El expresidente brasileño Jair Bolsonaro elogió el “coraje” del magnate Elon Musk para “preservar la libertad” de expresión en Brasil, y llamó a sus seguidores a defender ese derecho “amenazado”, en un acto masivo este domingo en Rio de Janeiro.
Musk “es un hombre que realmente preserva la libertad para todos nosotros”, y que “tuvo el coraje de mostrar, con algunas pruebas (...) para dónde está yendo nuestra democracia, cuánta libertad ya hemos perdido”, afirmó Bolsonaro desde un escenario frente a la emblemática playa de Copacabana.
La multitud, que ocupaba varias calles y una parte de la arena, aplaudió con entusiasmo al dueño de la plataforma X, antes Twitter, quien se enfrentó en los últimos días al juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes y pidió su destitución. En simultáneo al acto bolsonarista, Musk escribió en su cuenta de X que Moraes “está en contra de la voluntad del pueblo y, por tanto, de la democracia”.
En nombre del combate a la desinformación, el juez de la máxima corte ha ordenado bloquear cuentas de usuarios en plataformas de internet, entre ellas X, sobre todo tras intentos de bolsonaristas de desacreditar el sistema de votación durante la campaña electoral pasada.
Acompañado de su esposa e hijos, el expresidente ultraderechista, de 69 años, acusó al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de querer “una dictadura” y llamó a “continuar la lucha” para defender la libertad de expresión, “amenazada” en Brasil.
Bolsonaro se abstuvo de mencionar en su discurso a Moraes, que comanda varias investigaciones que pesan sobre el expresidente. Otros oradores del acto, en cambio, arremetieron duramente contra el magistrado, entre ellos el diputado Nikolas Ferreira y el influyente pastor evangélico Silas Malafaia.
Lea más: Rusia anuncia la toma del control de la localidad de Bogdanovka, provincia ucraniana
“STF pasó los límtes”
Concentrados desde temprano, miles de seguidores vestidos con camisetas de la selección brasileña o envueltos en banderas de Brasil o de Israel se mezclaban con turistas, que observaban con curiosidad la manifestación. “Vine a luchar por mi libertad de expresión porque no tenemos más ese derecho. El STF pasó todos los límites. (...) No es por un partido ni por una persona”, dijo a la AFP Daiana Mesquita, una comunicadora de 38 años.
Tras la embestida de Musk, Moraes ordenó investigarlo como sospechoso de “instrumentalización criminal” de la plataforma X. La pulseada entre ambos se extendió a todo el ámbito político y jurídico en Brasil. Otros miembros del alto tribunal se pronunciaron en respaldo a Moraes, mientras el presidente Lula sostuvo en un acto reciente, sin aludir a Musk directamente, que “si pudiera, haría un decreto para prohibir mentir” y “encarcelar a quien mienta”.
Moraes, que ha multiplicado sus discursos públicos estos días, afirmó el viernes que la justicia brasileña está acostumbrada “a combatir mercantilistas extranjeros que tratan a Brasil como una colonia”, en alusión a Musk, pero sin mencionarlo. Por su parte, legisladores bolsonaristas y otros partidarios acusaron al STF de estar alineado con el gobierno de Lula y de socavar la democracia y las libertades.
Incluso un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos intervino en la pugna, al hacer público el jueves un informe de cientos de páginas con decisiones confidenciales de De Moraes que involucran a X y otras plataformas digitales.
Lea también: Ucrania y sus aliados celebran ayuda de EE. UU.
La sombra de la justicia
La manifestación bolsonarista se realizó dos meses después de que Bolsonaro volviera al ruedo público con una demostración de fuerza en Sao Paulo, que reunió a unas 185.000 personas, según estimaciones de un centro de monitoreo. Inhabilitado para disputar elecciones hasta 2030 por haber desinformado sobre el sistema electoral, el exmandatario (2019-2022) se ha dedicado los últimos meses a recorrer el país para encontrarse con sus simpatizantes.
Este domingo, pidió “que Brasil vuelva a la normalidad” y se realicen elecciones “sin ninguna suspensión” de candidatos, a dos años y medio de las próximas presidenciales, que se celebrarán en 2026. Varias investigaciones judiciales planean sobre él y podrían incluso llevarlo a prisión.
La más grave lo considera sospechoso de haber participado en un “intento de golpe” para evitar la asunción de Lula, quien lo derrotó en las elecciones de 2022. En Copacabana, el exmandatario volvió a rechazar las acusaciones e insistió en que es víctima de una “persecución”.
Fuente: AFP.