Los ministros de Finanzas del G20 se reúnen este jueves en Río de Janeiro para discutir la idea de un impuesto a las grandes fortunas ante la desigualdad creciente en el mundo, un asunto que genera divisiones dentro del grupo.
La iniciativa es impulsada por el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que este año preside el bloque de las 20 mayores economías globales. Los titulares de Finanzas abordarán el espinoso tema en una reunión por la tarde.
“Algunos individuos controlan más recursos que países enteros”, criticó el mandatario brasileño ayer miércoles al anunciar la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.
Este mecanismo es una prioridad de la presidencia brasileña del G20 y tiene como objetivo facilitar la cooperación de Estados y organizaciones internacionales para erradicar el hambre en el mundo.
Según el líder de izquierda, los multimillonarios deben pagar impuestos porque, “en la cima de la pirámide, los sistemas tributarios dejan de ser progresivos y se tornan regresivos”.
Washington y Berlín reticentes
Las desigualdades siguieron aumentando en los últimos años, según un estudio de la oenegé Oxfam publicado el jueves: el 1% más rico del mundo vio crecer su patrimonio en más de 40 billones de dólares, pero su tributación es “históricamente” baja.
El economista francés Gabriel Zucman estima que la tasa impositiva para los multimillonarios es del 0,3 % de su riqueza. En un informe reciente elaborado a pedido de Brasil, Zucman propuso crear un impuesto del 2 % sobre las fortunas de unos 3.000 multimillonarios.
Pero no todos los países del G20 apoyan esta idea. Estados Unidos ha manifestado su oposición a las negociaciones internacionales sobre el tema, mientras que el Ministerio de Finanzas alemán, en vísperas del G20, consideró “poco pertinente” la idea de un impuesto mínimo sobre el patrimonio.
Otros temas
Además de un sistema tributario internacional, se espera que esta reunión de ministros previa a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno el 18 y 19 de noviembre -también en Río- aborde la situación económica mundial y, el viernes, la financiación de la transición climática y la deuda.
Las divisiones internacionales debido a las guerras en Ucrania y en Gaza han tornado las declaraciones conjuntas del G20 un asunto también sensible. Durante la última cita de ministros de Finanzas en Sao Paulo en febrero, esos temas llevaron a un “impasse”.
Esta vez, la solución ideada por Brasil es emitir tres textos, según las autoridades brasileñas. Por un lado, habría un documento dedicado exclusivamente a la cooperación internacional en materia tributaria, que incluiría el asunto del impuesto a las grandes fortunas.
Por otro, un comunicado final más amplio y, por último, una “declaración” publicada por separado por la presidencia brasileña, la única que haría referencia a las crisis geopolíticas. Este modelo ya se puso en práctica esta semana.
La presidencia brasileña del G20 emitió ayer miércoles una “declaración” afirmando que algunos miembros del G20 “expresaron sus perspectivas” sobre la situación en Ucrania y en Gaza durante los debates de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Algunos países ven el G20 como un foro relevante para discutir estos temas, mientras que otros piensan lo contrario.
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“Es probable, según mi experiencia en reuniones anteriores del G20″, que los próximos encuentros ministeriales resulten en textos separados, dijo a periodistas la comisaria europea de asociaciones internacionales, Jutta Urpilainen. Aspirar a un texto único “no nos permitiría adoptar nada”, según la comisaria.
Fundado en 1999, el G20 reúne a la mayoría de las principales economías mundiales, así como a la Unión Europea y la Unión Africana. Al principio, su vocación era principalmente económica, pero cada vez más se involucró en los temas candentes de la actualidad internacional.
Fuente: AFP