El sábado pasado, mientras las redes se congestionaban con noticias del primer bombardeo directo de Irán contra territorio israelí, sorprendió el despegue del avión denominado “El Juicio Final”, el único autorizado a volar en Israel en medio del ataque de drones y misiles, siendo la primera vez que se conocía su uso con ese seudónimo de inspiración religiosa reservado para ocasiones de alto peligro.
De forma oficial, se trata del primer avión presidencial del Estado de Israel, aunque se desconoce si el presidente Isaac Herzog o el primer ministro Benjamín Netanyahu estuvieron a bordo ese sábado último. Es un Boeing 767-338 (ER) 4X-ISR, adquirido en el 2015 y que fue modificado durante dos años, incorporando sistemas de navegación y de comunicación más sofisticados y reforzando el fuselaje, de forma que pueda proteger a sus pasajeros ante ataques de mayor calibre.
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Mediante el cine se hizo famoso el icónico “Air Force One”, que es el avión presidencial de Estados Unidos; sin embargo, el gobierno norteamericano cuenta también con un “avión del fin del mundo”, que es un Boeing 747 E4-B, también conocido como “Nightwatch” (Visión Nocturna), capaz de resistir a diversas amenazas, como pulsos electromagnéticos, así como los efectos térmicos y nucleares.
El Nightwatch está diseñado para transportar hasta 112 personas, cuenta con zonas de trabajo de mando, salas de conferencias insonorizadas equipadas con pantallas de vídeo, áreas de descanso con literas y butacas amplias, así como espacios dedicados a la comunicación y el control técnico. La aeronave está preparada para poder realizar vuelos prolongados sin necesidad de intervenciones mecánicas o recargas de combustible, y está disponible para despegar las 24 horas, los 365 días del año.
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