Más de 40.000 niños, niñas y adolescentes en Bolivia se han visto afectados por deslizamientos de tierra, inundaciones y crecidas repentinas, y muchos se han visto obligados a abandonar sus hogares, sin poder asistir a la escuela y ahora más vulnerables a la violencia, dijo Save the Children.
La reciente catástrofe climática -que ha causado al menos 42 muertos, entre ellos 12 niños y niñas - se ha producido después de que se registraran lluvias torrenciales tras meses de una grave sequía que secó lagos y ríos, provocó olas de calor e incendios forestales sin precedentes y uno de los inviernos más calurosos del país.
Los fenómenos meteorológicos extremos en Bolivia son cada vez más frecuentes y graves debido a la crisis climática. El regreso del fenómeno de El Niño este año ha traído consigo fenómenos meteorológicos extremos más intensos y un aumento de las temperaturas, exacerbando los ya acelerados impactos de la crisis climática.
Como ayuda, se prevé la entrega de transferencias de efectivo desde Save the Children Bolivia a las familias afectadas por el deslizamiento de tierra en el municipio de Achocalla, en el departamento de La Paz, donde una mujer de 35 años y sus dos hijos fueron sepultados por un deslizamiento de tierra. Las transferencias de efectivo ayudan a las familias a acceder a suministros básicos para su supervivencia.
“Bolivia está sufriendo por estas inundaciones. Miles de niños, niñas y adolescentes están siendo afectados y expuestos a múltiples amenazas, incluyendo brotes de enfermedades, acceso a agua potable, acceso a alimentos, interrupciones en la educación y violencia”, dijo Marianela Montes de Oca, directora de Save the Children Bolivia.
Una gran parte de la población de Bolivia sufre inseguridad alimentaria, principalmente la de las zonas rurales. La inseguridad alimentaria en el país seguirá empeorando a medida que los fenómenos meteorológicos extremos se vuelvan más severos y frecuentes, diezmando la agricultura y la cría de ganado que resultan vitales.