Las autoridades brasileñas recuperaron este sábado los cuerpos de al menos 50 de las 62 víctimas del accidente aéreo en el sureste del país, al tiempo que se analizaban las cajas negras para determinar las causas de su desplome.

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El avión se precipitó el viernes sobre una zona residencial de la localidad de Vinhedo, unos 80 km al noroeste de la ciudad de Sao Paulo.

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Hasta el momento 50 cuerpos fueron retirados del lugar del accidente, y dos ya fueron identificados” por medio de sus huellas digitales, informó la gobernación del estado de Sao Paulo en su balance actualizado.

Unos 37 cuerpos ya fueron trasladados a la morgue de Sao Paulo y los investigadores estaban recogiendo material genético de los familiares para ayudar a identificar los restos.

Unos 50 efectivos seguían trabajando entre el amasijo de hierros en que quedó convertido el fuselaje del avión, que impactó sobre un jardín en un complejo residencial, según las autoridades.

El alcalde de Vinhedo había informado más temprano que los dos cuerpos identificados corresponden al piloto y el copiloto.

Se espera que “para el final del día todos los cuerpos hayan sido retirados”, dijo Carlos Palhares, director del Instituto Nacional de Criminalística de la Policía Federal, en el lugar.

Los vecinos del condominio de casas enclavado en un apacible entorno arbolado describieron escenas de terror al haber visto el avión desplomarse en caída libre a pocos metros de distancia.

Inicia investigación

Voepass, la aerolínea que operaba el vuelo, confirmó este sábado que en el avión viajaban 62 pasajeros y tripulantes. Todos embarcaron con documentos brasileños, informó la empresa, aunque no descartó que algún pasajero tuviera doble nacionalidad.

El ministerio de Relaciones Exteriores de Portugal dijo el sábado en X que había una ciudadana portuguesa entre los fallecidos.

De acuerdo con el sitio de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, el avión voló durante casi una hora a 17.000 pies (5.180 metros) hasta que a las 13:21 locales (16:21 GMT) empezó a perder altitud y apenas un minuto después tuvo una caída brusca hasta los 4.100 pies (1.250 metros).

Según la Fuerza Aérea Brasileña, la aeronave perdió contacto con el radar a las 13H22 locales y la tripulación en ningún momento “declaró una emergencia ni estar bajo condiciones meteorológicas adversas”.

El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) ya estaba analizando en Brasilia las cajas negras que contienen grabaciones de la cabina y datos del vuelo.

¿Formación de hielo?

El director de operaciones de Voepass, Marcel Moura, dijo que la noche anterior al accidente el avión había pasado por un “mantenimiento de rutina” y no presentaba “ningún tipo de problema técnico”.

Especialistas apuntaron a la hipótesis de que una formación de hielo en las alas del avión hubiera provocado el accidente.

Moura admitió que este modelo del constructor ATR vuela “en una franja donde tiene una mayor sensibilidad al hielo” pero que las condiciones meteorológicas del viernes preveían la presencia de ese elemento “dentro de las características aceptables”, dijo Moura.

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El fabricante ATR dijo que sus especialistas están “comprometidos” con apoyar la investigación.

Es la primera gran tragedia aérea en suelo brasileño en 17 años.

En 2007, un Airbus A320 de la aerolínea brasileña TAM falló en su aterrizaje en el aeropuerto Congonhas de Sao Paulo y se estrelló con 187 personas a bordo. El siniestro dejó 199 muertos, incluidas 12 personas que trabajaban en la pista.

Fuente: AFP

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