Los espectadores del partido Bélgica-Suecia abandonaron, entre aliviados e inquietos, el Estadio del Rey Balduino poco antes de la medianoche, después de haber estado más de dos horas y media confinados tras el atentado en la capital belga en el que murieron dos hinchas suecos.

“Estaba estresado, me preguntaba cómo íbamos a regresar (a casa) porque hemos venido en metro”, explicó a la AFP Manon Antoine, una joven de 21 años acompañada por su hermano. Los aficionados suecos fueron los últimos en abandonar el estadio, donde se dieron cita unas 35.000 personas para presenciar en directo este partido de clasificación para la Eurocopa-2024 de fútbol.

El presidente de la Federación Belga de Fútbol, Manu Leroy, explicó que la policía escoltó a los hinchas y jugadores suecos para llevarlos “directamente al aeropuerto y viajar” de vuelta a su país, ya que el autor del atentado, que dijo actuar inspirado en el Estado Islámico, logró huir y las fuerzas de seguridad lo buscaron durante toda la madrugada hasta que fue localizado en el municipio bruselense de Schaerbeek y murió por disparos de los agentes cuando iba a ser detenido.

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Según los investigadores, la nacionalidad sueca de las víctimas es un “motivo probable” que llevó al asaltante a cometer el atentado, según un video reivindicativo que publicó posteriormente en las redes sociales. La policía acordonó todo el perímetro del estadio, ubicado a unos cinco kilómetros del lugar del atentado, y se interrumpió la circulación de vehículos en esa zona.

“El lugar más ‘seguro’”

Los organizadores del encuentro se enteraron unos diez minutos antes del pitido inicial que “algo grave había pasado”, explicó Leroy a la televisión pública RTBF. “Se decidió en un primer momento que el partido empezara porque el recinto del estadio era el lugar más ‘seguro’ para los aficionados, sobre todo para los hinchas suecos”, explicó el dirigente.

El partido, no obstante, fue suspendido al descanso, con el marcador 1-1 por decisión de la propia UEFA, tras consultarlo con ambos equipos y con las autoridades belgas. “Estoy profundamente triste. Estábamos al 100 % e acuerdo con no jugar la segunda parte por la situación y por respeto a las víctimas y sus familias”, explicó el seleccionador nórdico Janne Andersson, citado por la agencia sueca TT.

Retenido en el interior del estadio por seguridad, el público combatió el frío y la preocupación entonando cánticos en honor a Suecia y gritando “¡Todos unidos!, ‘todos unidos!”. También aplaudieron y realizaron la ola para pasar el tiempo. Finalmente, poco antes de la medianoche local, los aficionados locales comenzaron a abandonar el estadio, tribuna por tribuna por decisión de las autoridades. “Todo el mundo ha mantenido la calma, los aficionados se han puesto a cantar, había buen ambiente pese a la inquietud”, explicó Karen, que acudió en familia al encuentro desde Limburgo (este).

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Sospechoso fue abatido

La policía de Bruselas interceptó y abatió este martes al sospechoso de matar a dos ciudadanos suecos el lunes en la capital belga, en un incidente que el primer ministro condenó como un acto de “locura terrorista”. Los agentes de policía abrieron fuego contra el sospechoso que resultó “neutralizado”, después de toda una noche de intensas búsquedas por toda la capital de Bélgica.

Poco más tarde, una fuente de la fiscalía confirmó a la AFP que el sospechoso resultó muerto a causa de los disparos de la policía. En un comunicado, la fiscalía belga informó que el sospechoso fue identificado en la mañana en un café, donde fue abordado por agentes, que efectuaron varios disparos, y el hombre resultó mortalmente herido.

Según esa misma fuente, servicios de socorro trataron de reanimar al hombre, pero fue declarado muerto. En una conferencia de prensa realizada el inicio de la mañana de este martes, el primer ministro belga, Alexander De Croo, dijo que el sospechoso era un tunecino que vivía en Bélgica en forma ilegal.

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Además, añadió De Croo, alguien que reivindicó responsabilidad por el ataque había divulgado en redes sociales un video asegurando que se inspiró en el grupo radical Estado Islámico (EI). “El ataque terrorista que ocurrió ayer [lunes] fue cometido con total cobardía. El atacante escogió como blancos a dos aficionados de fútbol suecos”, expresó De Croo.

En Estocolmo, el primer minsitro de Suecia, Ulf Kristerssson, advirtió que “nunca los intereses suecos han estado tan amenazados”. Con relación al ataque, Kristersson dijo que era “una tristeza inimagiable”. En Albania, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que “rodos los Estados europeos son vulnerables” al retorno del “terrorismo islamista”.

Estado de alerta

El gobierno belga activó el centro nacional de crisis y elevó la amenaza terrorista al nivel 4 (“muy grave”), el nivel máximo, en la región de Bruselas, y al nivel 3 (“grave”) en el resto del país. En la capital belga, las sedes del Consejo Europeo y de la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE) declararon situación de alerta y cerraron el acceso a visitantes.

En tanto, en Estrasburgo, Francia, la plenaria del Parlamento Europeo realizó un momento de silencio en homenaje a los dos ciudadanos suecos víctimas del ataque. El sospechoso, cuya identidad completa aún no ha sido divulgada, era un hombre de 45 años, ya conocido por la policía bruselense por participación de tráfico de personas y al menos un “atentado a la seguridad del Estado”.

Esta persona fue presentada apenas como Abdesalem L. El ministro de Justicia, Vincent Van Quickenborne, reveló que en 2016 “informaciones no confirmadas y transmitidas por un servicio de policía extranjero indicaban que tenía un perfil radicalizado”. “Aunque era conocido por nuestros servicios, no había ninguna información concreta de radicalización”, afirmó el ministro.

El tunecino había presentado una demanda formal de asilo en Bélgica en noviembre de 2019, que fue finalmente negado en octubre de 2020. Fue eliminado de los registros en febrero de 2021 y desde entonces no había podido ser localizado. El ataque ocurrió al fin de la jornada del lunes en Bruselas, poco antes de un partido de fútbol entre las selecciones de Bélgica y Suecia.

El fiscal general belga, Frédéric Van Leeuw, apuntó que el sospechoso siguió un taxi donde viajaban los aficionados suecos, antes de abrir fuego. De acuerdo con el primer ministro Kristersson, un tercer ciudadano sueco resultó herido en el ataque, además del conductor del taxi.

La noticia del ataque se conoció instantes después en el estadio Rey Balduino, de Bruselas, y los jugadores suecos se negaron a retornar al terreno de juego para el segundo tiempo, de forma que el partido fue suspendido. Suecia ha visto deteriorarse dramáticamente su relación con países musulmanes en el último año a raíz de seguidos casos de protestas que incluyeron la quema de ejemplares del Corán.

Fuente: AFP.

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