El tercer vuelo de prueba del gigantesco cohete Starship de SpaceX terminó este jueves con la nave perdida cuando regresaba a la Tierra, aunque la empresa celebró haber cumplido con nuevos objetivos.
“Starship nunca voló tan lejos ni tan rápido”, declaró una comentarista durante la trasmisión en directo de la empresa del multimillonario Elon Musk.
De 120 metros de altura, Starship es el cohete más grande del mundo. También el más potente.
El cohete despegó de Boca Chica, en Texas (sur de Estados Unidos), como en los intentos anteriores que terminaron en explosiones el año pasado.
SpaceX tenía una larga lista de objetivos para esta tercera prueba, entre ellos efectuar un “regreso controlado” a Tierra de la nave.
El cohete se compone de dos etapas o partes: el propulsor Super Heavy con 33 motores y, encima de este, la nave Starship, que por extensión da nombre a todo el megacohete. Las dos etapas se separaron con éxito unos minutos después del despegue.
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Super Heavy tenía que haber caído suavemente en el golfo de México, pero no logró completar esta maniobra y experimentó un “amerizaje duro”, según un comentarista de la transmisión en vivo de la empresa.
La nave continuó su vuelo durante cerca de una hora. Superó ampliamente la frontera del espacio, alcanzando más de 200 km de altitud, según el video de SpaceX, seguido por más de tres millones de personas.
Tenía previsto caer en el océano Índico para finalizar la prueba. Pero la nave se “perdió” cuando regresaba a la atmósfera terrestre, dijo un comentarista.
Transferencia de combustible
La compañía de Musk confía en Starship para lograr su objetivo de llevar a la humanidad a Marte y su desarrollo también es muy importante para la agencia espacial estadounidense. La NASA cuenta con esta nave para llevar a sus astronautas a la Luna durante su misión Artemis 3 en 2026.
La primera prueba de Starship se produjo en abril de 2023. SpaceX se vio obligada a hacer estallar Starship a los pocos minutos del lanzamiento, porque las dos etapas no lograron separarse. El cohete se desintegró en una bola de fuego y se estrelló en el Golfo de México.
La segunda prueba, realizada en noviembre de 2023, tuvo resultados ligeramente mejores: el propulsor se separó de la nave espacial, pero luego ambos explotaron sobre el océano. La nave, sin embargo, había alcanzado una altitud de aproximadamente 150 km, superando el borde del espacio.
Para esta tercera prueba, SpaceX probó la apertura de la escotilla que podría utilizarse en el futuro para liberar carga, por ejemplo satélites, al espacio.
La compañía además debería empezar a ensayar la capacidad de la nave espacial para transferir combustible en el espacio. Según la prensa especializada, esta prueba podría realizarse entre dos tanques dentro de la nave.
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Para llegar a la Luna, Starship necesitará reabastecer combustible. Con el tiempo, la idea es demostrar que podrán enviarse al espacio naves con combustible que serán una suerte de “estaciones de servicio” en órbita.
Fuente: AFP