Estados Unidos bajó el martes el telón de la campaña para unas elecciones presidenciales extremadamente reñidas entre Donald Trump y Kamala Harris que tienen al mundo en ascuas. “Estas podrían ser unas de las elecciones más reñidas de la historia. Cada voto cuenta”, afirmó la vicepresidenta demócrata en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, un estado clave en los comicios.

“Tenemos una oportunidad en estas elecciones de finalmente pasar página a una década de política guiada por el miedo y la división. Estamos hartos”, dijo sin mencionar a su rival y expresidente republicano. Si gana será una presidenta para todos los estadounidenses, prometió Harris, quien elogió a los “republicanos que nunca han votado a un demócrata, pero que anteponen la Constitución de Estados Unidos a su partido”.

La exsenadora de 60 años intenta captar el voto de los republicanos independientes desencantados con Trump o en desacuerdo con su retórica. Cerró la campaña a lo grande, rodeada de artistas como Lady Gaga.

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“Durante más de la mitad de la vida de este país las mujeres no tuvieron voz”, pero ahora “participarán en la toma” de decisión, afirmó, en un momento en que se cree que el voto femenino será crucial en estos comicios. La superestrella Taylor Swift, que apoya a Harris, envió a sus 283 millones de seguidores un “importantísimo recordatorio” para que voten.

“Cimas de gloria”

Trump cerró su campaña con cierta nostalgia en Míchigan, otro estado clave, uno de los siete en los que los candidatos suelen ganar por la mínima. “Con vuestro voto mañana, podemos arreglar todos y cada uno de los problemas a los que se enfrenta nuestro país y llevar a Estados Unidos -de hecho, al mundo- a nuevas cimas de gloria”, dijo Trump ante una multitud en Grand Rapids, donde prometió una “edad de oro”.

Despotricó, como acostumbra, contra la migración ilegal. Horas antes había prometido que, en caso de victoria, llevará a cabo “el mayor programa de deportación de criminales”. “Estados Unidos es ahora un país ocupado, pero pronto dejará de serlo. El 5 de noviembre de 2024 será el Día de la Liberación”, añadió.

Pero precisó que “si la gente quiere entrar, pueden hacerlo legalmente” a través de un proceso. En sus últimos mítines amenazó a México y China con aranceles del 25 %. Al primero si no frena la “embestida” de “criminales” y “drogas”, y al segundo porque, según él, envía fentanilo a través del país latinoamericano.

Ambos candidatos aprovecharon las últimas horas para intentar desempatar las encuestas en unos comicios en los que más de 80 millones de personas ya han votado por anticipado. Nunca hasta ahora Estados Unidos había tenido que elegir entre dos candidatos tan distanciados entre sí.

En busca de un segundo mandato, que lo convertiría en el primer presidente convicto, Trump confió en una retórica antimigrantes, con una campaña que no ha escatimado en golpes, incluso contra sus rivales, a los que tacha de “enemigo interno”. “Tenemos a gente increíble en este país (...), no podemos dejar que estos salvajes vengan de otros países”, afirmó en Pensilvania.

En esta campaña llena de sobresaltos, incluidos dos intentos de asesinato contra Trump y el abandono de la candidatura por parte del presidente Joe Biden, Harris hizo una entrada en escena tardía. La exfiscal espera que la defensa del derecho al aborto le abra las puertas de la presidencia.

Miedo al caos

El republicano agitó el fantasma del fraude electoral una vez más, lo que hace temer que no reconozca el resultado si pierde, como ocurrió en 2020 tras ser derrotado por Biden. “Hacen trampa, lo hacen, lo hacen muy bien”, insistió en el cierre de campaña.

El equipo de Harris prevé que el republicano se declare ganador antes de tiempo y advierte que el escrutinio de la totalidad de los votos llevará “varios días”. Preocupa la seguridad de las personas que trabajarán en los centros de votación.

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Algunos funcionarios electorales recibieron botones de pánico para alertar rápidamente a las autoridades en caso de emergencia. Ambos candidatos han contado con apoyos excepcionales para la campaña. Trump con el hombre más rico del mundo, Elon Musk, y sus polémicos sorteos de un millón de dólares diarios a votantes registrados. Y Harris con el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle.

Biden se ha prodigado poco desde un desliz en el que se refirió a los partidarios de Trump como “basura”. La comunidad internacional sigue con nerviosismo las elecciones en la superpotencia mundial, en particular por sus repercusiones en Oriente Medio y la guerra en Ucrania, pero también por los efectos comerciales de las promesas proteccionistas en China o México.

Fuente: AFP

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