Gaza se enfrenta a una inminente catástrofe ya que “quedan 24 horas de agua, electricidad y carburante”, y si no entra ayuda humanitaria los médicos solo podrán “preparar los certificados de defunción”, afirmó este lunes Ahmed Al Mandhari, jefe regional de la OMS. La ayuda humanitaria y médica, principalmente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está actualmente bloqueada en el Sinaí egipcio, fronterizo con la Franja de Gaza, en ausencia de un acuerdo entre Israel y Egipto para que el material entre en el enclave.
En el décimo día de bombardeos israelíes, Gaza y sus 2,4 millones de habitantes, la mitad niños, se enfrentan a una “verdadera catástrofe”, advirtió Mandhari, director de la OMS para el Mediterráneo Oriental basado en El Cairo. Con cerca de 2.750 muertos y casi 10.000 heridos, según las autoridades locales, todo el mundo está desbordado”, indicó. En todas partes, desde el norte hasta el sur, “las reservas médicas están prácticamente vacías, hasta el punto de que los profesionales sanitarios pueden empezar a preparar los certificados de defunción de los pacientes”, declaró Mandhari.
La ONU había declarado hace tiempo que el microterritorio palestino sería “inhabitable en 2020″, especialmente a causa del bloqueo israelí instaurado hace más de 15 años. Hoy, ese bloqueo se convirtió en un “asedio total” en respuesta al mortífero ataque del movimiento islamista Hamás el 7 de octubre contra Israel, que desde entonces bombardeada incesablemente Gaza como represalia.
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Gazatíes se hacinan en la frontera
Cientos de palestinos esperaban el lunes en el paso fronterizo de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, con la esperanza de poder entrar en Egipto y huir de la guerra entre Israel y Hamás, constaron periodistas de AFP. Ambas partes negaron las informaciones sobre un alto el fuego y la apertura de este paso, el único que no está bajo control israelí y que separa Gaza de Egipto.
Delante de la terminal, cientos de palestinos, muchos de ellos con pasaportes extranjeros, esperaban que podrían pasar. “Estamos en la frontera desde hace tres días”, dice Ahmad Al Qassas, de nacionalidad alemana. “Cada vez más personas vienen aquí para estar seguras, pero seguimos oyendo disparos de artillería a nuestro alrededor. No hay realmente ningún lugar seguro en Gaza”.
El ejército israelí ha bombardeado varias veces el paso de Rafah desde el principio de la guerra, que estalló tras el sangriento ataque de comandos del grupo islamista palestino en suelo israelí el 7 de octubre. Israel urgió a los habitantes del norte de Gaza --alrededor de 1,1 millones de personas de un total de 2,4 millones-- a huir hacia el sur, antes de irrumpir en la ciudad de Gaza (norte) para destruir el centro de operaciones del grupo.
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Al Qassas dice esperar que “la comunidad internacional, las embajadas y nos hermanos egipcios nos dejarán entrar”. Muchas de estas personas llegaron a la frontera con lo mínimo. “No veo derechos humanos aquí, quiero cruzar. No tengo ni ropa, me fui con una bolsa”, explica Etaf al Rai, de nacionalidad danesa.
La intensa campaña de bombardeos israelíes contra el enclave palestino ha dejado al menos 2.750 muertos, entre ellos cientos de niños. En Israel, el ataque del grupo islamista mató a más de 1.400 personas, la mayoría civiles. Según las autoridades israelíes, casi 200 personas fueron secuestradas por los combatientes de Hamás.
Fuente: AFP.