El ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, abogó el domingo por el regreso de los colonos judíos a la Franja de Gaza después de la guerra, argumentando que se debería “animar” a su población palestina a emigrar a otros países. “Para tener seguridad, necesitamos controlar el territorio y para controlar militarmente el territorio a largo plazo, necesitamos una presencia civil”, dijo Smotrich en una entrevista en la radio militar, en respuesta a una pregunta sobre la conveniencia de restablecer los asentamientos en la Franja de Gaza.

Israel evacuó en 2005 a su ejército y a unos 8.000 colonos de este territorio palestino ocupado desde 1967, como parte del plan de retirada unilateral del entonces Primer Ministro Ariel Sharon. Smotrich, líder del partido “Sionismo Religioso” (ultraderecha), que forma parte de la coalición gobernante, también consideró que Israel debería “animar” a los 2,4 millones de palestinos de Gaza a abandonar el territorio para irse a otros países.

“Si actuamos de manera estratégicamente correcta y fomentamos la emigración, si hay 100.000 o 200.000 árabes en Gaza y no 2 millones, todo el discurso tras el final de la guerra será completamente distinto”, dijo. “Ayudaremos a rehabilitar a estos refugiados en otros países de forma adecuada y humana, con la cooperación de la comunidad internacional y de los países árabes que nos rodean”, añadió.

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Hamás consideró que estas declaraciones del ministro israelí representan “una llamada a desplazar” de manera forzada “a dos millones de palestinos” fuera de Gaza. “Es un crimen de guerra que se suma a la agresión criminal en curso”, añadió la organización islamista, que gobierna en ese enclave palestino.

Durante una visita privada a París en marzo, Smotrich negó la existencia de un pueblo palestino. “No hay palestinos porque no hay pueblo palestino”, afirmó. Las operaciones militares israelíes en Gaza han cobrado 21.822 vidas, la mayoría de ellas mujeres, niños y adolescentes, desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, según las últimas cifras publicadas el domingo por el gobierno de Hamás.

Estas operaciones se lanzaron en represalia por un ataque de escala sin precedentes de comandos de Hamás, que causó la muerte de unas 1.140 personas en Israel, la mayoría civiles, según las últimas cifras oficiales israelíes.

Sin tregua en año nuevo

Israelíes y palestinos llegan a un fin de año sombrío este domingo, sin ver en el horizonte ninguna perspectiva para el fin de los combates que siguen causando estragos en la Franja de Gaza, sumida en una grave crisis humanitaria tras casi tres meses de guerra. En las últimas horas del año 2023, no cesan los bombardeos aéreos, el fuego de artillería y los combates en la Franja de Gaza para la profunda consternación de una población palestina “agotada”.

El Ministerio de Salud de Hamás reportó la muerte de al menos 48 palestinos en bombardeos nocturnos en Ciudad de Gaza. “Tras la explosión, llegamos al lugar y vimos mártires por todas partes (...), todavía hay niños desaparecidos”, dijo Mohamed Btihan, residente en Gaza.

En otro bombardeo israelí contra la Universidad de Al Aqsa en Gaza murieron al menos 20 personas, según el Ministerio de Salud de Hamás. El ejército israelí indicó por su parte que mató a más de una docena de combatientes enemigos en múltiples ofensivas terrestres, ataques aéreos y disparos de tanques, y añadió que había localizado túneles de Hamás y explosivos colocados en una escuela.

Esta guerra fue desatada por un ataque sin precedentes de Hamás en territorio israelí, que se cobró la vida de 1.140 personas, la mayoría civiles, de acuerdo con un recuento de la AFP, a partir de datos israelíes. Como respuesta, Israel juró “destruir” al movimiento islamista palestino que gobierna en Gaza, golpeando sin cesar ese territorio donde todavía están 129 de los 250 rehenes en poder de Hamás y de sus aliados desde el ataque del 7 de octubre.

Según Hamás, desde el inicio de la guerra, la cifra de muertos en la Franja de Gaza - en su mayoría mujeres y niños - llega a 21.822 personas, el saldo más elevado de todas las operaciones israelíes. La Oficina Central de Estadísticas Palestinas indicó en un comunicado que 2023 fue el año más mortífero para los palestinos desde la Nakba (“catástrofe”, en árabe), que hace referencia al éxodo de 760.000 personas durante la guerra de 1948 tras la creación del Estado de Israel.

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“Situación difícil”

A lo largo de las últimas semanas, el ejército israelí se ha desplegado en el norte de Gaza, luego sobre Jan Yunis y últimamente en los campos del centro de ese territorio, donde 1,9 millones de habitantes (85 % de la población) han tenido que huir de sus hogares por los combates. “Esperábamos que 2024 llegara bajo mejores augurios y que pudiéramos celebrar el Año Nuevo en nuestros hogares, en familia. Pero la situación es difícil”, comentó Mahmud Abu Shahma, de 33 años, desde un campo de refugiados en Rafah, en el extremo sur del enclave.

“¿Cómo puede ser que el mundo entero se dedique a hacer la fiesta y que a nosotros nos bombardeen y nos masacren?”, se preguntaba indignado un palestino en un campo de refugiados en Jabaliya, en declaraciones a la AFPTV. En medio de los desplazamientos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió contra la creciente amenaza de la propagación de enfermedades infecciosas y la ONU teme una hambruna. En Israel, las celebraciones de Año Nuevo serán probablemente más sobrias de lo habitual.

“Tráiganlos”

El ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, abogó este domingo por el regreso de los colonos judíos a Gaza y por “fomentar” la emigración de los gazatíes a otros países árabes. “Si actuamos de manera estratégicamente correcta y fomentamos la emigración, si hay 100.000 o 200.000 árabes en Gaza y no 2 millones, todo el discurso tras el final de la guerra será completamente distinto”, dijo el ministro del partido “Sionismo Religioso” (ultraderecha).

Hamás consideró que estas declaraciones representan “una llamada a desplazar” de manera forzada “a dos millones de palestinos” fuera de Gaza. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró este domingo que Israel seguirá con la guerra “cuya justicia y moralidad no tienen parangón”, después de que Sudáfrica acusara al país de “actos de genocidio” ante la Corte Internacional de Justicia.

Las negociaciones internacionales que realizaron Catar y Egipto lograron una tregua de una semana a finales de noviembre, lo que permitió la liberación de 100 rehenes y la entrada a Gaza de ayuda limitada. Hoy todavía siguen los esfuerzos para alcanzar una nueva pausa en los combates.

Una delegación de Hamás, grupo clasificado por la Unión Europea, Estados Unidos e Israel como terrorista, llegó el viernes a El Cairo para transmitir “la respuesta de las facciones palestinas” a un plan egipcio que prevé la liberación de rehenes y una pausa de los combates.

Varios frentes

La guerra en Gaza reavivó las tensiones en la frontera con Líbano, donde ocurren casi a diario - desde el 7 de octubre - intercambios de disparos entre el ejército de Israel y el Hezbolá libanés, grupo cercano a Irán y que apoya a Hamás. En el mar Rojo, el ejército estadounidense anunció el domingo que hundió tres barcos de los rebeldes hutíes de Yemen que habían atacado un portacontenedores.

Según el portavoz de los hutíes, ese bombardeo estadounidense provocó la muerte de diez milicianos de los rebeldes yemeníes. Desde que empezó el conflicto entre Israel y Hamás, los hutíes - aliados de Irán - han atacado barcos en el mar Rojo en varias ocasiones, afirmando hacerlo en apoyo a los palestinos en Gaza. El gigante danés del transporte marítimo Maersk anunció el domingo que suspende por 48 horas el tráfico de su flota por esta vía marítima estratégica.

Fuente: AFP.

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