El presidente argentino, Alberto Fernández, y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, enemistados durante gran parte de los cuatro años del gobierno que entregarán el domingo al ultraliberal Javier Milei, se despidieron de sus colaboradores con actos y mensajes por separado.
“Dejo un país en funcionamiento”, dijo Fernández el miércoles, al hablar en un brindis con empleados en su último día de agenda oficial en la residencia oficial Casa Rosada, antes de viajar a la cumbre del Mercosur en Brasil.
“Me voy con la tranquilidad de haber puesto todo lo que tenía que poner para ayudar en este tiempo”, añadió el presidente, ungido en 2019 por Kirchner para encabezar la fórmula de centro-izquierda que compartieron y que se impuso ese año en primera vuelta con 48,2 % de los votos.
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Sin embargo, expresó su “enorme pesar por no haber podido resolver el problema de la pobreza”, que afecta a más de 40 % de los argentinos según estadísticas oficiales. En recientes entrevistas, después de la elección de Milei, Fernández ventiló en público sus antiguas desavenencias con Kirchner.
“Tiene un modo de hacer política que a mí no me gusta, que tiene que ver con esa forma personalista de hacer política. Pero yo la respeto”, había dicho. Kirchner, antes presidenta entre 2007 y 2015, se despidió a su vez el martes de los trabajadores del Senado, que encabeza como vicepresidenta, y dio a entender que seguirá actuando en política, pero sin mencionar a Fernández.
“No me voy a ningún lado. Ya saben dónde encontrarme”, dijo Kirchner, que hace más de dos años expresa públicamente sus críticas contra Fernández.
“Voy a estar acá cerquita -dijo Kirchner-, a dos cuadras en el (Instituto) Patria”, un centro de investigación de la facción “kirchnerista” que responde a la vicepresidenta.
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Luego, en su cuenta de la red TikTok, mostró como dejaba colgado en su despacho una fotografía junto a Diego Maradona. “Qué jóvenes que éramos. Pobre Diego. Eterno”, dijo.
El despacho en el Senado será ocupado desde el 10 de diciembre por otra mujer a cargo de la vicepresidencia argentina, la ultraderechista Victoria Villarruel.
Kirchner, de 70 años, fue condenada en diciembre de 2022 a seis años de cárcel por corrupción, una pena que apeló.
Sobre el final de la campaña electoral, cuando el ministro de Economía, Sergio Massa, enfrentó a Milei como candidato oficialista, tanto Fernández como Kirchner se mantuvieron al margen, en momentos en que el gobierno enfrentaba un nivel de insatisfacción de más de 80 %, según sondeos.
Fuente: AFP.