Harry Stackhouse se sometió a sus 74 años a un inusual trasplante de riñón: “Lo vi todo”, cuenta después de la cirugía en la que estuvo completamente despierto, no sintió dolor, observó el órgano donado e incluso vio cómo cosían su cuerpo de nuevo.

Stackhouse recibió el alta apenas 36 horas después del procedimiento en la clínica Northwestern Medicine, que busca realizar este tipo de operaciones sin riesgos subyacentes del uso de la anestesia general.

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La cirugía duró poco más de una hora el 15 de julio y es la segunda realizada bajo el liderazgo de Satish Nadig, director del Centro Integral de Trasplantes del sistema hospitalario de Chicago. Desde entonces ya realizó un tercer trasplante.

“Estamos en un punto de inflexión en el campo de los trasplantes, al ser capaces de usar tecnologías que tenemos a nuestro alcance para llevarnos a la siguiente era”, dijo Nadig a la AFP.

Puede sonar desagradable o incluso aterrador, pero los beneficios médicos del uso de la anestesia espinal (o raquídea) para trasplantes de riñón -similiar a lo que se hace durante las cesáreas- está bien establecido.

La anestesia general requiere de la intubación, que puede dañar las cuerdas vocales, obstruir la función intestinal y causar una pérdida de memoria persistente, en particular en pacientes de edad avanzada.

Aunque la literatura médica menciona casos de trasplantes renales en pacientes despiertos hace varias décadas y en varios países, nunca se ha adoptado ampliamente.

En 2024 se cumplen 70 años del primer trasplante renal exitoso de un donante vivo, observa Nadig. Pero hay una reluctancia a cambiar el “statu quo”.

“Sin embargo, los resultados de un trasplante renal (de este tipo) son fantásticos y es hora de que cuestionemos los paradigmas a los que nos hemos aferrado históricamente”, agregó.

Volver a la vida

Stackhouse, un pintor y decorador que tiene seis hijos, cayó enfermo en diciembre de 2019 con síntomas parecidos a los de la gripe, pero fue empeorando hasta que apenas podía caminar.

Unos meses después fue diagnosticado de covid-19 en emergencias, en la fase más peligrosa de la pandemia, y uno de sus riñones estaba fallando y el otro funcionaba solo un 2%.

Stackhouse se resignó a someterse a sesiones de diálisis tres veces por semana, pero cuando el drenaje comenzó a fallar y sus venas a cerrarse, su hija Trewaunda, de 45 años, lo urgió a considerar un trasplante, ofreciéndose a ser testada para ser la donante.

Inicialmente reluctante a “entrometerse” en la vida de sus hijos, Stackhouse finalmente aceptó someterse al procedimiento después de una consulta con Nadig y de conocer el programa Awake Kidney, que realiza cirugías rápidas sin el uso de anestesia general en los trasplantes de riñón.

“Lo crean o no, no sentí nada, fue increíble”, dijo Stackhouse a la AFP.

Es hombre conversó con los médicos durante la operación y cuando el cirujano le ofreció mostrarle el riñón, no dudó: “No imaginé que un riñón es tan grande”, exclamó.

Por su edad, Stackhouse recibió el alta 36 horas después de la cirugía. El primer paciente de Nadig en ser sometido a este tipo de trasplante en mayo, salió del hospital después de 24 horas, por debajo del promedio de permanencia de cinco a siete días de hospitalización para casos con sedación.

Ventajas

Nadig atribuye los avances a la anestesia selectiva en el abdomen y la columna, que evita el uso de opioides y permite la ingesta de alimentos más rápido, aspectos que ya han ayudado al hospital Northwestern Medicine a disminuir el tiempo promedio de internación incluso antes del programa de trasplantes.

Stackhouse asegura que tuvo una recuperación excelente: ya camina, corta el césped y prepara su barco para un viaje de pesca. Su recuperación fue más rápida que la de su hija Trewaunda, cuyo procedimiento fue con anestesia general.

“Es simplemente un regalo que le puedes dar a alguien, de solo pensar el espiral hacia el que iba, él no se veía bien”, dijo a la AFP esta maestra de preescolar. “Estás devolviendo la vida de alguien”.

El director del Centro de Trasplantes de la Universidad de Michigan Health, Christopher Sonnenday, elogió al equipo del Northwestern Medicine por su “importante innovación” en el campo.

“Se ha demostrado que limitar exposición a la anestesia general acelera el proceso de recuperación en todas las disciplinas quirúrgicas, y estoy seguro de que ese beneficio puede realizarse también en el trasplante de riñón”, sostuvo a la AFP.

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Pero solo la experiencia determinará si esta técnica se puede aplicar más ampliamente, incluyendo si se extenderá a pacientes con enfermedades preexistentes como la obesidad o enfermedades cardíacas.

Fuente: AFP

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