El deshielo en Groenlandia y en la Antártida modifica la velocidad de rotación de la Tierra más rápido de lo previsto y eso alterará el cálculo del tiempo universal sobre el cual se ajustan las redes informáticas, señala un estudio publicado este miércoles.
Desde 1967, el Tiempo Universal Coordinado (UCT) se establece con relojes atómicos ultrasensibles que marcan la hora en todo el mundo y garantizan la precisión de las infraestructuras digitales y de comunicación, como la navegación por satélite.
Por razones históricas, se mantuvo la sincronía entre el UCT y el tiempo astronómico, calculado a partir de la velocidad de rotación de la Tierra, que no es constante. A partir de 1972, se decidió compensar las irregularidades agregando segundos intercalares al tiempo atómico, para que coincida con el astronómico.
Esos segundos intercalares se agregan cada vez que el desfase entre ambas mediciones se acerca a 0,9 segundos. La última vez que se procedió a ese ajuste remonta a 2016, explicó a la AFP Duncan Agnew, autor de uno de los estudios sobre el tema, publicado por la revista Nature.
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Pero la modificación de velocidad de la rotación de la Tierra plantea un problema inverso, pues hará que el tiempo astronómico se adelante al tiempo atómico. Y eso obligaría, dentro de algunos años, a introducir un segundo intercalar... negativo.
Tal novedad preocupa a los especialistas en metrología, que miden el tiempo, pues la introducción de un segundo intercalar negativo plantearía problemas “sin precedentes” en “un mundo cada vez más conectado”, señala Patrizia Tavella, de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM), en un comentario anexo del estudio.
La incertidumbre proviene del hecho de que los programas informáticos que integran segundos intercalares “suponen que estos son siempre positivos”, añade Duncan Agnew, del Instituto de Geofísica de la Universidad de California en San Diego.
Desaceleración terrestre
En parte debido a esa nueva situación, los metrólogos de todo el mundo acordaron dejar de introducir segundos intercalares hasta 2035. Y a partir de ese año, se prevé dejar que la diferencia entre la hora atómica y la rotación de la Tierra llegue a un minuto.
Pero según Nature, ese programa podría verse comprometido por el calentamiento global, debido a la aceleración del deshielo en Groenlandia y en la Antártida, que Agnew midió con observaciones satelitales.
Desde los años 1990, el derretimiento de los hielos ralentiza la rotación de la Tierra, tal como lo hacen las mareas provocadas por la fuerza gravitatoria que la Luna y el sol ejercen sobre nuestro planeta, contrabalanceando la aceleración natural. “Cuando el hielo se derrite, el agua se esparce por todo el océano (...), lo que modifica la distribución de fluidos en la superficie y en el interior de la Tierra”, detalla el científico.
Todo ello no constituye en sí mismo ninguna novedad, porque el efecto de desaceleración provocado por el deshielo se sugirió a finales del siglo XIX y se mide desde la década de 1950, indica Duncan Agnew.
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“Pero la novedad de mi trabajo es mostrar el alcance del impacto del deshielo en la rotación de la Tierra. Un cambio nunca visto”, destaca.
La desaceleración es tal que podría retrasar hasta 2029 una eventual transición al segundo negativo, según las previsiones. Sin los impactos del calentamiento global, ello ocurriría probablemente ya en 2026.
Ese aplazamiento da un respiro a los metrólogos, que tendrán “más tiempo para decidir si 2035 es la mejor fecha para suprimir el segundo intercalar o si hay que abandonarlo antes”, comenta Patrizia Tavella, del BIPM.
Fuente: AFP
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FMI: ritmo de crecimiento del Paraguay es superior en la región, pero aún se debe acelerar
En el marco de la presentación del informe de “Perspectivas Económicas para Las Américas (REO)”, que se realizó en sede del Banco Central del Paraguay, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que si bien la economía paraguaya crece a un ritmo superior al promedio regional, también se enfrenta a la desaceleración, por lo que es crucial la adopción de reformas para fortalecer las finanzas públicas y normalizar la política monetaria, reforzando así la resiliencia macroeconómica.
De acuerdo con el informe, se prevé que el crecimiento en América Latina se modere de 2,6 % en 2023 y 2024 a 2,2 % en 2025 ante un contexto de brechas del producto interno bruto (PIB) en su mayoría cerradas, con la mayoría de los países de la región convergiendo hacia su (débil) crecimiento potencial y los niveles de inflación cerca de las metas. Paraguay resalta en el grupo de las principales economías de la región (AL7), con proyecciones de crecimiento económico de 3,8 % tanto para 2024 como 2025.
“Paraguay es distinto, también se enfrenta a esta desaceleración, pero tiene esta velocidad más alta que el resto de AL7, que de igual forma podría estar más acelerada. En el conjunto, lo hacemos bastante peor que el mundo emergente de Asia o Europa. Lo que habla de un problema de crecimiento a largo plazo.”, enfatizó Rodrigo Valdez, economista y director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, quien fue el encargado de presentar el informe.
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Atendiendo que las brechas del PIB se han cerrado en su mayor parte y que los niveles de inflación están cerca de las metas, según el informe del FMI, la atención de las autoridades debería moverse de políticas cíclicas para enfrentar los “socks” hacia políticas estructurales destinadas a elevar el crecimiento potencial, que deberían enfocarse en todos los factores que impulsan esta expansión, desde capital hasta mano de obra y el aumento de la productividad.
“Con la inflación cerca de la meta y el producto interno bruto cerca de su potencial, la economía está relativamente ordenada. Lo fiscal aún no converge hasta donde debería, pese a que hay países más adelantados como Paraguay. Se debe encarar un rebalanceo de las políticas, que lleva a lo fiscal. Es necesario continuar los ajustes e implementar los planes pendientes. La deuda pública aún no está estabilizada”, hizo hincapié Valdez.
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Recomendaciones
Según el FMI, recalibrar la combinación de políticas para fortalecer las finanzas públicas y la normalizar de la política monetaria contribuiría a reconstruir los márgenes de maniobra y reforzar la resiliencia macroeconómica.
Entre las principales recomendaciones que dejó el informe de “Perspectivas Económicas para Las Américas (REO)” para Paraguay, se destaca la necesidad de reformar las políticas fiscales e introducir otras institucionales para mejorar la eficiencia de la recaudación de impuestos, al igual que reforzar la gestión de la inversión pública en el clima y las políticas de protección del empleo.
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“La Niña” anuncia un verano caliente
Por Carolina Vanni
carolina.vanni@nacionmedia.com
Tamara Esquivel, estudiante de enfermería, se queja porque la temperatura bajó y ella debe madrugar para ir a la facultad. Si no sube en el bus a las 5:40 no podrá llegar al centro de Asunción para entrar a las 8:00 en la clase.
La joven de 20 años vive en la ciudad de Julián Augusto Saldívar, a unos 23 kilómetros de la capital, y si bien la distancia no es demasiada, el mal servicio del transporte público y las pésimas condiciones de la ruta Departamental 27 hacen que el trayecto se vuelva largo y tedioso.
Estando en la parada de su barrio comienza a lloviznar y sopla un viento frío que la obliga a acomodar su bufanda y luego meter las manos en los bolsillos. En su barrio ninguna esquina tiene refugio para quienes esperan el bus, por lo que, debe soportar la condición climática hasta que se suba en el bus.
Esta realidad es la de miles de personas que a diario deben transportarse en colectivo desde las afueras de Asunción hasta el centro. Si bien el verano dejó de ser agradable debido a las elevadas temperaturas, “resulta más llevadero”, dice Tamara a LN.
Veranos infernales
Los veranos están cada vez más calientes y los inviernos se van volviendo cálidos. En los últimos años, Paraguay sufrió una alteración en su clima, efecto del calentamiento global que se da a consecuencia del aumento de los gases de efecto invernadero.
Un trabajo realizado por el profesor Benjamín Grassi, denominado Estudio del Clima en Paraguay, indica que el año 2019 fue el más caliente en nuestro país con una temperatura de 1,5 °C por encima del promedio del período 1961-1990.
“El cambio climático es una realidad innegable que nos está afectando. Pero no es solo un problema ambiental, es también un problema social, económico y de seguridad”, nos dice Ethel Estigarribia, directora de Cambio Climático del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).
En consecuencia del aumento de la temperatura promedio en el país, las olas de calor aumentaron en un 72% más con relación a la era preindustrial y los veranos son tres veces más calientes, según el mismo estudio. Sin dudas, Paraguay es vulnerable al cambio climático, por su ubicación, su clima, la falta de infraestructura para el desarrollo, lo que incide en la calidad de vida de la gente.
Este año el país sufrió los embates del calentamiento con temperaturas nunca antes registradas. La sensación térmica llegó, inclusive, a los 50 °C, el 15 de marzo pasado en que la gente debió soportar una siesta infernal. ¿Es proporcional la vulnerabilidad con relación a la responsabilidad en la problemática? No. Paraguay aporta solo el 0,09% de la emisión de gases, pero sufre las consecuencias a causa de la pobreza y desigualdad.
Aumento de la temperatura global
El director de la Oficina Regional para las Américas de la Organización Meteorológica Mundial, Julián Báez, explica que, si acá hace mucho frío ahora, en el norte el verano es mucho más extremo, sin embargo, al hacer un promedio del año, el termómetro cada vez sube más, asegura a LN.
Según la Organización de las Naciones Unidas, la temperatura media de la Tierra es ahora 1,1 °C más elevada que a finales del siglo XIX. Pero el dato alarmante lo dio en febrero de este año el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la UE, al asegurar que, en el período comprendido entre febrero de 2023 y enero de 2024, la temperatura aumentó 1,52 °C.
“Hay una clara evidencia científica de que en los últimos años hemos tenido un aumento sostenido en la temperatura media del planeta”, sostiene a LN Julián Báez. Esta variación se ve reflejada en las distintas regiones con la ampliación de los eventos climáticos, explica.
Para este año nuevamente está pronosticado el fenómeno climático La Niña. Eso significa que el verano será mucho más cálido, afectando no solo a la agricultura, sino además a la navegabilidad de los ríos, que ya actualmente está bastante resentida por la alarmante bajante, producto de la falta de lluvias y dragado. En Paraguay, más del 90% de la producción primaria se mueve por la hidrovía.
“Si llueve menos el principal sector que se ve afectado es el de la agricultura y la ganadería. Y el otro sector es el fluvial, y dependiendo de la intensidad, si sigue el déficit de lluvia, también puede afectar a la producción de energía. No siempre se dimensiona el impacto, pero mirando todos los aspectos, resultan desoladores”, asegura Báez.
Acciones
En el 2014 se presentó el Plan Nacional de Cambio Climático, que, en su fase I tiene por objetivo trabajar las estrategias de mitigación, orientados por un planeamiento a largo plazo y a crear comunidades resilientes al cambio climático. La mitigación, en términos de cambio climático, es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según explica Ethel Estigarribia, Paraguay necesita de 16.200 millones de dólares para poder implementar las medidas de mitigación y 6.530 millones de dólares para poder implementar medidas de adaptación.
Sostiene que elaborar los planes para reducir la huella de carbono es todo un desafío, porque no es solo decir cuáles son las metas, sino que debe tener un sistema de monitoreo. “Hay que tener indicadores y se tiene que poder medir. Y la única herramienta es la ciencia, se tiene que contabilizar todas las acciones que tenemos. Lo que necesitamos es financiamiento”, asegura.
Entre los proyectos que trabaja el Mades con otras instituciones está la reducción de las emisiones en la agricultura y la ganadería, así como también la movilidad, donde no solo se busca la incorporación de buses eléctricos y mejorar el sistema de transporte público para usar menos vehículos particulares.
“Estamos trabajando para ver si hay modelos sostenibles para la agricultura y la ganadería. Este año vamos a tener el inventario de los cinco sectores que más generan las emisiones”, dice al indicar que “el inventario” es el espejo del desarrollo económico, donde se va a reflejar las actividades que generan mayores emisiones.
Una de las actividades que más genera emisiones en nuestro país es el cambio del uso del suelo, que lleva a la deforestación para ampliar los horizontes de la ganadería y la agricultura, también generadores de emisiones. El Instituto Forestal Nacional (Infona) cuenta con un Sistema de Alertas Tempranas de Deforestación, buscando abordar de manera efectiva la deforestación ilegal, considerando que gran parte de la deforestación en el país es legal.
¿Qué hago como ciudadana?
Aunque la mayor emisión de gases de efecto invernadero se genera en las actividades económicas de gran escala, la ciudadanía puede ayudar a mitigar con pequeñas acciones: mantener las veredas en buen estado para caminar y no usar su automóvil, así como usar transporte público antes que el particular.
Otra acción ciudadana que puede ayudar es comprar preferentemente productos locales y comer más frutas y verduras. No arrojar basura en las calles, que luego terminan en los cauces hídricos.
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El impacto del cambio climático en nuestras vidas
Por Carolina Vanni
carolina.vanni@nacionmedia.com
Hace tiempo el clima registra variaciones y no se comporta de manera “habitual”. Algunas personas dicen que es un proceso natural del planeta que ya había pasado por una situación similar, mientras que otros piensan que esto es producto de la actividad humana irresponsable.
Más allá de las controversias, las fake news (noticias falsas) y las divisiones entre ecologistas y terraplanistas, los fenómenos meteorológicos severos dejan sus huellas en las personas. Las tormentas y raudales causan estragos en la ciudad y en el campo la sequía pone en jaque la generación de alimentos y al ecosistema con los incendios que arrasan con lo que hay a su paso.
Gonzalo, estudiante del Colegio Felipe Toledo, piensa que los malos hábitos de consumo (la cultura del descarte) y la mala utilización de los recursos naturales nos condujo a donde estamos. Él cree que muchas enfermedades están asociadas a la crisis del clima. Según Greenpeace, sí favorece la transmisión de patógenos causantes de males, como el dengue, asma, diarrea y otros más.
Julián Báez, director de la Oficina Regional de la Organización Meteorológica Mundial para las Américas, asegura que el cambio climático se está acelerando con impactos muy significativos en todos los aspectos y “se siente más en los países menos desarrollados”.
Pero, ¿cómo nos afecta? En esta nota los expertos explican los alcances en el día a día. Un sector vulnerable es la niñez y adolescencia, cuya capacidad se ve amenazada para sobrevivir, crecer y prosperar, según Unicef.
Vulnerabilidad
El aporte de Paraguay a las emisiones globales es del 0,09 %, comenta Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay. Pero según el Índice de Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático en la Región de América Latina y el Caribe, Paraguay está en la categoría de “riesgo extremo”.
La alta dependencia económica en la producción primaria, la escasa infraestructura y mala planificación de las ciudades, así como la falta de un sistema de alerta temprana; la pobreza, la desigualdad y medios de subsistencia, son algunos aspectos que hacen a la vulnerabilidad.
Óscar Rodas explica que la situación geográfica, la mediterraneidad, la tipología plana que favorece las inundaciones, así como el tipo de clima tropical, contribuyen a la vulnerabilidad. Al ser un país mediterráneo se utilizan los ríos para importar y exportar y con la sequía el transporte fluvial se encarece.
Así nos afecta
“El cambio climático impacta en la calidad de vida de la población”, dice Ethel Estigarribia, directora de Cambio Climático del Mades. Las sequías prolongadas, las inundaciones, la afectación de plantas y animales, pérdidas económicas, calidad y disponibilidad de los recursos hídricos, entre otros, son algunos efectos.
Las olas de calor con altas temperaturas, así como los raudales que incluso causan muertes cuando llueve mucho, forman parte de la convivencia diaria con el cambio climático, explica Ethel Estigarribia.
Cuando hablamos de sequía, afecta a los cultivos, a la navegabilidad de los ríos y agudiza la escasez del agua, como en el Chaco. La crecida obliga a la gente a abandonar su casa y buscar sitios secos, como los refugios, en donde las condiciones de vida son precarias y proliferan las enfermedades por el hacinamiento. Cuando los albergues son insuficientes, se ocupan plazas y calles.
Paraguay es un gran productor agrícola y ganadero y la sequía o la inundación ponen en peligro la seguridad alimentaria. “Para la producción de alimentos, sean de origen animal o vegetal, se necesita de un clima estable”, indica Julián Báez.
En el 2023, unos 2.845 alumnos de 16 escuelas sufrieron por las inundaciones, según el Ministerio de Educación y Ciencias, que recomendó clases y cierre de los procesos de forma virtual en las zonas afectadas. “Cuando llueve no hay clases y en días calurosos es imposible lograr que los niños se concentren”, explica Sonia Maidana, maestra de la Escuela Básica 135.
En el 2023 el país sufrió la epidemia de chikungunya debido a la proliferación de mosquitos por las condiciones climáticas y los malos hábitos de la gente. La enfermera María Aquino dice que las altas temperaturas afectan a la gente con golpes de calor, insolación, deshidratación, diarrea y vómito.
Ingresando al sitio web Aire Paraguay se puede saber la calidad del aire. La contaminación a consecuencia de los incendios lleva a más cuadros alérgicos, explica el doctor Ricardo Meza, alergista e inmunólogo del Hospital de Clínicas.
Mitigar y adaptar
La mitigación es la acción de reducir la generación de los gases de efecto invernadero. Paraguay tiene un compromiso asumido de reducir la huella de carbono en sectores como el uso de la tierra, la agricultura y ganadería; el sector energético, en los procesos industriales y en el uso del combustible fósil.
La Ley 251/93 ratifica la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la Ley N° 5875 de Cambio Climático busca implementar acciones de mitigación que reduzcan la vulnerabilidad y mejoren las capacidades de adaptación.
Un trabajo conjunto logró la elaboración del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2022-2030, que lleva adelante trabajos en el campo y en la ciudad para lograr el desarrollo resiliente al clima. La construcción de infraestructuras para la protección de ciudades, así como políticas para reducir pérdidas, son algunas acciones implementadas.
“Forestar, reforestar, usar conscientemente la energía eléctrica, evitar la impermeabilización del suelo, son acciones ciudadanas que pueden ayudar”, explica Julián Báez, mientras Gonzalo plantea el uso de “fuentes de energías renovables” y el “reciclado”, que es la reutilización de materiales como el vidrio, plásticos y metales. Para lograr esto se deben mejorar los sistemas de recolección, trabajar en la educación y aprender a separar la basura.
Óscar Rodas sostiene que cuando tengamos mayores sistemas de alerta, de información sobre los eventos climáticos extremos, “se podrá organizar mejor los sistemas productivos, de salud, de protección social, para aumentar la resiliencia ante el cambio climático”.
“Existen planes para crear comunidades resilientes. Como ejemplos, la estrategia educativa con el MEC para crear más conciencia, con el MAG para que con el productor tenga estrategias para evitar una pérdida total ante una sequía. Pero necesitamos tecnología y financiamiento”, asegura Ethel Estigarribia.
Acciones diarias que contribuyen:
Evitar las bolsas del supermercado.
Plantar árboles y arbustos nativos en los patios y veredas.
Cargar el lavarropas bien lleno para ahorrar agua y energía.
Reducir el uso de papel.
Evitar el uso de desechables, como isopor y plástico.
La correcta disposición de la basura
Galería de fotos: Las dos caras de una misma moneda: la lluvia.
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Cambio climático podría triplicar las muertes por calor en Europa en los próximos años
Las muertes por calor podrían triplicarse en Europa de aquí a 2100 con las políticas climáticas actuales, sobre todo entre los habitantes de las zonas meridionales del continente, según un estudio publicado en la revista ‘The Lancet Public Health’.
Las conclusiones del estudio elaborado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea ponen de relieve la necesidad de reforzar las políticas para limitar el calentamiento global y proteger así a las regiones y los miembros vulnerables de la sociedad de los efectos del aumento de las temperaturas.
En los últimos años, Europa ha experimentado algunos de sus veranos más calurosos, que han coincidido con elevadas tasas de mortalidad. Las personas mayores corren un mayor riesgo de muerte por temperaturas extremas, y se prevé que el número de personas que llegan a la vejez aumente con el tiempo.
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La mayoría de los estudios anteriores sobre las muertes por temperaturas cálidas y frías en Europa apenas contenían detalles a nivel local o eran evaluaciones en profundidad de países concretos, sobre todo de Europa Occidental. Este estudio es el primer análisis en profundidad de los riesgos sanitarios actuales y futuros de las temperaturas cálidas y frías en toda Europa que analiza el impacto previsto en las regiones dentro de los países.
En conjunto, con un calentamiento global de 3º C -una estimación máxima basada en las políticas climáticas actuales- el número de muertes relacionadas con el calor en Europa podría aumentar de 43.729 a 128.809 a finales de siglo.
Con un calentamiento de 3 °C, se prevé que las muertes relacionadas con la temperatura aumenten un 13,5 por ciento, lo que provocará 55.000 muertes más cada año, impulsadas por un aumento de las muertes por calor. La mayoría de las muertes se producirán entre personas mayores de 85 años.
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Se estima que las muertes relacionadas con el calor aumentarán en todas las regiones de Europa bajo un calentamiento de 3 ºC, con un fuerte aumento de las tasas de mortalidad, triplicando la tasa media en toda Europa hasta situarse entre 2 y 117 muertes por cada 100.000 habitantes en todos los países europeos. España, Italia, Grecia y algunas zonas de Francia serán los países más afectados por el calentamiento y el envejecimiento de la población.
Fuente: Europa Press