El ejército israelí retiró este domingo a sus tropas del sur de Gaza, al cumplirse seis meses de una devastadora guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás y cuando deben reanudarse las negociaciones para una tregua. El cuerpo armado indicó sin embargo que una “fuerza significativa” seguirá operando en el asediado territorio palestino para “realizar operaciones precisas basadas en inteligencia”.
Poco después, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que Israel estaba “a un paso de la victoria” en Gaza e insistió en que no habrá un alto el fuego hasta que Hamás libere a todos los rehenes. “Simplemente no ocurrirá”, sentenció ante el consejo de ministros, en un momento en que deben reanudarse las negociaciones en El Cairo con vistas a una tregua.
Los seis meses de guerra han dejado el estrecho territorio palestino en ruinas y la mayoría de sus 2,4 millones de habitantes está al borde de la hambruna, según la ONU. El ejército israelí afirmó haber retirado a sus fuerzas del sur de Gaza tras meses de encarnizados combates. Los enfrentamientos destruyeron entre otros a Jan Yunis, la principal localidad de la zona y ciudad natal del líder de Hamás, Yahya Sinwar.
El movimiento islamista es catalogado como organización “terrorista” por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea. “Hoy, domingo 7 de abril, la 98ª división de comandos de las IDF [fuerzas de defensa de Israel] concluyó su misión en Jan Yunis”, declaró el ejército.
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Regreso de los desplazados
La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando Hamás irrumpió en el sur de Israel y mató a 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un cómputo de AFP basado en datos oficiales israelíes. Los combatientes palestinos capturaron también a 250 personas, de los cuales 129 siguen retenidos en Gaza, incluyendo 34 que se cree han muerto, según las autoridades israelíes.
La ofensiva aérea y terrestre lanzada por Israel en respuesta dejó al menos 33.175 muertos en Gaza, según el último balance del Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007. El conflicto también dejó miles de desplazados internos, según la ONU, y la mayoría se refugió en Rafah, en la cerrada frontera con Egipto. La ONU calcula que cerca de 1,5 millones de palestinos se hacinan en esa localidad.
Tras el anuncio del ejército israelí, decenas de palestinos refugiados en Rafah emprendieron el camino de vuelta a Jan Yunis a pie, en carro o en carretas, según imágenes de AFP. Camiones cargados con ayuda humanitaria entraron este domingo en Rafah desde Egipto. En el complejo médico Kamal Adwan de Beit Lahia, en el norte del territorio, llegaron también insumos médicos.
Tras iniciar su ofensiva en Gaza, Israel impuso un asedio “completo” al territorio, obstaculizando la entrada de agua, comida, combustible y alimentos. Una primera tregua a finales de noviembre permitió el ingreso de ayuda a Gaza y el canje de un centenar de rehenes por prisioneros palestinos retenidos en cárceles israelíes. Pero la ayuda, que entra a cuentagotas y necesita el visto bueno de Israel, no es suficiente.
Nueva ronda de negociaciones
El presidente estadounidense Joe Biden, reclamó el jueves a Netanyahu un acuerdo para un alto el fuego e insistió en la necesidad de aumentar el ingreso de ayuda a Gaza. Biden -- cuyo gobierno es el principal proveedor de armas de Israel -- también sugirió por primera vez condicionar la ayuda estadounidense a Israel a una reducción en la muerte de civiles y más entrada de ayuda humanitaria.
Las conversaciones entre ambos dirigentes se dieron luego de que Israel anunciara la destitución de dos oficiales responsables de la muerte de siete trabajadores humanitarios, en su mayoría extranjeros, en un ataque contra un convoy de una oenegé en la Franja de Gaza.
Las negociaciones para una tregua deben reanudarse este domingo en El Cairo. El director de la CIA estadounidense, Bill Burns, y el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman bin Al Thani, se encontrarán el domingo con los mediadores egipcios para las conversaciones indirectas entre las delegaciones de Israel y Hamás, según Al Qahera News, de Egipto.
El movimiento islamista palestino Hamás confirmó previamente que sus demandas principales son un alto el fuego total en Gaza, el retiro de las fuerzas israelíes y el regreso de los desplazados palestinos. Netanyahu enfrenta crecientes presiones internas para liberar a los rehenes. Decenas de miles de personas se manifestaran anoche para pedir su renuncia y el domingo, familiares de rehenes se congregaron en Tel Aviv para reclamar su liberación.
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Siete meses del mortífero ataque
La guerra entre Israel y Hamás entró el domingo en su séptimo mes, en momentos que negociadores estadounidenses e israelíes acuden a El Cairo para negociar una tregua en la Franja de Gaza y la liberación de más de un centenar de rehenes en manos del movimiento palestino.
El director de la CIA estadounidense, Bill Burns, y el primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman bin Al Thani, se encontrarán el domingo con los mediadores egipcios para las conversaciones indirectas entre las delegaciones de Israel y Hamás, según Al Qahera News, de Egipto.
El movimiento islamista palestino Hamás confirmó previamente que sus demandas principales son un alto el fuego total en Gaza y el retiro de las fuerzas israelíes. Las conversaciones se dan luego de que Israel anunciara la destitución de dos oficiales responsables de la muerte de siete trabajadores humanitarios, en su mayoría extranjeros, en un ataque contra un convoy de una oenegé en la Franja de Gaza.
Israel admitió un error de sus militares en la muerte de los trabajadores de la organización World Central Kitchen (WCK), el 1 de abril, pero eso no frenó los llamados a una investigación independiente. “Han sido seis meses de atacar todo lo que se mueve”, dijo el chef hispano-estadounidense José Andrés, fundador de WCK, al canal de televisión ABC News.
“Esto realmente parece ser una guerra contra la humanidad misma”, agregó. La muerte de los humanitarios dio lugar a una tensa conversación telefónica entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Biden insistió en un “alto el fuego inmediato” y sugirió por primera vez condicionar la ayuda estadounidense a Israel a una reducción en la muerte de civiles y mejorar la ayuda humanitaria.
El conflicto comenzó el 7 de octubre con el ataque sin precedentes de Hamás en territorio israelí, que dejó 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según cifras israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares. Los combatientes palestinos tomaron también unos 250 rehenes israelíes y extranjeros, de los cuales alrededor de 130 siguen en Gaza, incluyendo unos 30 que se cree han muerto.
El ejército israelí anunció el domingo que otros cuatro de sus soldados murieron en Gaza, lo que eleva a 260 el saldo de muertos en sus filas desde el inicio de las operaciones terrestres, a fines de octubre.
“Cascarón vacío”
En represalia, la ofensiva israelí ha dejado al menos 33.137 muertos en Gaza, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, según el Ministerio de Salud del territorio, controlado por Hamás. Una misión encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) pudo finalmente acceder al hospital Al Shifa, el más grande de Gaza, que quedó en ruinas tras dos semanas de asedio israelí.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que el hospital de Ciudad de Gaza es “ahora un cascarón vacío con tumbas humanas”. Indicó que el equipo vio “al menos cinco cadáveres” durante la misión. Biden escribió a los gobernantes de Egipto y Catar antes de las conversaciones del domingo para urgirles presionar a Hamás a “llegar a un acuerdo y cumpla lo negociado”, indicó un alto funcionario a AFP.
Las conversaciones intermitentes no han registrado avances desde la tregua de una semana en noviembre que permitió la salida de algunos rehenes canjeados por prisioneros palestinos en cárceles israelíes. Washington atribuye la falta de acuerdo a la negativa de Hamás de liberar rehenes enfermos o vulnerables.
Catar ha dicho que las objeciones israelíes al regreso de gazatíes desplazados es el principal obstáculo. Biden enfrenta presiones porque no ha sabido utilizar la enorme ayuda militar que su país da a Israel para obtener cambios en la conducción de la guerra por parte de Netanyahu.
El dirigente opositor israelí, Yair Lapid, viajó el sábado a Washington para reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en medio de la frustración estadounidense con Netanyahu.
También se encontrará con el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, quien pidió elecciones anticipadas en Israel para darle a los votantes la posibilidad de remover a Netanyahu. Decenas de miles de israelíes se manifestaron el sábado contra el primer ministro exigiendo “elecciones ya”.
Sin ayuda
En tanto, el ejército israelí anunció el despido de dos oficiales tras determinar una serie de errores que condujeron a los ataques con drones que mataron a los trabajadores de WCK. Dijo que un comandante asumió erróneamente que Hamás había tomado su vehículo que se desplazaba de noche.
Las operaciones de WCK permanecen suspendidas tras el ataque, mientras otras organizaciones de ayuda indicaron que su trabajo en Gaza se ha vuelto imposible. Tras la conversación de Biden y Netanyahu, Israel anunció que permitirá “temporalmente” la entrega de ayuda por el puerto de Ashdod y el paso fronterizo de Erez.
Por su parte Mahmud Bassal, portavoz de la agencia gazatí de Defensa Civil, dijo el sábado a AFP que la ayuda que llega a Gaza es “absolutamente insuficiente” para sus 2,4 millones de habitantes. Alrededor de 1,5 millones de gazatíes permanecen refugiados en Rafah, en el sur del territorio palestino. “Somos ciudadanos ordinarios y seres humanos”, expresó Siham Achur, de 50 años, quien vive ahora con su familia en una carpa en Rafah. “¿Por qué bombardearon nuestra casa?”, preguntó ella.
Fuente: AFP.