La madre de Fernando Báez Sosa, la paraguaya Graciela Sosa hizo su descargo a través de redes sociales ante las primeras declaraciones a un medio televisivo de Máximo Thomsen, uno de los condenados por el crimen de su hijo. “Podrán hablar de arrepentimiento, de llanto, de ‘su libertad’, pero la única víctima fue, es y será Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes”, expresó con la fotografía de la familia abrazando al joven cuya vida fue truncada en enero de 2020.
Así también, publicó las imágenes del calzado que habría utilizado Thomsen en el ataque contra su hijo y cuya suela habría quedado impregnada en el rostro del joven Fernando. “Nunca olviden que es la sangre de mi hijo... es imposible perdonar lo que hicieron”, puntualizó. Por su parte, el abogado de la familia, Fernando Burlando opinó que las declaraciones del exrugbista hacen mucho daño a los Báez Sosa, y aseguró que Thomsen “era el líder de la agresión y ahora es el líder de comprometer a los demás”, con un relato mediático que calificó de miserable.
El 6 de febrero del 2023, el Tribunal Oral en lo Criminal n.º 1 de Dolores (Argentina) condenó a Máximo Thomsen a cadena perpetua junto con otros cuatro de sus compañeros, luego de ser corroborado que serían los autores principales en el asesinato del joven Fernando Báez Sosa. El pasado 22 de marzo, la Cámara de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires confirmó la condena para los ochos rugbiers implicados en el crimen.
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Thomsen normalizaba las peleas
Luego de cambiar de abogado, Thomsen accedió a una entrevista ayer martes por Telenoche de Eltrece, en que intentó minimizar su responsabilidad en el asesinato. “Particularmente con el grupo con el que fuimos a Gesell fue un grupo que teníamos solo para irnos de vacaciones, porque era ocasional... yo tengo muchos grupos de amigos. Pasaba que salías en Zárate al boliche y era muy normal qué salias afuera y dos o tres peleas había seguro, con baldosas, con botellas, con cuchillos, armas... era una cuestión difícil”, comentó al ser consultado sobre las peleas en las que participaba.
“Yo capaz que veía las peleas esas que había con baldosas y todo eso, y eso si era chocante y llamativo porque uno cree que necesitas algo para terminar con la vida de alguien y uno no siente que con las manos o el cuerpo puede llegar a cierto extremo, no es algo que tuve presente en algún momento”, dijo el condenado en otro pasaje de la entrevista con que rompió el “pacto de silencio” que aplicaron todos los acusados durante el juicio, a comienzos del año pasado.
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