El expresidente boliviano Evo Morales convocó este lunes a sus seguidores a un congreso partidario para definir una estrategia contra el gobierno que, según él, intenta inhabilitarlo para las presidenciales de 2025, pese a que la justicia electoral invalidó anticipadamente la reunión.
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Este influyente líder indígena desafió abiertamente al gobierno y al poder electoral, a los que acusa de confabularse para impedirle ser candidato por el Movimiento Al Socialismo (MAS), profundamente dividido por la pelea entre Morales y el presidente Luis Arce.
Se decidió “llevar adelante nuestro Congreso Nacional este 3 de septiembre, con o sin supervisión del Tribunal Supremo Electoral”, escribió Morales en su cuenta de la red X.
Además de definir próximos pasos frente al gobierno, en la reunión convocada en la ciudad de Cochabamba (centro) - bastión político de Morales - debe nombrarse una directiva de cara a la próxima campaña electoral.
Aunque está impedido por un fallo constitucional para participar en los comicios, el expresidente (2006-2019) no da su brazo a torcer y busca revertir el fallo, incluso apelando a la presión popular.
Por lo pronto, Morales espera que el congreso que convocó este lunes dé paso a estrategias para enfrentar al gobierno de Arce, apoyado por un ala del MAS y quien todavía no hizo público si pretende aspirar a la reelección.
“Este Congreso de unidad del MAS-IPSP nos permitirá tomar decisiones para salvar a Bolivia de la profunda crisis económica e institucional a la que nos llevó el gobierno”, dijo Morales.
La justicia electoral declinó la semana pasada supervisar dicha reunión, arguyendo que no cumplió con los requisitos legales.
A raíz de ello, Morales advirtió en X que sus seguidores quieren “asumir medidas de presión ante tanta injusticia”.
“Estamos como bomberos evitando que se asuman protestas, sin embargo, si nuestra militancia dispone medidas de presión, será responsabilidad del gobierno”, así como del tribunal electoral, añadió el dirigente indígena.
La disputa entre Morales y Arce por el liderazgo del MAS alcanzó en junio su punto de mayor tensión, cuando el mandatario denunció que los militares intentaron derrocarlo, lo que el expresidente rechazó como un fallido “autogolpe” para mejorar su imagen.
Fuente: AFP