Las bolsas mundiales cerraron el viernes un 2023 muy lucrativo; un año en el que muchas plazas financieras batieron récords o registraron fuertes ganancias, sobre todo en los dos últimos meses. Wall Street bajó el viernes tras un decepcionante indicador de actividad industrial: el Dow Jones cedió un 0,05 %, el Nasdaq un -0,56 % y el S&P 500 un -0,28 %.
El jueves, el Dow Jones había marcado un nuevo récord de cierre, mientras que el S&P 500 se había acercado a su máximo de enero de 2022. En Europa, los índices bursátiles subieron ligeramente el viernes para seguir mejorando sus resultados anuales.
En el año, París ganó casi 16,52 %, Fráncfort 20,31 % y Milán 28,03 %. Los índices paneuropeos como Eurostoxx 50 (+19,19 %) y Euro Stoxx 600 (+12,74 %) registraron su tercer mejor comportamiento de los últimos diez años. En Londres, el FTSE 100 se quedó rezagado, y ganó sólo un 3,78 %.
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En Wall Street, el Dow Jones ganó casi 14 % en 2023. El S&P 500 acumuló una subida de 24 % y el Nasdaq más de 43 %. En Asia, el índice Nikkei de la bolsa de Tokio tuvo un viernes opaco (-0,22 %), pero subió 28,2 % en 2023; su mejor rendimiento anual en diez años. En Hong Kong, el índice Hang Seng acumuló un cuarto año de descensos (-13,82 %), ya que los inversores siguieron evitando a China.
Impulsadas a principios de año por la posibilidad de que China reabriera sus fronteras tras la pandemia de covid-19, y luego por las nuevas perspectivas de la inteligencia artificial, las bolsas mundiales subieron hasta el final de la primavera boreal, a pesar del susto provocado por la quiebra de los bancos regionales estadounidenses en marzo.
El verano resultó más difícil con los bancos centrales subiendo las tasas de interés para frenar la inflación. Sin embargo, los comentarios más optimistas de los banqueros centrales permitieron luego a los mercados proyectar recortes de las tasas directrices para los primeros meses de 2024, con la consiguiente expectativa del alza de las acciones y caída del costo del crédito.
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Las tecnológicas brillaron
En Estados Unidos, el Nasdaq, gracias a megacapitalizaciones de tecnológicas como Microsoft, Apple y Nvidia- se disparó más de 43 %. Las ganancias anuales fueron especialmente impresionantes para Nvidia (+234 %), Meta (empresa matriz de Facebook, +192 %) y Tesla (+101 %).
La industria movió a Europa
En Europa la industria aportó los mejores resultados: en Londres, Rolls Royce, multiplicó su cotización por más de tres a lo largo del año. En Francia, Stellantis (+59,34 %) fue el valor más rentable mientras que en Alemania. Rheinmetall (+54,26 %) encabezó la lista de ganadores.
Mal año para el gas y el petróleo
El petróleo bajó ligeramente el viernes, y el gas natural europeo cerró 2023 con una fuerte caída. El barril de Brent del Mar del Norte y el de WTI en Estados Unidos, referencias mundiales del crudo, cerraron así el año con una caída de casi 10 %. El gas europeo perdió un 58 % de su valor y terminó la jornada con un descenso del 4,59 %, a 32,095 euros por megavatio-hora (MWh).
A lo largo del año, el índice dólar, que compara el billete verde con una cesta de divisas, perdió más de un 2 %. El bitcoin cedía 1,19 %, a 41.967 dólares. A lo largo del año, el precio de la criptodivisa insignia se multiplicó por 2,5. Pero en 2022, había caído casi dos tercios.
Fuente: AFP.
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En 30 años recibimos de las binacionales USD 12.823 millones (1994-2024), ¿somos un país eléctrico?
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email. pabloherken@yahoo.com
Si un país recibe un ingreso especial de 12.823 millones de dólares (fuente BCP) durante 30 años y 3 meses (1994-2024) de sus empresas hidroeléctricas binacionales (Itaipú con Brasil y Yacyretá con Argentina), el 87 % de la represa en sociedad con los brasileños, 11.105 millones de dólares y el 13 % con los vecinos del sur, 1.718 millones de dólares, se asume que hoy ese país tendría que ser un país avanzado en la generación, transmisión, distribución de energía eléctrica limpia y renovable, con hogares satisfechos por la calidad del servicio (y precio favorable para los usuarios, situación inferior a la de cliente), inversiones nacionales y locales alimentadas por una electricidad competitiva e, incluso, vendiendo la porción de la energía que nos corresponde a mercados del exterior, con toda la infraestructura necesaria para poder hacer todo lo anteriormente dicho.
¿Somos ese país electrizado, con mejor desarrollo? No. No lo somos. ¿Qué nos pasó? Hay varias fuentes de información para el cálculo del ingreso de dólares (divisas) de las binacionales. El del Banco Central del Paraguay (BCP) es una de ellas. Reitero: estamos hablando de un ingreso de dinero por 12.823 millones de dólares. A los efectos de hacer comparaciones y sacar una primera conclusión del país eléctrico que no somos, tomemos el período 2003-2023 y veremos que tuvimos un ingreso de 10.709 millones de dólares de las binacionales en dicho lapso: 9.104 millones de dólares vinieron de Itaipú y 1.605 millones de dólares correspondieron a Yacyretá.
En esos 21 años la recaudación de impuestos sumó 59.489 millones de dólares y los dólares de las binacionales, equivalentes al 18 %. Reemplazamos la mayor recaudación de impuestos que necesitábamos por el dinero de las binacionales. Y el mejor uso de las recaudaciones también. Encontramos en el dinero de las binacionales el parche salvador para todo tipo de gasto que los impuestos no alcanzaban a cubrir, y para financiar gastos diversos en una extraordinaria dispersión de recursos. Cuando más se quiere abarcar, incluso con buena motivación, la torta se parte en tantos pedazos que a todos les toca un poquitito, pero a nadie le satisface. Al final da la impresión de que todos están cubiertos con el dinero de las binacionales, pero la realidad es la desnudez en las necesidades insatisfechas. En 1998 Taiwán nos dio un préstamo de 400 millones de dólares. El gobierno de Raúl Cubas Grau era fuertemente resistido por su alianza con el golpista Lino César Oviedo, y el préstamo no fue aprobado hasta después del heroico marzo paraguayo de 1999. El equipo técnico de Cubas Grau (con Gustavo Leite a la cabeza) hizo un excelente trabajo al priorizar el uso del dinero en solo tres objetivos bien concretos y determinados, y con la mejor fundamentación venía la repartición de la torta para su correspondiente distribución. Vino el gobierno de la unidad nacional, aprobaron el préstamo y lo cortaron en 400 pedazos (hacer empedrados en donde hubiera necesidad), porque “tenía que llegar a todos”. Y el dinero, más temprano que tarde, se esfumó.
¿Qué estamos haciendo con el dinero de las binacionales? Cualquiera con un dedo de razón dirá que la prioridad en el destino del dinero de las binacionales debió ser y es Ande. Hoy tendría que ser una empresa cotizando en la bolsa de valores de Nueva York. La mayor, la más poderosa, la más moderna, la más competitiva, toda una fuente directa e indirecta de cuánto se pueda hacer o se pudo hacer para habernos convertido en un país eléctrico. Pero seamos realistas, el dinero de las binacionales en Ande se hubiera encontrado con la oposición a toda Ande potencia, porque sí o sí se necesita de la inversión privada nacional y extranjera para transformarla en una potencia. Pero el país no lo permitió, con excepciones honrosas, “Ande no se toca, es de todos los paraguayos”. Y los gobiernos y los propios directivos y trabajadores de la Ande abrazaron esa causa nacionalista o se aprovecharon para, volviendo al principio, usar el dinero de las binacionales como plazca. En mi opinión, que Ande no sea lo que pudo y debió ser es tanto culpa de los gobiernos como de la propia gente de Ande. No fue prioridad, no se hizo prioritaria. ¿Y ahora? Espero estar equivocado, pero nada ha cambiado. Seguimos despedazando la torta. Es de todos los paraguayos, más caramelitos hoy y menos pan mañana.
Y ese viejo como inservible discurso de “el dinero de las binacionales debe ir al Presupuesto de Gasto de la Nación para su correcto uso y mejor control”. Es que así se ha hecho. En el período 2003-2023 un total de 9.155millones de dólares pasó por el presupuesto, no será todo (está el dinero directamente administrado por las binacionales, lados nuestros). Pero ¡9.155 millones de dólares! En la última memoria de la Itaipú Binacional encontrarán un cuadro con los pagos que nos hizo la entidad: 1) Al Gobierno paraguayo por royalties y compensación por cesión de energía: 11.873 millones de dólares (período 1985-2023); y 2) a Ande por utilidades de capital y resarcimientos: 1.112 millones de dólares. Total: 12.985 millones de dólares. Claro que aquí estamos hablando de un lapso de 39 años. Pregunto, esos 11.873 millones de dólares “al Gobierno paraguayo”, ¿no pasó por el parlamento en los presupuestos? Para mí la transparencia y el control son sumamente importantes en la administración de los recursos públicos. Pero empezando por priorizar recursos escasos y finitos para necesidades múltiples e infinitas. La experiencia aconseja a nivel de Gobierno partir la torta en no más de tres pedazos, jerarquizando aquello que te produce comida y no el que te da la lista de los “invitados” a comer (supuestamente).
Aunque pecando de triunfalismo en un Paraguay hostil y autodestructivo, el Gobierno logra un acuerdo satisfactorio con Brasil (Itaipú) por donde se lo mire, al subir el precio político de la energía (15,4 %) y no continuar bajando (ya se achicó 26 %, podía seguir otro -36 %), asegurando así ingresos para cada tres años (2024-2026) por USD 1.250 millones de dólares (adicional de USD 320 millones) y un marco aceptable para negociaciones futuras con un vecino clave. Parece poco, pero no lo es. El papel aguanta cualquier cosa, hasta negociadores de papel. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.
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La cadena de la carne y su peso en la economía social del país
- Por Ing. Agr. Diego Heisecke
- Presidente Consorcio de Ganaderos para Experimentación Agropecuaria
- Por Lic. Hugo Jiménez de Recalde
- Asesor Consorcio de Ganaderos para Experimentación Agropecuaria
Nos hemos acostumbrado a tener una perspectiva “vertical o rubrista” de la agroproducción e incluso las políticas públicas han sido diseñadas entorno a ese concepto. Así conocimos el “plan del trigo”, “plan algodonero”, “programa lácteo”, etc.
Sin embargo, de la finca a la mesa o del tambo al vaso, interactúan otros múltiples actores y en los tres niveles de la economía (primario - secundario - terciario), por lo cual, es necesaria la mirada HORIZONTAL bajo el concepto de CADENA PRODUCTIVA.
Datos del Banco Central del Paraguay (BCP) refieren una participación de la ganadería en el producto interno bruto (PIB) del Paraguay, entorno a un 2,2 %. Sin embargo, la cadena de la carne no está representada por este número, ya que deja de lado sectores que también participan en la cadena de la carne bovina, como por ejemplo es el sector transporte del ganado, que realiza anualmente más de 75 mil viajes de las unidades de producción a las industrias frigoríficas.
En consecuencia, la cadena ganadera participa en la generación de valor a través de los distintos sectores, incluso antes de la producción ganadera, para la provisión de insumos productivos, los servicios logísticos que ya mencionamos, el sector financiero, el comercio exterior (fletes carreteros, aéreos, fluviales, etc.) y el interior, que implica movimiento en carnicerías, supermercados, etc. En todas estas operaciones se pagan impuestos, tasas, aranceles y gravámenes aduaneros, conforme apreciamos en la gráfica.
Los medios se hacen eco permanentemente de los avances y progresos en el posicionamiento de la carne paraguaya en los mercados de consumo global y la valoración positiva del producto pero, sin embargo, desde la tranquera para adentro, es decir, la finca o unidad productiva, desde hace un poco más de una década no pasa bien, debido a la caída en los precios recibidos por la ventas de animales a los frigoríficos.
AHORA BIEN, ¿QUIÉN O QUIÉNES SOPORTAN EL MAYOR PESO EN CUANTO A INVERSIONES NETAS Y GENERACIÓN DE EMPLEOS DENTRO DE ESTA CADENA?
La gráfica expuesta a continuación habla por sí sola.
Sin embargo, en términos comparativos entre los años 2011 y 2024, mientras el valor FOB de exportación de carne subió 21 %, el precio pagado al productor bajó 17 %.
Si estas condiciones persisten, uno pudiera concluir que la actividad productiva bovina presenta flujos financieros negativos, lo cual obliga al productor a una mayor faena para equiparar ingresos vs. gastos, ocasionando una disminución del hato ganadero y configurando así una actividad financieramente riesgosa.
La ganadería ha sido reconocida históricamente como una actividad vinculada al ámbito rural y la vida misma del pequeño productor, que ve en sus animales un escape financiero ante adversidades familiares de salud, malas cosechas, climas adversos, etc, por cuanto la venta de una o más cabezas puede significar un desahogo momentáneo. Las consecuencias en la persistencia de estas condiciones desfavorables de precios será más impactante en este segmento que en los medianos y grandes productores, por cuanto estos podrían migrar a otras actividades como la agricultura, la reforestación, etc.
Este es un país eminentemente AGROPECUARIO, donde los ingresos de divisas provienen en sus ¾ partes del campo, conforme apreciamos en la imagen siguiente.
Por todo esto, ha llegado la hora de construir consensos amplios entre todos los actores de la cadena, entendiendo que si al eslabón más INFLUYENTE en el antes y el después de la producción le va mal, eso se transmitirá a lo largo de la cadena.
Hoy, el sector productivo pecuario bovino está en un escenario de pérdida real en términos económicos, con una deuda bancaria significativa, con acceso restringido a los mejores mercados y el alto y decisorio peso del eslabón industrial que no solamente define los precios, sino además condiciona los niveles de faena, llegando incluso a reducir esta actividad a menos de la mitad de las capacidades instaladas.
El acceso a la información segura, oportuna y confiable para transparentar los procesos a lo largo de la cadena, desde la producción.
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Argentina alcanzó en abril su cuarto mes de desaceleración
La inflación en Argentina registró en abril el cuarto mes consecutivo de desaceleración al situarse en 8,8 % mensual, primera tasa de un dígito en un semestre, una cifra celebrada como “una goleada” por el presidente ultraliberal Javier Milei aunque economistas alertan que responde a la caída del consumo.
La variación del índice de precios al consumidor (IPC) acumuló un alza de 65 % en lo que va del año, tras la erupción inflacionaria de 25,5 % de diciembre, y se colocó en un 289,4 % interanual, informó el martes el instituto de estadísticas Indec. El aumento fue impulsado sobre todo por el sector de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6 %), debido a la quita de subsidios y los aumentos de las tarifas.
Las divisiones que registraron las menores crecidas fueron alimentos y bebidas (6 %), bienes y servicios (5,7 %) y bebidas alcohólicas y tabaco (5,5 %), en momentos en que muchos negocios incrementaron las ofertas de sus productos para estimular el alicaído consumo. “A la inflación la estamos goleando”, festejó Milei este martes, poco antes de que se diera a conocer el primer registro de un dígito mensual desde octubre del año pasado, cuando la inflación se situó en 8,3 %.
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Milei impulsa una ambiciosa desregulación de la economía y un draconiano ajuste fiscal con el fin de alcanzar el “déficit cero” para fin de año. El Fondo Monetario Internacional lo ha felicitado por cumplir sobradamente sus metas y anunció el lunes un acuerdo que allana el desembolso de casi 800 millones de dólares.
El organismo multilateral destacó el “primer superávit fiscal trimestral en 16 años, la rápida caída de la inflación, el cambio de tendencia de las reservas internacionales y una fuerte reducción del riesgo soberano”. Sin embargo, expertos alertan que el superávit se logró con recortes de gastos que no son sostenibles en el tiempo: miles de despidos, paralización de obras públicas y deterioro de salarios y jubilaciones en un país con la mitad de sus 47 millones de habitantes en la pobreza.
Retroceso del consumo
“El superávit fiscal se logró por recortes en los gastos, no por mayores ingresos fiscales. La inflación baja por una caída en la demanda, no por una mayor oferta”, señaló el economista independiente Salvador Di Stefano. Las marchas y manifestaciones son diarias por parte de sindicatos, universitarios, empresarios de pequeñas y medianas empresas, jubilados, pacientes que dejan de recibir sus medicamentos oncológicos del Estado y otros sectores afectados por las políticas de ajuste y desregulacización económica.
“Algunos de los precios bajaron un poco, pero porque no hay consumo, la gente no compra. Creo que estamos peor que lo que estábamos antes”, dijo a la AFP Liliana Segovia, una trabajadora de seguridad privada de 44 años. En este sentido, la consultora Focus Market estimó en un informe divulgado el lunes que el consumo retrocedió en abril 20,4 % en comparación interanual, y 17,1 % respecto a marzo.
“Abril ha sido un mes complejo para el bolsillo de los argentinos. La suba de tarifas de servicios públicos, a pesar de la desaceleración del alza del precio de los bienes, deja poco excedente para mantener el gasto a valores constantes”, dijo su director, Damián Di Pace.
Si bien la inflación interanual alcanza el 290 %, categorías específicas que no responden a alimentos o prendas de vestir registraron aumentos mucho mayores: vivienda, agua, electricidad y gas 311,6 %; salud 341 % y transporte 325 %, por ejemplo.
“Evidentemente vamos a próximos meses donde la corrección de los precios relativos de la economía, como tarifas de servicios públicos y privados, comienza a erosionar la capacidad de gasto de muchos hogares argentinos”, explicó Di Pace. Por otro lado, la contracción industrial (21 % interanual en marzo) es la mayor desde abril de 2020, cuando la actividad estaba semiparalizada por la pandemia de covid-19.
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Chile mejora
El Gobierno de Chile ha revisado dos décimas al alza su previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Chile en el año 2024, llevando la tasa del 2,5 % que estimaba inicialmente al 2,7 %. Así lo ha confirmado este martes el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien ha asegurado que esta mejora se ha dado con arreglo a los datos del primer trimestre del año, que han sido “bastante positivos” y al impacto del precio del cobre.
De cara a 2025, el ministerio espera que el PIB crezca un 2,5 %, la misma cifra de lo que pronosticaba con anterioridad. La reducción ha sido de dos décimas para los años 2026 y 2027, hasta el 2,2 % y 2,1 %, respectivamente. El Ejecutivo también ha revisado al alza su pronóstico de inflación para este año. Así, el índice de precios cerraría el año en el 3,8 % interanual, lo que suponen siete décimas más de las proyectadas en su anterior informe.
La estimación en cuanto al PIB del Gobierno se sitúa así muy por encima de la de organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que sitúa la expansión de la economía chilena en el 2,3 % para este año. Desde su informe anterior, la Cepal realizó una revisión al alza de cuatro décimas. Asimismo, la cifra se situaría en la franja alta de la estimación del Banco Central de Chile, que pronostica un crecimiento económico de entre el 2 % y el 3 % al cierre de este año.
Disminuye inflación en EE. UU.
La inflación disminuyó ligeramente en Estados Unidos en abril, según datos del gobierno publicados el miércoles, marcando su primera desaceleración anual desde enero. El índice anual de precios al consumidor (IPC) llegó al 3,4 % en abril, 0,1 puntos porcentuales menos que en marzo, informó el Departamento de Trabajo en un comunicado. Esta cifra coincide con la media de las previsiones de los economistas encuestados por Dow Jones Newswires y The Wall Street Journal.
Fuente: AFP/Europa Press.
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FMI allana desembolso de USD 800 millones a Argentina
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que su personal técnico llegó a un acuerdo con Argentina sobre la octava revisión del paquete de ayuda que allana el desembolso de casi 800 millones de dólares, días después de la segunda huelga general en el país. En 2022 el Fondo Monetario Internacional y el gobierno argentino acordaron un programa crediticio en virtud del cual el país sudamericano recibe 44.000 millones de dólares a 30 meses a cambio de que aumente sus reservas internacionales y reduzca el déficit fiscal, de 3 % del Producto Interno Bruto en 2021 a 2,5 % en 2022, 1,9 % en 2023 y 0,9 % en 2024.
El FMI está satisfecho con el plan del presidente ultraliberal Javier Milei porque “ha permitido avanzar más rápido de lo previsto en el restablecimiento de la estabilidad macroeconómica y reencauzar firmemente el programa”, afirma en un comunicado emitido el lunes pasado.
Destaca sobre todo “el primer superávit fiscal trimestral en 16 años, la rápida caída de la inflación, el cambio de tendencia de las reservas internacionales y una fuerte reducción del riesgo soberano”. Un superávit logrado con miles de despidos y el deterioro de salarios y jubilaciones en un país que atraviesa una fuerte recesión económica, con una inflación que roza el 290 % interanual.
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La organización internacional considera que las autoridades argentinas “han realizado esfuerzos significativos para ampliar la asistencia social a madres y niños vulnerables, así como proteger el poder adquisitivo de las pensiones”. En la calle las protestas se suceden desde que Milei asumió el cargo en diciembre pasado con un plan “motosierra” para recortar el gasto.
El Fondo afirma que se llegó a “un entendimiento sobre las políticas para seguir afianzando el proceso de desinflación, reconstituir las reservas internacionales, apoyar la recuperación y mantener el programa firmemente encauzado”.
El acuerdo queda sujeto a la aprobación del directorio, que se reunirá en las próximas semanas. No precisa la cantidad del desembolso, pero un portavoz del FMI confirmó a la AFP que corresponde a la prevista en el programa, es decir casi 800 millones de dólares.
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“Mejores de lo esperado”
Los resultados son “mejores de lo esperado”, pero “es necesario que continúen realizándose esfuerzos para mejorar la calidad y la equidad de la consolidación fiscal, afinar los marcos de política monetaria y cambiaria, así como atender los cuellos de botella para el crecimiento”, estima la organización financiera.
Los expertos del Fondo y el equipo del ministro de Economía argentino Luis Caputo acordaron metas para avanzar en las reformas. Se mantiene el objetivo de alcanzar el equilibrio sin financiación neta del banco central, reducir los subsidios y reforzar el control del gasto.
Se estima que las reformas actuales “cuidadosamente secuenciadas servirán para apuntalar la recuperación económica” y solventar los obstáculos a la productividad, la inversión privada y el empleo formal. Asegura además que la política monetaria “evolucionará” para bajar la inflación y la cambiaria “se hará más flexible”.
Milei quiere levantar en cuanto pueda el llamado cepo cambiario, es decir un control de cambios vigente desde 2019, que limita el acceso a dólares en un país con inflación históricamente alta en el que la divisa estadounidense oficia de valor refugio para los ahorros. Pero para eso calcula que necesita unos 15.000 millones de dólares (aparte de los acordados en el programa crediticio). El Fondo no menciona que vaya a prestarle más dinero.
Fuente: AFP.