Las negociaciones entre los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para elaborar un tratado sobre la prevención y la lucha contra las pandemias concluyeron el pasado 24 de mayo sin un consenso, tras dos años de esfuerzos. Paraguay no aprobará el documento ante la falta de claridad sobre varios aspectos, como la creación de nuevas estructuras, los compromisos financieros y las responsabilidades de los países.
Las negociaciones se prolongaron varias veces, sin éxito. El grupo encargado de las conversaciones (Intergovernmental Negotiating Body, INB) tendrá que informar de la falta de acuerdo ante la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano supremo de la OMS del que forman parte 194 países, que se reúne en Ginebra del 27 de mayo al 1 de junio.
La importancia de la prevención y la lucha contra las pandemias quedó en evidencia después de la catástrofe humana y económica provocada por el covid-19, que demostró falta de preparación, coordinación y solidaridad. Desde hace más de dos años, un colectivo de países intenta elaborar un marco general de respuesta ante ese tipo de situaciones y, pese a los avances de las últimas semanas, persisten obstáculos difíciles de superar.
El principal es la creación de un sistema multilateral dirigido por la OMS para acceder a los patógenos con potencial pandémico detectados en distintos países y a los productos que sirven para combatirlos. Los países en desarrollo son reacios a compartir información sobre sus agentes patógenos sin garantías de tener acceso a vacunas y otros productos sanitarios.
Otros puntos contenciosos eran la financiación, la vigilancia de los agentes patógenos, las cadenas de suministro y la distribución equitativa de test, tratamientos y vacunas y de sus medios de producción. “Lo mejor es tener un buen texto inclusivo. Que sea antes o después, no tiene importancia”, dijo a la AFP un negociador africano. “Queremos seguir el proceso. Queremos realmente este tratado”, agregó.
AFP consultó una versión preliminar del tratado en la que muchas partes del texto ya habían sido validadas por las distintas delegaciones, aunque había puntos contenciosos todavía por pulir. Ellen ‘t Hoen, abogada de la oenegé Medicines Law & Policy, lamentó que el debate sobre el texto no hubiese empezado hasta el final de las discusiones y aseguró que querer elaborar este tratado en solo dos años “puede que fuera demasiado ambicioso”.
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¿Por qué los países quieren un acuerdo?
La pandemia del covid-19 evidenció lo mal preparado que estaba el mundo para enfrentar una crisis como esa, que en general fue abordada con criterios nacionales. Graves carencias a nivel nacional y mundial afectaron una respuesta oportuna y efectiva. Las actuales Regulaciones Internacionales de Salud fueron consideradas insuficientes en esa crisis.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien en 2018 advirtió que el mundo no estaba preparado para una pandemia, quiere poner fin al ciclo de negligencia y pánico ante las crisis sanitarias. Acaparamiento de vacunas, falta de equipo de protección (PPE), trabajadores de salud expuestos y agotados, y países ricos que hacían alarde de caridad enviando a los más pobres sus medicamentos a punto de vencer, fueron algunas de las deficiencias expuestas por la última pandemia. Por ello, los países decidieron en diciembre de 2021 adoptar compromisos vinculantes de prevención, preparación y respuesta ante las pandemias.
¿Qué dice el borrador?
El borrador actual, que está lejos de ser definitivo, ha sido reducido y revisado desde sus versiones previas. Los negociadores trabajan sobre la base de que nada está acordado hasta que todo esté acordado. El texto intenta lidiar con las graves desigualdades que bloquearon el acceso a las vacunas, el oxígeno, PPE, pruebas y tratamientos.
También busca asegurar que las muestras de patógenos con potencial pandémico sean compartidas de manera temprana, segura y transparente. Contiene secciones sobre la vigilancia, la resiliencia de los sistemas sanitarios, los trabajadores de la salud, investigación y desarrollo, producción regional, transferencia de tecnología y conocimiento. También aborda el acceso a los beneficios, las cadenas de suministro, compras gubernamentales y distribución, así como el financiamiento sustentable.
¿Por qué está estancado?
La igualdad y el equilibrio en las obligaciones. El director legal de la OMS, Steve Solomon, admitió que “no será fácil encontrar terreno común” en el tiempo que queda. “La buena noticia es que se han acordado los principios clave: principios sobre equidad, imparcialidad, solidaridad, transparencia y rendición de cuentas”, afirmó.
Dijo que los puntos restantes son cómo mejor prevenir una pandemia, compartir información, medicamentos y vacunas, una cadena de suministros segura, construir la capacidad mundial de fabricación esos productos y el financiamiento sustentable de ese trabajo.
¿Qué quieren los grandes actores?
La principal negociadora estadounidense, Pamela Hamamoto, dijo que los planes de dispensas a la propiedad intelectual no tienen posibilidad de alcanzar consenso. La Unión Europea dice que la prevención y preparación han sido “diluidas significativamente” en el último borrador. Reino Unido siente que se han perdido los avances y que el nuevo borrador es un paso atrás.
“En nuestra opinión no hay un plan creíble para concluir esta negociación”, indicó el embajador británico Simon Manley. Suiza, sede de grandes industrias farmacéuticas, “no está preparada para aceptar el texto en su estado actual”, y se opone a la flexibilización en materia de vigilancia e intercambio inmediato de información sobre patógenos. China, donde primero se detectó el covid-19, quiere que el tratado se oponga firmemente a la “estigmatización” de los países afectados por las pandemias. Rusia considera inadmisible la perspectiva de sanciones en el sector de salud.
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¿Qué quieren los países pequeños?
Bangladés, en representación de los 31 países del grupo por la equidad, dijo que la salud pública debe estar por encima de los intereses comerciales. También considera que el texto actual no da suficiente seguridad jurídica en cuanto al acceso oportuno a los productos de salud y que es “muy débil” en el acceso a los patógenos y el intercambio de beneficios.
India, en nombre del sur de Asia, siente que sin apoyo financiero y tecnológico “será imposible alcanzar las pesadas obligaciones impuestas en el texto negociado, especialmente para los países en desarrollo”. Unos 48 países africanos exigen resultados concretos en cuanto a un mecanismo de financiamiento sustentable. Sudáfrica defiende el derecho soberano de los países de “controlar el acceso a sus recursos genéticos” y muestras, y quiere la remoción de las barreras a la transferencia de tecnología y conocimiento.
Fuente: AFP.