Una madre con el rostro lleno de angustia estrecha contra su cuerpo a sus dos hijos, entre ellos un bebé, envueltos en una manta. Enfrente hay combatientes del movimiento palestino Hamás, que se los llevarán cautivos a la Franja de Gaza. Las imágenes, grabadas y difundidas por Hamás, dieron la vuelta al mundo y convirtieron a Shiri Bibas, de 32 años, y sus hijos Ariel de 4 años y Kfir de nueve meses en el rostro de los rehenes tomados en el ataque contra el sur de Israel del 7 de octubre.
Esta notoriedad se sitúa en las antípodas de la personalidad de esta mujer, que según sus allegados llevaba una vida tranquila en el kibutz de Nir Oz, centrada ante todo en su familia y sus niños. “Si supiera que sería tan conocida, sería muy duro para ella. Es muy reservada”, explica Dalit Ram Aharon, una de sus mejores amigas.
Vecina de esta misma comuna agrícola, ella pudo escapar del ataque de los combatientes de Hamás que mataron o secuestraron a una cuarta parte de sus 400 habitantes. Desde entonces no ha tenido noticias de Shiri ni de sus hijos. El movimiento islamista palestino anunció su muerte a finales de noviembre en un bombardeo israelí, pero el país hebreo nunca lo ha confirmado.
El marido de Shiri y padre de los niños, Yarden Bibas, de 34 años, fue también secuestrado, pero no está cautivo con el resto de la familia. Militantes de izquierda y partidarios de la paz con los palestinos, los padres de Shiri, Yossi y Margit Silberman, procedentes de Argentina y Perú, murieron calcinados por el incendio de su casa en Nir Oz.
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“Mamá loba”
El ataque sorpresa del movimiento islamista Hamás en la mañana del 7 de octubre en el sur de Israel mató a 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP en base a datos oficiales. Entre los muertos hay más de 300 militares. La campaña que Israel lanzó como respuesta contra la Franja de Gaza provocó más de 30.300 muertos, principalmente mujeres y menores, según el Ministerio de Salud de este territorio controlado por Hamás.
Kfir Bibas es el más joven de los alrededor de 250 rehenes tomados ese día por Hamás. Kfir y su hermano Ariel son los únicos dos menores entre los 130 rehenes todavía cautivos en Gaza. Shiri Bibas trabajaba en una guardería en el kibutz, primero como asistente y después como contadora. Con su esposo, soldador, llevaban “una vida tranquila y familiar”, dice un primo suyo, Yossi Shnaider, de 46 años. “Su casa de 40 metros cuadrados estaba desprovista de florituras, con juguetes que pasaban de una generación a otra, y un columpio hecho con neumáticos”, recuerda.
“En la cara de Shiri se veía rápidamente sinceridad y bondad”, afirma. “Era... Es una madre de verdad, y no solo para sus propios hijos”, dice su cuñada, Ofri Bibas Levi, que no sabe si hablar de ella en pasado o en presente. “En Nir Oz, todos los niños corrían hacia ella cuando la veían”, recuerda. En las fotografías familiares que muestra su cuñada, Shiri aparece con una sonrisa dulce, algo tímida, y la mirada seria.
El 19 de febrero, el ejército israelí difundió, con el acuerdo de la familia Bibas, un video de las cámaras de seguridad de Jan Yunis, gran ciudad del sur de Gaza que es escenario de violentos combates desde hace semanas. En las imágenes, tomadas horas después del secuestro, se ve a Shiri Bibas que sostenía en brazos a Ariel y a Kfir, cubiertos por una manta, mientras era escoltada por hombres armados. “Shiri es una mamá loba, con un instinto maternal muy fuerte. Estoy seguro que tuvo a sus hijos en brazos todo ese tiempo, a pesar del peso, desde el kibutz para protegerlos”, dice su amiga Ram Aharon.
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“Ausencia de movilización”
La familia Bibas tenía el proyecto de mudarse de Nir Oz en 2024 para instalarse en el norte de Israel. “Shiri estaba angustiada por las alertas” antiaéreas por los disparos de cohetes desde Gaza, explica su cuñada Bibas Levi. “Esto estresaba mucho a Yarden también y no querían transmitir esta angustia a los niños”, continúa esta mujer, que también en agosto había dejado el kibutz de Reim cercano a Gaza para instalarse con la familia en el norte.
A pocos días del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, Shnaider lamenta lo que considera una “ausencia de movilización” de las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y la infancia a favor de la liberación de los rehenes israelíes. “¿Por qué las mujeres que están tan activas en el movimiento #MeToo callan cuando una mujer y sus dos hijos, entre ellos un bebé, están cautivos como rehenes por una organización terrorista” desde hace cinco meses?, se pregunta.
Fuente: AFP.