Argentina y el FMI anunciaron este miércoles pasado un acuerdo a nivel técnico, supeditado a la aprobación del directorio del organismo, para el desembolso de 4.700 millones de dólares al país sudamericano en el marco de su programa crediticio con la institución financiera.

Con este anuncio, el gobierno del ultraliberal Javier Milei, que asumió hace un mes en medio de una profunda crisis social, económica y financiera, vuelve a encaminar el programa por 44.000 millones de dólares que Buenos Aires mantiene con el FMI y que estaba en un impasse por incumplimientos de las metas durante el gobierno anterior del peronista Alberto Fernández.

El acuerdo crediticio data de 2018, durante la presidencia del derechista Mauricio Macri. Según el entendimiento anunciado este miércoles, las autoridades argentinas se plantean “lograr un superávit (fiscal) primario (antes del pago de intereses de la deuda, ndlr) del 2 % del PIB este año”, detalló el comunicado del FMI.

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El anuncio se produce en el marco de la séptima revisión del acuerdo crediticio de Argentina con el Fondo. En una conferencia de prensa en Buenos Aires, el ministro de Economía, Luis Caputo, aclaró que “este no es un acuerdo nuevo”.

En cambio “se ha reflotado el acuerdo anterior, que estaba caído por el incumplimiento de las metas” en 2023, indicó. “Reflotar el acuerdo requería un mayor compromiso para compensar la pérdida de credibilidad ocurrida en los últimos dos trimestres”, prosiguió Caputo.

Metas

El FMI indicó que el gobierno de Milei y sus técnicos coincidieron en que el país debe “restaurar su estabilidad macroeconómica y devolver el actual programa (crediticio) a su rumbo, ya que objetivos clave del programa fueron incumplidos por amplio margen” durante el gobierno de Fernández.

“La nueva administración está implementando un ambicioso plan de estabilización”, elogió la entidad con sede en Washington, que destaca los objetivos del nuevo gobierno en busca de “consolidación fiscal”, sus “acciones para reconstituir reservas” monetarias internacionales y para crear una “economía orientada al mercado”.

Las metas de política fiscal del gobierno incluyen, además del superávit de 2 %, la reducción de costos administrativos y de subsidios a la energía y del transporte, así como de las transferencias a las provincias y empresas estatales.

“El Fondo está muy cómodo con la forma en que están planteadas ambas políticas (monetaria y cambiaria)”, dijo Santiago Bausili, presidente del Banco Central, en la conferencia de prensa conjunta con Caputo. “Y estamos muy cómodos con la meta que salió en el comunicado”.

“La mayoría de las políticas anunciadas por el presidente estaban en línea con los objetivos de un acuerdo como este”, prosiguió. Argentina transita por una compleja situación económica, con escasez de divisas, un fuerte endeudamiento en un contexto de prácticamente nulo acceso a los mercados internacionales de crédito, y una inflación que supera el 160 % anual.

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Empeorará

El FMI elogió las medidas económicas de Milei, quien en su primer mes de mandato devaluó el tipo de cambio oficial más de 50 %, suspendió obras públicas, recortó los subsidios a la energía y el transporte, redujo el número de ministerios a la mitad y aprobó un megadecreto que reduce el papel del Estado en la vida de los argentinos.

El FMI advirtió, sin embargo, que las cosas empeorarán inicialmente, tal como ha señalado el propio gobierno. “Aunque el camino hacia la estabilidad será difícil, ya que las condiciones empeorarán antes de mejorar, las medidas iniciales lograron evitar una intensificación de la crisis”, afirmó el FMI.

Esta semana, el Congreso debate además la llamada “ley ómnibus”, un ambicioso y extenso proyecto que contempla reformas económicas con las cuales cuenta Caputo para cumplir las metas prometidas al FMI. Si la ley no es aprobada, “las medidas van a ser más duras”, advirtió el ministro.

Fuente: AFP.

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