Un primer convoy de ayuda humanitaria entró este sábado en la Franja de Gaza, donde cientos de miles de personas la necesitan desesperadamente, antes de que la ONU pidiera un “alto el fuego humanitario” del conflicto desatado hace dos semanas por el sangriento ataque del movimiento palestino Hamás contra Israel.
Corresponsales de AFP constataron que los primeros 20 camiones cruzaron por el puesto de Rafah, en la frontera entre Egipto, y entraron a la Franja de Gaza, un enclave palestino que está bajo asedio desde que Israel declaró la guerra al grupo islamista Hamás, que gobierna en este territorio.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reclamó un “alto el fuego humanitario” para “poner fin a la pesadilla” durante una “Cumbre por la paz” en El Cairo, a la que acudieron dirigentes y ministros de Relaciones Exteriores de países árabes y países occidentales, y de la Unión Europea, en contraste con el envío de Estados Unidos de un emisario de menor rango.
La ONU insistió en la necesidad de enviar combustible a Gaza, un bien vital para el funcionamiento de hospitales en este territorio donde viven 2,4 millones de habitantes que también carecen de agua y electricidad. La puerta del paso de Rafah se cerró después del paso de los camiones, contaron testigos a AFP.
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Hamás lanzó desde la Franja de Gaza una sangrienta ofensiva en territorio israelí el 7 de octubre en la que murieron más de 1.400 personas, la mayoría civiles que fueron baleados, quemados vivos o mutilados, según las autoridades de Israel.
Los bombardeos de represalia lanzados por Israel contra este enclave palestino han provocado la muerte de al menos 4.385 personas, en su mayoría civiles, según un nuevo balance del Ministerio de Salud de Hamás, que controla este territorio desde 2007.
Israel afirma que abatió a 1.500 combatientes del grupo islamista en la contraofensiva para recuperar el control de las zonas que penetraron los milicianos de Hamás en el sur del país.
Al menos 17 empleados de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) están entre los fallecidos en Gaza, lamentó este sábado su jefe, Philippe Lazzarini.
“No nos iremos”
Con el inicio de la tercera semana de conflicto, los responsables humanitarios se hicieron eco del llamamiento de Guterres para incrementar el suministro de ayuda.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró este sábado “un primer paso” dado “para aliviar el sufrimiento de personas inocentes” en Gaza.
Más de un centenar camiones con ayuda humanitaria llevan días esperando del lado egipcio para poder entrar en la Franja de Gaza, y decenas de personas con pasaportes extranjeros esperan del lado palestino para cruzar a Egipto.
La ONU también reiteró su llamado a “la liberación inmediata e incondicional” de todas las personas secuestradas por Hamás, tras la primera liberación el viernes dos rehenes estadounidenses, una madre y su hija, gracias a la mediación de Catar.
El movimiento palestino mantiene cautivas a unas 200 personas.
Los esfuerzos diplomáticos por evitar una escalada regional también se intensifican. El rey de Jordania Abdalá II, el presidente de la Autoridad palestina Mahmud Abas, reunidos en la cumbre pidieron un “alto el fuego” entre Israel y Hamás y también una “solución” a los 75 años de conflicto israelo-palestino.
El viernes, decenas de miles de personas manifestaron en países árabes y musulmanes en apoyo a los palestinos.
“No nos iremos” de las tierras palestinas, declaró Abas, una posición apoyada por Egipto y Jordania, frente a la evacuación de los gazatíes hacia el sur de Gaza que pide Israel.
Al menos un millón de gazatíes han tenido que desplazarse dentro del enclave para huir de los bombardeos, según la ONU.
Una “Segunda Nakba”
Las tropas israelíes siguen concentradas en torno a Gaza en vistas a una ofensiva terrestre. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, fijó como objetivo de la guerra poner “fin” a las “responsabilidades” de Israel en Gaza.
Entre los posibles escenarios, Israel considera “entregar las llaves” de la Franja a un tercer país, como Egipto, indicó a AFP una fuente del Ministerio israelí de Relaciones Exteriores.
“Tengo miedo (...) de que esto provoque una segunda Nakba (catástrofe en árabe)”, dijo preocupado en Gaza Omar Ashur, un general retirado, refiriéndose a la expulsión de unos 760.000 palestinos tras la creación del Estado de Israel en 1948.
“Todo ha desaparecido (...) Pero no abandonaremos nuestra tierra”, aseguró Rami Abu Wazna entre los escombros de la localidad de Al Zahra, en la Franja de Gaza.
Estados Unidos desplegó dos portaaviones en el Mediterráneo oriental para disuadir posibles intervenciones de Irán o del grupo libanés Hezbolá, ambos aliados de Hamás.
En la madrugada del sábado, el ejército israelí anunció que atacó objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano, zona que se va vaciando de sus habitantes por los enfrentamientos.
La tensión también es alta en Cisjordania ocupada, donde otra persona murió en la noche en enfrentamientos con el ejército israelí cerca de Jericó. Al menos 84 palestinos fallecieron desde el inicio de esta guerra en Cisjordania, según el Ministerio palestino de Salud.
Instan a mantener abierto el cruce de Rafah
Estados Unidos celebró el sábado la llegada de camiones de ayuda humanitaria procedentes de Egipto a la Franja de Gaza, devastada por la guerra entre Israel y Hamás, e instó a todas las partes del conflicto a mantener abierto el paso fronterizo de Rafah.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó “a todas las partes a mantener abierto el paso fronterizo de Rafah para permitir la entrega continua de la ayuda que es imprescindible para el bienestar de la población de Gaza”, según un comunicado.
Periodistas de la AFP constataron el sábado que 20 camiones de la Media Luna Roja egipcia, encargada de entregar la ayuda de varias agencias de la ONU, pasaron por el paso fronterizo de Rafah, desde Egipto hacia Gaza.
“Hemos sido claros: Hamás no debe interferir con el suministro de esta asistencia que salva vidas”, dijo Blinken. “Los civiles palestinos no son responsables del horrendo terrorismo de Hamás y no se les debe hacer sufrir por sus actos depravados”.
La apertura de la ruta de suministro se produjo después de días de intensas negociaciones y de un acuerdo alcanzado por el presidente estadounidense Joe Biden con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi, durante la visita de Biden a Israel a principios de esta semana.
La del sábado fue la primera entrega de este tipo desde que estalló la guerra hace dos semanas entre Israel y Hamás, el movimiento militante islamista que gobierna el enclave palestino de 2,4 millones de habitantes.
El 7 de octubre, militantes de Hamás irrumpieron en Israel desde Gaza y mataron al menos a 1.400 personas, en su mayoría civiles que fueron asesinados a tiros, mutilados o quemados vivos el primer día de la incursión, según las autoridades israelíes.
Desde entonces, más de 4.100 palestinos, en su mayoría civiles, murieron en la Franja de Gaza en los incesantes bombardeos israelíes efectuados en represalia, según el Ministerio de Salud de este territorio dirigido por Hamás.
Fuente: AFP.