Una mole de piedra, tejados dorados y ornamentada fachada se alza imponente desafiando los vientos. Parece coronar un rincón de los Himalayas, pero es un templo budista tibetano escondido en las sierras del sureste de Uruguay. En el país más laico de América Latina, La Fortaleza del León es uno de los pocos monasterios en la región de la red internacional de centros de budismo cuyo origen es Chagdud Gonpa, fundado en el Tíbet en el siglo XV.
Emplazado en un predio de 600 hectáreas, invisible desde la ruta, el edificio de seis niveles se erige a 400 metros de altura cerca del paraje Aguas Blancas, a unos 105 km al este de Montevideo. “Inhalen. Exhalen. Una y otra vez. Suavemente”, indica Pema Gompo, el protector del monasterio, en una sesión organizada para un grupo de visitantes.
“Ahora imaginen que a su alrededor hay muchos baldes. En cada uno depositarán mentalmente todas las partes de su cuerpo: la piel, los músculos, los tendones, los órganos, los huesos, la sangre. Van a deshacerse de su cuerpo”, continúa ante unas 40 personas sentadas sobre cojines, descalzas y erguidas. Viste una camisa de seda amarilla, tan brillante como las esculturas a sus espaldas: Buda en el centro, flanqueado por la deidad Avalokitesvara y por el gurú Padmasambhava.
“Esto es para tomar conciencia de que no somos solamente un cuerpo, de que hay algo más”, explica. Los asistentes escuchan con atención, preguntan sobre algunos conceptos y agradecen al retirarse. Termina una visita guiada de unas seis horas de duración que el centro ofrece un domingo al mes por un bono de colaboración de 3.100 pesos por persona (USD 75), almuerzo incluido.
Para Gonzalo Berenguer, un jubilado uruguayo de 64 años, la experiencia fue “muy enriquecedora”, no sólo por lo “mágico” del paisaje, sino por poder acercarse al budismo sin tener que viajar a Asia. “Que uno tenga la posibilidad de venir y tenerlo acá, la verdad que me encantó”, dice a la AFP una fría tarde casi al comienzo de la primavera austral.
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La visión
El templo se construyó con piedras del lugar bendecidas una a una con un mantra, luego de que el lama Chagdud Tulku Rimpoché, fundador de la red Chagdud Gonpa, visitara la zona en el 2000. “Acabo de tener una visión de que todos los seres me estaban esperando aquí desde hace mucho tiempo”, dijo entonces Chagdud, según relata Pema Gompo.
La concreción del sueño comenzó en 2001, cuando se inició el proyecto con fondos de simpatizantes y practicantes. AFP visitó el sitio en 2005 y aún no estaba concluido el templo, pero ya había casas con techos en forma de pagoda para retiros espirituales. “La inversión debe andar por los 2 millones de dólares o más”, apunta Pema Gompo, y precisa que la fundación Chagdud Gonpa no tiene fines de lucro y que las donaciones llegaron fundamentalmente de Asia.
Chagdud Tulku Rimpoché, exiliado del Tíbet en 1959, instalado en Estados Unidos en 1979 y radicado en el sur de Brasil en los años 1990, no vivió para ver la sede en Uruguay: murió en 2002 a los 72 años. Su esposa y discípula, Chagdud Khadro, asumió la dirección espiritual de la organización, que tiene más de un centenar de centros, entre ellos varios en Estados Unidos y Brasil.
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Revuelo por Richard Gere
La Fortaleza del León imparte las enseñanzas del budismo tibetano de la escuela Vajrayana, en particular del linaje Ñingmapa. Personas de Uruguay, Argentina, Perú, Chile, Paraguay, Colombia han acudido al templo buscando “una mayor felicidad”, afirma Pema Gompo.
“Es impresionante la cantidad de gente que viene con el tema del suicidio”, señala este argentino de 77 años, divorciado, que antes trabajaba en finanzas con Estados Unidos y Europa y ahora vive en el lugar con unos pocos colaboradores. Actualmente no hay practicantes residentes, pero el centro brinda retiros espirituales de un fin de semana de duración.
Pema Gompo menciona el revuelo que causó hace unos años la visita de Tsoknyi Rimpoché, guía espiritual del actor estadounidense Richard Gere. “Los periodistas querían subir por la montaña”, recuerda, sin decir si Gere, famoso seguidor del budismo y activista por los derechos de los tibetanos, estuvo en el templo uruguayo.
Ángela Borges, una practicante budista de 37 años, tampoco lo confirma. Ella ayuda en el templo cuando hay visitas y retiros, pero reside en la cercana localidad de Montes. Cuenta que en 2018 fue buscando fotografiar la luna llena y la atrapó la energía del lugar. “Tuve la mejor foto del mundo”, asegura a la AFP.
Fuente: AFP.