El ejército israelí realizó el sábado de madrugada “ataques de precisión” contra objetivos militares en Irán dirigidos a instalaciones de producción y lanzamiento de misiles en represalia por el disparo de proyectiles lanzado por Teherán contra su territorio este mes. Las fuerzas de defensa aérea de Irán reconocieron un ataque contra bases militares en las provincias de Teherán, Juzestán e Ilam, pero que “causó daños limitados”.
En la capital, periodistas de la AFP escucharon a lo largo de la noche varias detonaciones que, según la televisión oficial de Irán, se debieron a “la actividad del sistema de defensa aérea”. Inmerso en el conflicto contra Hamás en Gaza, expandido después contra Hezbolá en Líbano, Israel había prometido responder al lanzamiento de casi 200 misiles el pasado 1 de octubre desde Irán, principal respaldo de esos dos movimientos.
Esta escalada genera temores de una conflagración en toda la región con una guerra abierta entre Israel y su archienemigo Irán y sus múltiples aliados en países vecinos que forman el llamado “eje de la resistencia”. En un comunicado de madrugada, el ejército israelí dijo que estaba realizando “ataques de precisión” contra objetivos militares en Irán “en respuesta a meses de continuos ataques” de la República Islámica.
“El régimen iraní y sus aliados en la región no han cesado de atacar Israel desde el 7 de octubre” de 2023, indicó. “Israel tiene el derecho y el deber de responder. Nuestras capacidades defensivas y ofensivas están plenamente movilizadas”, agregó.
Según un comunicado posterior al bombardeo, la aviación israelí atacó instalaciones de producción de los misiles usados en los bombardeos contra el Estado hebreo, baterías de proyectiles tierra-aire y otras capacidades aéreas de Irán. El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, avisó a Teherán que, si empieza “una nueva ronda de escalada”, se verán “obligados a responder” y le harán pagar “un alto precio”.
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“Terminar la escalada”
Hace semanas que se esperaba la respuesta de Israel al ataque del 1 de octubre de Irán, que lanzó unos 200 proyectiles contra su territorio, incluyendo por primera vez varios misiles hipersónicos. Estados Unidos, principal apoyo diplomático y militar de Israel, indicó que había sido informado previamente del ataque y la Casa Blanca lo consideró como una acción de “autodefensa” de Israel.
“Instamos a Irán a que cese sus ataques contra Israel para que este ciclo de combates pueda terminar sin una escalada mayor”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Sean Savett. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dirigió una reunión de evaluación del ataque con los principales responsables del ejército y los servicios de seguridad en la base militar de Kirya, en Tel Aviv, dijo su portavoz.
Las primeras detonaciones tuvieron lugar sobre las 2:15 locales (22:45 GMT), sobre todo en el oeste de Irán, dijo la agencia de prensa oficial IRNA. Hubo una primera ronda de al menos seis detonaciones, afirmó la televisión estatal, y horas después se produjo otra serie de explosiones que dejaron rastros luminosos en el cielo, según periodistas de la AFP.
El ataque provocó la cancelación de todos los vuelos en Irán “hasta nuevo aviso”, dijo la autoridad de aviación, así como en el vecino Irak, cuyas autoridades argumentaron la decisión en las “tensiones regionales”. Sin embargo, las fuerzas de defensa iraníes dijeron que el bombardeo “causó daños limitados” al haber sido interceptado. La prensa estatal descartó un impacto contra la principal refinería del país, situada cerca de Teherán. En Siria, aliado también de Irán, la agencia oficial de prensa Sana indicó que las defensas antiaéreas de ese país habían interceptado “objetivos hostiles” en los alrededores de Damasco, donde también se escucharon detonaciones.
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Alta tensión regional
Desde el mortífero ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, Israel combate a este grupo islamista en la Franja de Gaza, en un conflicto que ha expandido recientemente a Líbano en contra del movimiento Hezbolá. Los dos movimientos islamistas se oponen a Israel y están respaldados financiera y militarmente por Irán, que ha hecho del respaldo a la causa palestina uno de los pilares de su política extranjera desde la instauración de la República Islámica en 1979.
Teherán presentó su ataque de octubre como una respuesta a los bombardeos israelíes contra Líbano que, a finales de setiembre, costaron la vida a un general iraní y al jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá. También justificaron la operación como una represalia al asesinato en suelo iraní del entonces líder de Hamás, Ismail Haniyeh, una acción imputada a Israel.
En las últimas semanas, Irán ha mantenido un delicado equilibrio ante la perspectiva de un ataque israelí, prometiendo firmeza, por un lado, pero multiplicando a la vez los contactos diplomáticos en la región. “No queremos la guerra, queremos la paz”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, que también avisó que Irán está “totalmente preparado para hacer frente a una situación de guerra”.
En abril, Teherán ya había lanzado misiles y drones contra Israel en una operación sin precedentes que respondía a un ataque mortífero contra su consulado en Siria, imputado también al ejército israelí. Tras esa acción inédita se reportaron varias explosiones en el centro de Irán que, según altos responsables estadounidenses, eran la respuesta de Israel, que nunca lo reivindicó. Teherán, de su lado, minimizó la importancia de esas explosiones cuyo origen no se explicó claramente.
Fuente: AFP.