Rescatistas japoneses luchaban el miércoles por encontrar sobrevivientes en medio de la fuerte lluvia y el riesgo de deslizamientos, tras el potente terremoto que dejó al menos 62 muertos. El sismo de magnitud 7,5 del 1 de enero estremeció la prefectura de Ishikawa, en la isla principal de Honshu, provocó olas de tsunami, desató un incendio y destrozó carreteras.
La península de Noto fue la más golpeada, con varios edificios consumidos por el fuego y casas destruidas. El gobierno regional anunció el miércoles que 62 personas murieron en el sismo y 300 resultaron heridas, 20 de ellas de gravedad. Pero se teme que el saldo aumente, en momentos en que los trabajadores buscan entre los escombros en medio del mal tiempo y las réplicas del sismo. Más de 31.800 personas se encontraban en refugios.
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Contra el tiempo
El gobierno del primer ministro Fumio Kishida tenía previsto celebrar una reunión de emergencia la mañana del miércoles para discutir la respuesta a la tragedia. Kishida insistió la noche del miércoles que “es una carrera contra el tiempo” dada la cantidad de personas atrapadas en los edificios colapsados, según la red NHK.
La Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) emitió una alerta de fuertes lluvias para Noto, aumentando la urgencia de los operativos. “Estén atentos a deslizamientos hasta la noche del miércoles”, señaló la agencia. En la ciudad costera de Suzu, el alcalde Masuhiro Izumiya dijo que “casi no quedan casas en pie”.
“Cerca del 90 % de las casas (del pueblo) están completamente o casi completamente destruidas. La situación es realmente catastrófica”, declaró el alcalde, citado por la red TBS. Una mujer en un refugio de la localidad de Shika dijo a TV Asahi que no había podido dormir por las réplicas. “He estado con miedo porque no sabemos cuándo será el próximo sismo”, expresó.
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Casi 34.000 casas seguían sin electricidad en la prefectura de Ishikawa, según la empresa energética local, mientras varias ciudades están sin agua. Los trenes bala y las autopistas volvieron a abrir luego de que miles de personas quedaron varadas, algunas por hasta 24 horas. El sismo tuvo una magnitud de 7,5 según el Servicio Geológico de Estados Unidos, mientras que la JMA lo situó en 7,6.
La agencia japonesa precisó que más de 210 movimientos telúricos sacudieron la región hasta la noche del martes. El sismo generó advertencias de tsunami, y provocó olas de al menos 1,2 metros que azotaron la ciudad de Wajima, pero las alarmas fueron levantadas el martes. Japón vive cientos de temblores cada año, la mayoría de los cuales no causan daños.
El número de terremotos en la península de Noto ha crecido de manera sostenida desde 2018, según un informe gubernamental del año pasado. El país enfrentó en 2011 un masivo terremoto subacuático de magnitud 9,0 que provocó un tsunami que dejó 18.500 muertos o desaparecidos. También afectó la planta atómica de Fukushima, donde provocó uno de los peores desastres nucleares del mundo.
Fuente: AFP.