Un perro encontró y rescató a una anciana atrapada en una casa que quedó destruida por el potente terremoto de magnitud 7,5 que sacudió el centro de Japón el día de Año Nuevo, informó el Ministerio de Defensa nipón este jueves. El animal, llamado Jennifer, es uno de los perros especialmente entrenados para encontrar a supervivientes en los sismos.
Los canes se han unido a los miles de soldados y bomberos que siguen buscando supervivientes del potente terremoto. Nuestras fuerzas “habían rescatado hasta ayer a 122 personas, entre ellas una anciana en una casa de la ciudad de Wajima, que fue encontrada y rescatada por un perro”, escribió el ministro de Defensa, Minoru Kihara, en la red social X.
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“Hoy, que es un día crucial, el número de efectivos aumentará hasta aproximadamente 4.600″, añadió. Al menos 84 personas murieron en el terremoto y en las réplicas que le siguieron y otras 79 están desaparecidas, según las autoridades locales. Las esperanzas de encontrar a más supervivientes se van desvaneciendo a medida que avanzan los días. El terremoto, que tuvo lugar el lunes, destruyó edificios y viviendas, provocó importantes deslizamientos de tierra y olas de tsunami de más de un metro de altura.
Junto a una unidad de rescate en Wajima, Yasuhiro Morita explicó que su perro Elza estaba entrenado para ladrar cuando encontrara un cuerpo. “Pero hoy, sólo se acercó hacia los transeúntes, lo que significa que probablemente ya no hay ningún cadáver”, declaró a la AFP. “Aquí solía estar la casa de mi abuela, pero todo se quemó”, aseguró Shinichi Hirano, de 47 años. “Falleció hace tiempo, por lo que su casa llevaba mucho tiempo vacía, pero, aun así, la zona está llena de recuerdos para mí”, añadió.
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Fuente: AFP.
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Birmania: el balance del terremoto sube a 2.719 muertos
- Rangún, Birmania. AFP.
El balance del potente terremoto que azotó Birmania la semana pasada subió a 2.700 fallecidos, informó este martes el jefe de la junta militar de gobierno, que agregó que las autoridades contabilizaron 4.500 heridos. El general Min Aung Hlaing afirmó que hay 2.719 muertos y 441 personas están desaparecidas desde que el viernes un terremoto de magnitud 7,7 golpeara el país.
Una mujer de unos sesenta años fue rescatada el martes en Birmania después de estar atrapada durante 91 horas entre los escombros tras el terremoto del viernes, informaron los bomberos. La mujer “fue encontrada viva” el martes por la mañana en la capital, Naipyidó, “rescatada con éxito” y trasladada al hospital una hora después, indicó el servicio de bomberos en Facebook.
Birmania guardó este martes un minuto de silencio en recuerdo de las más de las víctimas del fuerte terremoto del viernes que incluso derribó edificios en Bangkok, a mil kilómetros de distancia. Cuatro días después del sismo de magnitud 7,7 y de poca profundidad, mucha gente en este país desgarrado por cuatro años de guerra civil vive a la intemperie porque sus casas están destruidas o porque tienen miedo de posibles réplicas.
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A instancias de la junta militar, las sirenas para avisar del minuto de silencio sonaron exactamente a las 12:51 (6:21 GMT), la hora exacta a la que comenzó el terremoto. Su epicentro se situó en el centro del país, cerca de Mandalay, la segunda ciudad poblada con 1,7 millones de habitantes, que quedó muy destruida.
Enfrente del complejo de apartamentos Sky Villa, uno de los más dañados de la ciudad, los operarios de rescate pararon su trabajo y se colocaron en línea con las manos en la espalda. Junto a una tienda de campaña de los equipos de rescate, una bandera de Birmania ondeaba a media asta atada a una caña de bambú. Este homenaje forma parte de la semana de luto nacional declarada hasta el 6 de abril por los militares “por la pérdida de vidas y los daños”.
En el anterior balance de la junta el lunes, la cifra de muertos se elevaba a 2.056 personas, con más de 3.900 heridos y 270 desaparecidos. Se espera que el balance aumente significativamente cuando los equipos de rescate lleguen a pueblos y aldeas que quedaron incomunicadas por el terremoto. Sin embargo, una mujer fue rescatada milagrosamente este martes en la capital birmana, Naipyidó, tras permanecer 91 horas atrapada entre los escombros.
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La mujer, de unos sesenta años, “fue encontrada viva”, “rescatada con éxito” y trasladada al hospital una hora después, indicó el servicio de bomberos en Facebook. En la vecina Tailandia, al menos 20 personas murieron por la sacudida, que hizo colapsar un rascacielos de 30 plantas en construcción en Bangkok en el que se estima quedaron atrapados decenas de obreros.
El gobernador de la capital tailandesa, Chadchart Sittipunt, declaró ante la prensa el martes que las labores de búsqueda entraron en una “segunda fase” que implica “levantar todos los materiales pesados, como las columnas”. “Tenemos la esperanza de que haya supervivientes” y “seguiremos trabajando”, agregó.
Durmiendo al raso
En Mandalay, edificios de viviendas y templos quedaron reducidos a escombros. Por cuarta noche seguida, cientos de residentes durmieron al raso, en tiendas de campaña o simplemente cubiertos por mantas en medio de calles y carreteras. “No me siento seguro. Hay edificios de seis o siete plantas inclinados junto a mi casa y pueden colapsar en cualquier momento”, dijo a AFP Soe Tint, un relojero.
En una sala de exámenes, donde parte del edificio se derrumbó sobre cientos de monjes que realizaban una prueba, las bolsas repletas de libros de las víctimas seguían sobre una mesa en su exterior. Camiones de bomberos y maquinaria pesada estaban aparcados frente al pabellón, en el que trabajaba un equipo de rescate llegado de India.
El hedor es “muy intenso”, dijo un oficial indio. En varios lugares de la ciudad, el olor a putrefacción de cadáveres empieza a ser acusado. Un crematorio en las afueras de la ciudad ha recibido ya cientos de cuerpos y esperan muchos más a medida que los equipos de rescate los saquen de entre los escombros.
Asistencia internacional
Antes del sismo, Birmania llevaba cuatro años de guerra civil provocada por el golpe militar de 2021 contra el gobierno civil de la nobel de la paz Aung San Suu Kyi. La ONU calcula que al menos 3,5 de sus 50 millones de habitantes fueron desplazados por el conflicto, muchos de ellos en peligro de hambruna.
Aunque la junta asegura que intenta responder al desastre lo mejor posible, en los últimos días emergieron reportes de bombardeos de los militares contra grupos armados rivales. La enviada especial de la ONU para Birmania, Julie Bishop, pidió el lunes el cese de hostilidades a todas las partes para centrarse en proteger y suministrar ayuda a los civiles.
En un gesto muy inusual, el jefe de la junta, Min Aung Hlaing, lanzó pedido de ayuda internacional, rompiendo la costumbre de otros dirigentes militares birmanos de rechazar la asistencia exterior ante este tipo de desastres. Más de 1.000 socorristas de países como China, Rusia e India volaron al país y, según los medios estatales locales, casi 650 personas fueron sacadas con vida de entre los escombros.
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Birmania, un país poco preparado para un sismo
- Bangkok, Tailandia. AFP.
Birmania, un país devastado por cuatro años de guerra civil que dejaron por los suelos sus infraestructuras, su sistema de salud y su red eléctrica, estaba mal preparado para hacer frente a las consecuencias del violento sismo. El terremoto de magnitud 7,7 que golpeó el viernes el centro del país ha dejado por el momento más de 1.700 muertos y destruido miles de viviendas.
La junta birmana declaró el lunes una semana de luto nacional tras el terremoto del viernes pasado. El período de duelo se extenderá hasta el domingo, afirmó la junta militar en un comunicado, y anunció que las banderas birmanas ondearán a media asta. AFP analiza las dificultades que tiene que encarar Birmania, donde el golpe de Estado militar de 2021 debilitó la capacidad del país para actuar ante las catástrofes.
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Crisis humanitaria
Las agencias humanitarias advirtieron que Birmania no estaba preparada para un desastre de esta magnitud, con unos 3,5 millones de personas desplazadas debido al conflicto actual, iniciado en 2021. Apenas dos días después del sismo, la ONU declaró que la escasez de suministros médicos ponía en jaque la ayuda necesaria, mientras los rescatistas pedían recursos adicionales para rastrear los escombros en busca de supervivientes.
“Estimamos que 19,9 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, y esto fue justo antes de sismo”, dijo Marcoluigi Corsi, coordinador humanitario de la ONU. “La situación se agravará aún más”, advirtió.
Antes del temblor, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU señaló que más de 15 millones de habitantes de los 51 millones del país no podían satisfacer sus necesidades de alimentación diarias. El PMA indicó a mediados de marzo que suprimía su ayuda a más de un millón de personas debido a los recortes en la financiación internacional anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El mandatario republicano dijo el viernes que Estados Unidos iba finalmente a “ayudar” a Birmania. Otros países, como China, India, Corea del Sur, Tailandia, el Reino Unido, entre otros, también propusieron enviar ayuda. Pero las sanciones occidentales, que aíslan al país, dificultarán todavía más el envío de suministros médicos y equipos de rescate.
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Junta en dificultades
Birmania está controlada por un mosaico de fuerzas, compuesto por los militares de la junta, grupos étnicos armados y los partidarios de la democracia. La junta de Min Aung Hlaing controla principalmente el centro del país, donde se sitúa la ciudad de Mandalay, cerca del epicentro del sismo. Los militares han sufrido varios reveses en menos de un año tras perder la ciudad clave de Lashio, en el norte, y zonas enteras del estado de Rakáin, en el oeste. Las finanzas de la junta están prácticamente vacías, por la guerra y las sanciones occidentales.
Tras el golpe de Estado de 2021, muchos funcionarios, entre ellos personal médico, decidieron cambiar de bando y unirse a la resistencia al régimen de la junta. Esta pérdida de personal debilitó aún más una administración civil ya anticuada, lo que complicará la gestión y distribución de la ayuda.
En un gesto poco común que refleja la magnitud de la catástrofe, Min Aung Hlaing hizo el viernes un llamado a la ayuda exterior. Esto supone un importante cambio con respecto a los anteriores dirigentes militares, que rechazaron toda asistencia internacional.
Las Fuerzas de Defensa Popular (FDP), los rebeldes birmanos, decretaron un alto el fuego parcial de dos semanas a partir de domingo para facilitar las operaciones de rescate. La junta, confrontada a las FDP, también lucha contra grupos étnicos armados, muchos de los cuales estás activos desde hace décadas.
Infraestructuras precarias
Los militares en el poder bombardean hospitales en las zonas bajo control rebelde. El último ataque tuvo lugar el lunes, contra una clínica en la región occidental de Magway, en el que murieron 11 personas, entre ellas un médico y su mujer. La ONU reportó que los hospitales de Mandalay, Magway y la capital, Naipyidó, “luchan para hacer frente al flujo de heridos”.
El sismo del viernes empeoró todavía más las comunicaciones y la capacidad de distribuir la ayuda hasta lo más vulnerables. También hay temores de que las diferentes facciones rivalicen para recuperar la ayuda internacional.
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Con 1.700 fallecidos, en Birmania se diluye la esperanza de hallar sobrevivientes del sismo
- Mandalay, Birmania. AFP.
Las esperanzas de encontrar sobrevivientes entre los escombros se desvanecen este lunes tras el potente terremoto que mató a por lo menos 1.700 personas en Birmania y la vecina Tailandia. Los expertos temen que haya muchos más muertos en Birmania, a pesar de la movilización de la comunidad internacional para acudir en ayuda de este país diezmado por la guerra civil que carece de recursos para hacer frente a la magnitud de los daños.
En Mandalay, la segunda ciudad de Birmania, situada cerca del epicentro, algunos habitantes pasaron una tercera noche bajo a la intemperie. Muchos durmieron en medio de las carreteras, lo más lejos posible de los edificios. Los esfuerzos de rescate bajaron de intensidad en esa ciudad central de Birmania con más de 1,7 millones de habitantes, en medio de condiciones difíciles y con temperaturas cercanas a los 40 ºC.
El fuerte calor acelera la descomposición de cuerpos, lo cual podría complicar su identificación. La junta birmana declaró una semana de luto nacional y anunció que las banderas birmanas ondearán a media asta “en señal de compasión por la pérdida de vidas y los daños causados por el violentísimo terremoto”.
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Una escena de desesperación se vivió en un edificio de apartamentos colapsado la noche del domingo en Mandalay, cuando los rescatistas creyeron haber rescatado con vida a una mujer embarazada que pasó más de 55 horas entre los escombros. Le amputaron una pierna para liberarla, pero tras sacarla fue declarada muerta.
“Intentamos hacer todo lo posible para salvarla”, comentó un rescatista, añadiendo que había perdido demasiada sangre por la amputación. Los fieles musulmanes se congregaron el lunes cerca de una mezquita destruida en la ciudad para la primera oración del Aíd al-Fitr, la festividad que se celebra después del mes de ayuno musulmán del Ramadán.
Este lunes se esperan cientos de funerales de víctimas. El sismo inicial de magnitud 7,7 se registró la tarde del viernes cerca de Mandalay, seguido de una réplica, minutos después, de magnitud 6,7. Los temblores colapsaron edificios, derribaron puentes y bloquearon carreteras en el centro de Birmania.
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Pánico por réplicas
A lo largo del fin de semana se sintieron réplicas en Mandalay, donde los vecinos salían a las calles en pánico. La Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) lanzó este domingo un llamado de emergencia por más de 100 millones de dólares para ayudar a las víctimas. Según la IFRC, las necesidades crecen cada hora, al tiempo que el calor y la cercanía de la temporada de lluvias aumentan el riesgo de “crisis secundarias”.
El país del sudeste asiático de más de 50 millones de habitantes ya enfrentaba enormes desafíos desde antes del terremoto. Birmania se ha visto arrasada por cuatro años de guerra civil tras el golpe militar de 2021. Incluso después del sismo se han reportado combates esporádicos. Un grupo rebelde dijo el domingo a AFP que siete de sus combatientes murieron en un bombardeo poco antes de que se sintieran los temblores. La guerra civil provocó el desplazamiento de unas 3,5 millones de personas, muchas de las cuales están al borde de la hambruna.
Colapso en Bangkok
En la capital tailandesa, Bangkok, a unos 1.000 km de Mandalay, siguen las operaciones por hallar sobrevivientes en el lugar donde colapsó un edificio en construcción de 30 pisos por el terremoto del viernes. Al menos 18 personas murieron en la megalópolis tailandesa. Se registran además 33 heridos y 78 desaparecidos, según las autoridades de la ciudad.
La mayoría de los fallecidos en la torre colapsada eran trabajadores y gran parte de los desaparecidos habrían quedado atrapados bajo el cúmulo de escombros. Los rescatistas trabajaron contra reloj el fin de semana en busca de sobrevivientes, utilizando excavadoras mecánicas para remover los escombros mientras las familias esperaban noticias de sus seres queridos. Perros rastreadores y drones con imágenes térmicas buscaban señales de vida en el edificio colapsado, ubicado cerca del mercado Chatuchak, un sitio muy visitado por turistas.
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Sismo de magnitud 7 se registró frente a la costas de Tonga, en el Océano Pacífico
Sídney, Australia
Un sismo de magnitud 7 se registró frente a la costas de Tonga, en el Océano Pacífico, anunció el domingo el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), y las autoridades locales lanzaron una alerta de tsunami que finalmente fueron anuladas. El temblor se produjo 79 kilómetros al sureste de la localidad de Pangai a las 12H19 GMT.
El sistema de alerta de tsunamis de Estados Unidos declaró inicialmente que “es posible que se produzcan olas de tsunami peligrosas a causa de este terremoto en un radio de 300 kilómetros del epicentro a lo largo de las costas de Tonga”.
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Pero el sistema revisó posteriormente su advertencia y afirmó que “la amenaza de tsunami de este terremoto ya ha pasado”. Las autoridades de Tonga también emitieron alertas pidiendo a los habitantes evacuar a zonas elevadas y a los navegantes dirigirse a aguas profundas, pero luego también estas alertas fueron anuladas.
Los sismos son comunes en Tonga, un archipiélago donde viven unas 100.000 personas.
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Fuente: AFP