toneladas para el azúcar (1,2 %).
A cambio, Bruselas asegura que el acuerdo supondrá una oportunidad de mercado para productos europeos hasta ahora frenados en América Latina como el vino (tasado actualmente a un 27 %) o los quesos, que pueden beneficiarse del “auge de una clase media” en el subcontinente. El gobierno español, que respalda el acuerdo, destaca también el caso del aceite de oliva, pero los sindicatos agrícolas del país, especialmente los ganaderos, están preocupados.
Sectores expuestos
Aunque los volúmenes previstos son bajos respecto a la producción europea, ya sacuden algunos sectores. Patrick Bénézit, vicepresidente de la asociación interprofesional de carne bovina en Francia, señala que los países del Mercosur ya suministran la mayor parte de importaciones de solomillos, las piezas “nobles”. La producción de solomillos en Europa “es de 400.000 toneladas en razas bovinas, por lo que la irrupción de 99.000 toneladas ya tiene un impacto”.
Los productores de pollo también temen que sus homólogos brasileños se centren en las piezas más rentables, los filetes. Para el sector del azúcar, ya afectado por las facilidades aduaneras acordadas a Ucrania, el tope de 190.000 toneladas representa la mitad de las exportaciones a otros países de la UE de Francia, una de las naciones más contrarias al tratado.
Y los productores de etanol, de miel o de cerdo también están en riesgo, afirma Stefan Ambec, economista del instituto de investigación INRAE, que anticipa una caída de los precios pagados a los agricultores europeos. “Los costes de producción difieren y el problema es que las normas sanitarias y ambientales no son las mismas”, explica.
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Las normas
La Comisión rebate que “todo producto de Mercosur deberá respetar las estrictas normas de la UE en materia de seguridad alimentaria”. El acuerdo de libre comercio CETA firmado con Canadá, por ejemplo, no alcanza desde hace seis años las cuotas de exportación de carne porque no hay suficiente producción que cumpla con las normas comunitarias, destaca un funcionario europeo. Pero Bruselas admite que “las condiciones de producción” en el Mercosur no serán necesariamente las mismas que en Europa.
Por ello, los contrarios al tratado piden “cláusulas espejo”, es decir, que las reglas impuestos a los agricultores europeos en materia social, ambiental o de bienestar animal se apliquen también a los productores del Mercosur para evitar distorsiones de competencia. “Se vende como un acuerdo de nueva generación que tienen en cuenta los aspectos ambientales y climáticos, pero los compromisos son débiles: no hay ninguna condicionalidad”, advierte Ambec.
Los controles
Otra cuestión es cómo garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias. “En teoría, la carne tratada con antibióticos u hormonas de crecimiento no puede entrar, pero en la práctica su trazabilidad es imperfecta”, dice Ambec.
“Hay inspecciones de mataderos organizadas con la Comisión, pero no es fácil controlar al ganado antes de esa etapa. El seguimiento desde el nacimiento hasta el matadero, en el Mercosur, solo existe en Uruguay”, explica este economista.
De hecho, una auditoría de la UE acaba de revelar fallos en los controles de la carne bovina en Brasil, incapaces de garantizar la ausencia de la hormona oestradiol, prohibida en Europa. A la espera de revisar estos procesos, Brasil ha suspendido sus exportaciones.
“Freno de emergencia”
El acuerdo incluye “una cláusula de salvaguardia”, una especie de “freno de emergencia” en caso de aumento repentino de las importaciones o de efectos perversos en el mercado, señala la Comisión Europea. Pero esta cláusula “no define” las condiciones precisas, apunta Ambec, lo que complica su activación y el restablecimiento de aranceles sin medidas de represalia.
Fuente: AFP.