Cuatro jóvenes aparecieron muertos dentro de un automóvil BMW, el lunes pasado, en el Balnenário Camboriú (Santa Catarina), y la policía tiene como principal sospecha que se intoxicaron por monóxido de carbono que se filtró desde el motor al vehículo. Los medios brasileños señalan que, dentro de las pericias policiales que se desarrollan, un mecánico podría tener las respuestas del caso.

Los investigadores habían identificado en informes preliminares que hubo una desconexión entre el motor y el sistema de escape de gases del automóvil, y se supo que las víctimas oriundas de Paracatu permanecieron más de tres horas en el coche cerrado, con el aire acondicionado puesto, cuando pudieron haber sido envenenados. La pericia debe indicar si el mecánico que personalizó el sistema de escape para aumentar el rugido del motor podría ser penalmente responsable.

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En declaraciones al portal G1, la Policía Civil de Santa Catarina dijo que el auto pertenece a la madre de una de las víctimas. Los investigadores, que ya han identificado el taller que realizó el servicio de personalización, señalaron que había una fuga cerca del tablero del auto, área donde no suele realizarse el cambio para aumentar el rugido del motor.

Según el abogado Maurício Januzzi, especialista en delitos de tránsito, cuando los accidentes son causados por una modificación no autorizada de las características del vehículo, la responsabilidad penal normalmente recae en el propietario del vehículo. Si el examen forense indica una relación entre el servicio y la causa de las muertes, el mecánico puede ser considerado responsable de esta tragedia.

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