La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) ha escogido el término ‘polarización’ como su palabra del año 2023, debido a su “gran presencia en medios de comunicación y a la evolución de significado que ha experimentado”.
El término ‘polarización’ se ha impuesto al resto de candidatas, varias de ellas relacionadas con la actualidad, tecnología, el medioambiente o las catástrofes naturales, ya que las otras finalistas eran ‘amnistía’, ‘ecosilencio’, ‘euríbor’, ‘FANI’, ‘fediverso’, ‘fentanilo’, ‘guerra’, ‘humanitario’, ‘macroincendio’, ‘seísmo’ y ‘ultrafalso’.
La entidad destaca que el uso de la palabra ‘polarización’ se ha extendido en los últimos años para aludir a situaciones en las que hay dos opiniones o actividades muy definidas y distanciadas (en referencia a los polos), en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación. Según el Diccionario de la Lengua Española, polarizar es, entre otras cosas, orientar en dos direcciones contrapuestas, y en el Diccionario esencial se ofrece el siguiente ejemplo: ‘La guerra polarizó la sociedad’.
Además de su interés lingüístico, el otro motivo para la elección de este término ha sido su elevada presencia en los medios de comunicación durante los últimos meses. Aplicada a la política y al ámbito ideológico, al mundo deportivo, al debate en las plataformas digitales y, en general, a cualquier escenario en el que sea habitual el desacuerdo, la palabra polarización se ha extendido a lo largo de 2023.
El término ‘polarización’ aparece recogida en el diccionario académico desde la edición de 1884 con la misma definición que tiene actualmente: ‘acción y efecto de polarizar o polarizarse’. No obstante, hace más de un siglo, polarización incluía la marca física, que indicaba que era un término restringido al lenguaje de esta ciencia, en relación con los polos.
Las anteriores ganadoras fueron ‘escrache’ (2013), ‘selfi’ (2014), ‘refugiado’ (2015), ‘populismo’ (2016), ‘aporofobia’ (2017), ‘microplástico’ (2018), ‘emojis’ (2019), ‘confinamiento’ (2020), ‘vacuna’ (2021) e ‘inteligencia artificial’ (2022).
La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) ha escogido dana como su palabra del año 2024. Este sustantivo, que se ha incorporado al Diccionario de la lengua española en su última actualización, que se hizo pública el martes 10 de diciembre, se ha impuesto a las otras once candidatas seleccionadas: alucinación, fango, gordofobia, inquiokupa, mena, micropiso, narcolancha, pellet, reduflación, turistificación y woke.
FundéuRAE ha informado de que la elección de esta voz responde a dos motivos principales. En primer lugar, a su “gran presencia” en los medios de comunicación, que se incrementó exponencialmente tras las graves inundaciones causadas por este fenómeno atmosférico en el este y en el sur de la península ibérica a finales de octubre, en las que fallecieron más de 200 personas y muchas otras resultaron afectadas por los múltiples destrozos ocasionados. En segundo lugar, “a su interés lingüístico y las dudas que aún genera su escritura en los hablantes”.
Dana ya fue candidata a palabra del año de la FundéuRAE en 2019, pero no llegó a alzarse como ganadora entonces. La intensidad y la frecuencia con la que se repite este fenómeno meteorológico, la misma con la que se recoge en los medios de comunicación, ha vuelto a poner su nombre en las portadas. Lo ocurrido en España se suma a otras fuertes catástrofes climáticas que han tenido lugar este año, como las inundaciones en Perú, Europa central, Estados Unidos o Brasil.
El diccionario académico recoge esta voz como lexicalización del acrónimo DANA, que corresponde a la expresión depresión aislada en niveles altos, enteramente con minúsculas. Se incluye en esta obra, por tanto, como sustantivo común, escrito con minúsculas (la dana, una dana), como término propio de la meteorología y con el significado de ‘depresión en niveles altos de la atmósfera, que, aislada de la circulación general atmosférica, se mueve de forma independiente y puede producir grandes perturbaciones con precipitaciones muy intensas’.
La fundación ha matizado que, si se opta por su escritura como sigla, es decir, con mayúscula en todas las letras, el plural es las DANA, no las DANAs ni las DANAS. No resulta apropiada la grafía Dana, solo con mayúscula inicial, salvo que sea la primera palabra de un enunciado. Se trata de una voz que, según se puede observar en los corpus académicos, se emplea principalmente en España. Desde el ámbito técnico en el que nació este vocablo, dio el salto a los medios de comunicación y, finalmente, aterrizó en la lengua general y en el diccionario académico.
Esta es la duodécima ocasión en la que la FundéuRAE escoge su palabra del año. Las anteriores ganadoras fueron escrache (2013), selfi (2014), refugiado (2015), populismo (2016), aporofobia (2017), microplástico (2018), los emojis (2019), confinamiento (2020), vacuna (2021), inteligencia artificial (2022) y polarización (2023).
Espóiler y rapear entran en el diccionario de la RAE
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Barista, dana, espóiler y rapear son algunas de las palabras que ingresaron al diccionario de la Real Academia Española (RAE), según anunció la institución. Esta actualización de la herramienta consultada por millones de hispanohablantes incluye 4.074 novedades, entre palabras nuevas y actualizaciones de acepciones, señaló la RAE en un comunicado.
Una de las palabras que ingresó en esta ocasión fue dana, que designa a la depresión aislada en niveles altos, un fenómeno que deja torrenciales inundaciones como las que a finales de octubre provocaron 230 muertos en España, casi todos ellos en la región de Valencia.
La RAE añade palabras provenientes del mundo del cine y la televisión, como espóiler y temporada, en su acepción de conjunto de episodios de una serie, y del deporte, como bicicross, fitness y capoeira. También agrega bastantes palabras provenientes de la gastronomía, como barista, frapé, umami y wasabi, y de la música, como blusero, rapear y funk.
Como las actualizaciones se trabajan con las academias de la lengua latinoamericanas, se incluyen palabras comunes en esos países, como azotehuela, patio interior de una vivienda en México; posnet, como se conoce en varios países al aparato que permite pagos con tarjeta; y parrillar, como en Chile se le dice a asar algún alimento en una parrilla. Otros términos que se añaden son teletrabajar, macroencuesta, humanizador y chorreo, como se llama coloquialmente en España a una reprimenda.
Diccionario elige “Brat” como palabra del año 2024
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“Brat”, un término redefinido por la cantante Charli XCX en referencia a una niña malcriada y adoptado por los seguidores de la candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, fue elegido el viernes pasado palabra del año por el diccionario británico Collins. “Brat” es el nombre del exitoso sexto álbum de la cantante británica y el término expresa “actitud segura, independiente y hedonista”, explicó el diccionario de la lengua inglesa.
“Inspirada en el álbum de Charli XCX, ‘Brat’ se ha convertido en una de las palabras más comentadas de 2024″, afirmó el diccionario británico. “Más que un álbum de gran éxito, ‘Brat’ es un fenómeno cultural que ha sonado en todo el mundo, y ‘Brat Summer’ se estableció como una estética y una forma de vida”, añadió.
El término, que hasta hace poco era peyorativo, se ha convertido en un símbolo de la autoaceptación de uno mismo con sus imperfecciones, en contraposición a la tendencia de la chica modelo. La estrella británica del pop, de 32 años, cuyo nombre real es Charlotte Emma Aitchison, describió a la típica niña “Brat” como “un poco desordenada y a la que le gusta la fiesta, que hace tonterías a veces y se divierte con ellas, pero que también es muy honesta”.
En julio, la cantante tuiteó que “Kamala is brat”, en referencia a la actual vicepresidenta de Estados Unidos, lo que llevó a la candidata a la Casa Blanca a usar su canción “365″ en uno de sus videos de TikTok. El álbum de Charli XCX alcanzó el número uno en Reino Unido y el puesto tres en Estados Unidos.
Aunque no dejaron monumentos ni construyeron grandes ciudades como otros pueblos precolombinos, los guaraníes han dejado una rica tradición oral que no le va a la zaga a las grandes creaciones universales, además de legarnos valiosos conocimientos en materia de zoología y botánica.
Para la cultura guaraní, la palabra (el lenguaje humano) lo es todo. Por ello, los estudiosos definen a los guaraníes como la “civilización de la palabra”. Muy especialmente para los mbyá, la palabra no se diferencia del alma humana, sino que juntas forman una misma esencia (palabra-alma), que es la que se encarna cuando un ser humano nace. Por eso, la idea de resucitar, en mbya, se dice “eepy”, que literalmente significa “rescatar el decir”, esto es, la vida vuelve si vuelve la palabra.
Los extraordinarios conocimientos de los que disponemos sobre la profundidad filosófica y belleza lírica de esta lengua se los debemos al antropólogo León Cadogan, autor de la compilación “Ayvu rapyta. Textos míticos de los mbyá-guaraní del Guairá”, una obra sin la cual, al decir del estudioso jesuita Bartomeu Melià, “el espíritu humano habría sido más pobre”.
Esta cultura guaraní, sabia, espiritual, profunda, que valora y respeta la naturaleza, con la que vive y convive en plena armonía, es la que ha sido vehiculizada desde hace miles de años a través de la rica, armoniosa, profunda y sabia lengua guaraní que nuestros ancestros nos han heredado a través de la transmisión de generación en generación.
Por todo esto, y por varias otras razones más que trataré de resumir en las siguientes líneas, el idioma guaraní debe ser siempre un motivo de orgullo para todos los paraguayos.
LA CONQUISTA
Tras la llegada de los conquistadores españoles en tierras americanas, hace más de 500 años, la provincia del Paraguay fue el único caso donde “la lengua de los vencidos se convirtió en la lengua de los vencedores”, como graficara alguna vez la situación el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Es decir, para la evangelización y gobierno de la población nativa –y mestiza posteriormente–, los españoles tuvieron que aprender el guaraní. Esto debido a la resistencia de los nativos a aprender el español, pues para los guaraníes perder la lengua hubiera implicado perder el alma misma.
El rol protagónico de las mujeres indígenas en el proceso de crianza de los hijos que tuvieron con los españoles jugó un papel fundamental para la conservación del guaraní en esos primeros años de mestizaje durante la Colonia. Fue tal la vitalidad del guaraní en aquellos tiempos que se convirtió en la lengua de uso normal en los ámbitos formales e informales, tanto en la oralidad como en la escritura.
Tras la Independencia –por motivos de los que no nos ocuparemos en este artículo–, el guaraní pierde el carácter de lengua escrita oficial y posteriormente incluso sufrió campañas de discriminación e incluso proscripción.
UN LEGADO QUE PERDURA
Sin embargo, estos hechos –aunque dejaron secuelas que siguen perdurando hasta hoy– nunca lograron su objetivo, que era eliminar para siempre el idioma.
Fueron cuantiosos los defensores y promotores de la lengua, que cultivaron su uso y difusión en distintos ámbitos. El guaraní unió a nuestro pueblo en situaciones extremas, tales como las dos guerras internacionales que enfrentó el Paraguay (la guerra contra la Triple Alianza y la guerra del Chaco) constituyéndose incluso en una herramienta estratégica para cifrar las comunicaciones secretas.
En Paraguay el guaraní nunca dejó de ser la lengua popular, la lengua de las conversaciones corrientes, afectivas, aquellas que nos unen con nuestra gente. Es el idioma que nos conecta con nuestra forma de ser, con nuestras costumbres y tradiciones, con nuestra historia.
El guaraní nos hace únicos a los paraguayos, nos acerca, nos cohesiona, nos identifica y nos diferencia del resto del mundo. Muchos compatriotas incluso aprendieron a hablar la lengua estando fuera del país, porque entendieron que el elemento más importante que nos conecta con nuestras raíces, sin importar la distancia, es el guaraní.
De hecho, esta lengua es admirada y estudiada por miles de personas en el mundo entero. El extranjero se queda maravillado cuando escucha a alguien hablar guaraní, porque es un idioma musical, expresivo, dulce y posee una entonación particular que gusta al oído.
En este mundo globalizado en que nos toca vivir, no podemos soslayar la importancia de aprender otra u otras lenguas, ya sean nacionales o extranjeras, porque manejar un nuevo idioma, aparte de permitirnos conocer nuevas culturas, nos otorga múltiples oportunidades.
No obstante, si hay algo que no podemos permitir como sociedad es que esto se dé en detrimento de nuestra mayor herencia cultural, que es la lengua guaraní.